Cena

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La noche caía, Tomás y Celeste estaban acomodando la mesa para cenar, esa noche como todos los Viernes, las vecinas Cata y Martina venían a cenar más el agregado de Nicolás.

La noche caía, Tomás y Celeste estaban acomodando la mesa para cenar, esa noche como todos los Viernes, las vecinas Cata y Martina venían a cenar más el agregado de Nicolás

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— Abuelo ......... — dijo Celeste mientras acomodaba los platos en la mesa

— Decime

— ¿Tú conoces a Diego Olivera?

Tomás quien estaba lavando unas verduras volteo a ver a su nieta

— ¿Diego Olivera?

— Si, acaba de llegar a Buenos Aires y esta viviendo en la casa de Cata

— Cata no me comentó nada — dijo el hombre curioso

— Por lo que entendí abuelo, el señor ya había estado aquí antes, Cata le rentó un cuarto hace algunos años

— Debe haber sido antes de que vos y yo llegáramos a BA, ¿Por qué me preguntas si lo conozco hija?

— No sé abuelo, ayer cuando lo conocí sentí...... como si ya lo conociera

Tomás soltó una risita

— Ay hija, tu siempre sientes que conoces a todo el mundo

Celeste asintió dandole la razón a su abuelo

— Y ahora hay que apurarnos porque Cata y Martina no tardan en llegar

Celeste siguió acomodando la mesa a petición del anciano.


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Mientras tanto en la casa de los Galán Lucía estaba en el jardín bajo el viento de la noche bebiendo un té metida completamente en sus pensamientos.


— Mi amor .... — dijo una voz que se acercaba a sus espaldas

Lucía volteo y allí, caminando hacia ella estaba Gabriel quien había llegado de su oficina

— Hola mi amor, ¿como te fue? — le preguntó Lucía mientras su marido la besaba para saludarla

— Bien y bueno acomodando cosas, afinando detallas, vos sabes — le explicaba Gabriel mientras se sentaba en la mesa de jardín junto a ella.

— Me imagino, debes estar cansado — aseguró Lucía mientras acariciaba el brazo de su marido

Gabriel tomó su mano y la besó

— Bruno me esta ayudando mucho y aún así no nos damos a basto, mañana tengo entrevista con pintores para diseñar el mural del nuevo edificio que estamos haciendo, junta de costos con los arquitectos y bueno un montón de cosas

Gabriel se acercó a su mujer, teniendo sus respiraciones muy cerca

— ¿Pero sabes qué?

—¿Qué? — le respondió Lucia entrando al juego de él

Regresa a mis brazos... ❤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora