Curiosidad

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Después de que Celeste salió de casa, Don Tomas levantó la mesa y salió de su casa con rumbo a la mansión, su plan, hablar con la mujer que aparecía en la foto, Lucia Galán.

Al llegar tocó la puerta principal, estaba un poco nervioso, no sabia que iba a decir, ni siquiera sabia si era lo correcto, pero quería intentarlo, tal vez esa joven de la foto supiera algo sobre el pasado de Celeste, después de todo, el anciano había encontrado a la bebé en la casa de campo que pertenecía a los Galán.

— Ah! Don Tomás, que gusto verlo — saludó Lucrecia

— Buenos días señorita — respondió amable

— Lucrecia Don Tomás, dígame Lucrecia

— Si, si, Lucrecia, perdoneme — se disculpó el anciano

— Y tampoco me hable de usted don Tomás

Don Tomás simplemente asintió

— ¿Y que hace aquí? — preguntó la empleada, — ¿Necesita algo? —

— No, vine a buscar a .............

— ¿ A Celeste?— lo interrumpió. —No, ella no esta aquí, hoy no entrega — decía Lucrecia sin que le parara la boca

— Si, lo se señorita, mi nieta hace no mucho salió de la casa hacia el huerto

— ¿Entonces? — preguntó curiosa

— Quería hablar con ............ la señora ¿Lucia, verdad? Así se llama la dueña de la casa

Lucrecia iba a responder, pero una voz respondió por ella

— Dígame, ¿En que le puedo ayudar? — Lucia venia bajando las escaleras

Tomás rápidamente volteo la mirada hacia la mujer, definitivamente era la joven de la foto, con unos años más

— ¿Usted es la señora Lucia Galán? — preguntó el anciano

— Soy yo — respondió Lucia intrigada — ¿Nos conocemos? —

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Santiago y Macarena se habían reunido para tomar el desayuno en un restaurante cerca del obelisco, el hombre aprovechaba cada oportunidad para que Macarena invitara sus caprichos, mientras que Macarena estaba seducida por cada alago de ese hombre.

— Es magnifico este restaurante — aseguró el hombre mientras sorbía un trago de mimosa

— Te dije, es uno de los mejores de la ciudad — presumió Macarena

— Y con tu compañía, mejor — el hombre tomo la mano de la mujer y la beso, esto a Macarena le encantaba

— Y decime ...................... ¿Como esta tu hermano?

— ¿Mi hermano? — Macarena soltó una carcajada. — ¿Me preguntas por mi hermano?

— Si, mmm si

— Esta bien, supongo — respondió fastidiada. — Ayer pasé por Isabella a la mansión y lo encontré de salida

Santiago asintió

— ¿Y ......... tu cuñada, Lucia? — dió otro sorbó a su bebida

Macarena levantó la vista y lo miró fijamente

— No se, y la verdad no me importa en lo más mínimo como esta — dijo enojada

Santiago tomó un sorbo más, hizo una pausa y preguntó:

— ¿Te acordas que el otro día me contaste la historia de Lucía?

Esta vez Macarena seguia concentrada en su platillo y no levantó la mirada

— No, no se, ¿de que hablas?

— Vos me contaste que tu cuñada había tenido una hija y desapareció, ¿no es cierto?

Macarena lo ignoró

— Me dijiste que desapareció cuando era una bebé ........... ¿como era la historia?

Macarena harta lo miró de nuevo fijamente, con los ojos en llamas

— Basta Santiago, ¿que queres saber, por que tanto interés en Lucia y esa maldita niña? — le respondió la mujer enojada

— Tranquila linda, es sólo curiosidad

— Te conozco Santiago, vos no eres solo "curioso"

— Bueno mi amor, no te voy a mentir, nunca había escuchado una historia como esa, me llamó la atención, nada más — se justificó el hombre

Macarena le mandó una mirada fastidiada y de nuevo se concentró en su platillo

— ¿Que queres que te diga?, la estupida se embarazó cuando era muy joven, el padre le quito a la niña cuando nació, no la volvió a ver y fin de la historia

— Algo mencionó tu hermano en la cena de la otra noche

Macarena levantó la vista de nuevo hacia él

— ¿Y? — respondió la mujer desinteresadamente

— Tu hermano comentó con el hermano de tu cuñada, ¿Joaquín?, que un investigador estaba trabajando en el caso

— Si, un investigador que le recomendó su socio, Bruno, el también estaba la noche que fuimos a cenar

— Claro, su socio

— ¿Y que con eso Santiago?

— Nada, guapa, te repito, es mera curiosidad

Macarena comenzó a reír mientras mordisqueaba el tenedor

— ¿De que te reis? — preguntó divertido el hombre

— De nada — respondió Macarena burlona. — Simplemente me da gracia, la estupida sigue teniendo la esperanza de encontrar a la bastarda esa, pobre, aveces hasta lastima me da, es tan ingenua, Santa Lucia, cree que un día la va a volver a ver

— ¿Por que decis eso? — preguntó el hombre siguiendo el juego de Macarena

— ¿No es obvio?, después de tantos años, esa maldita mocosa ya debe estar muerta, yo que se

Santiago entrecerró los ojos y dedico una sonrisa a la mujer

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— ¿Nos conocemos? — preguntó Lucia viendo fijamente al hombre

— El es don Tomás señora, el abuelo de Celeste, la niña que viene de delivery del huerto — dijo Lucrecia

— Si, se quien es, lo recuerdo, fuimos a su casa el otro día mi esposo y yo

Tomás asintió con la cabeza

— Si, si señora — dijo en anciano

— ¿Me estaba buscando a mi?

El hombre iba a comenzar a hablar

— Don Tomás, que gusto — lo interrumpió Gabriel quien apareció detrás de Lucia

El hombre saludo al anciano estrechando su mano

— Buenos días señor — saludó el anciano y Gabriel le dedico una sonrisa

— ¿Que hace aquí don Tomás, en que lo podemos ayudar? — preguntó Gabriel y el anciano se limitó a mirarlos. 

Regresa a mis brazos... ❤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora