Ella es mia...

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El padre de Lucia entro a la habitación después de que la partera le abriese las puertas, a paso firme y con un gesto de pocos amigos avanzó hasta donde se encontraba su esposa y su hija quien aún estaba recostada y sostenía un cuerpecito sobre su pecho, Engracia al ver que el hombre se acercaba extendió su mano.

— Mira Joaquín, es nuestra nieta, la pequeña Lucía — le dijo Engracia con una sonrisa

Lucía no les prestaba atención pues estaba embelesada con la pequeña que minutos atrás había nacido de ella.

El hombre al ver la mano estirada de su esposa invitándolo a acercarse éste se paró en seco.

— Lucía, dame a esa niña — dijo firme y hasta amablemente hacia Lucia ignorando a Engracia, lo cual hizo que la joven quien observaba con una sonrisa a su hija saliera de sus pensamientos.

— ¿Papá? — volteó confundida a verlo.

— Dame a esa niña, por la buenas Lucía—

— Joaquín ¿Qué estáis diciendo? — le respondió Engracia quien aún seguía al lado de la joven.

— Le estoy pidiendo a tu hija que me entregue a la bebe —

— ¿Mi bebé? — Lucía balbuceo muy confundida

El hombre al ver que Lucia no reaccionaba, se exaspero, empujo a Engracia para apartarla y en un segundo ya estaba sobre Lucía

— Te dije que me la dieras, no te lo voy a volver a repetir — grito mientras le quitaba la bebé a Lucia quien la aferraba a ella con todas sus fuerzas.

— ¡Papá! ¿Qué estás haciendo? — no entendía la reacción de su padre

— Joaquín pero por Dios, ¿Qué te sucede? — grito Engracia exaltada, pero el hombre la empujaba para mantenerla alejada aunque ésta alaba de su brazo para quitarlo de Lucía

— Tu no te metas — empujo de nuevo a Engracia

— Papá por favor, ¿qué estas haciendo? — gritaba Lucía desesperada y llorando mientras forcejeaba con el hombre para evitar que le quitara a la bebé.

La partera con pena observaba la escena desde la esquina de la habitación, Lucía perdió las fuerzas y cedió ante los jaloneos de su padre, quien le arrancó a la bebé de su regazo.

— No papá, por favor, ¿qué estas haciendo? — lloraba Lucía desesperada, con muy pocas fuerzas y el corazón latiendo a mil por hora, se paró de la cama sin embargo sus piernas no respondieron y cayó al piso, su madre corrió hacia ella para levantarla, pero Lucía rechazo su ayuda empujando sus brazos cuando trató de levantarla.

El hombre con la bebé en brazos ignoró el llanto y las suplicas de su hija quien aún se encontraba en el suelo, a espaldas del hombre.

Su padre le entregó la bebe a la partera y le hizo un gesto para que saliera, ésta obedeció y salió con la pequeña en brazos, el hombre se giro y observó a su hija tirada en el piso en un mar de lagrimas sin poder moverse y a su esposa, tratando de consolar a su hija tirada también, sin embargo ignoró a ambas mujeres y salió de la habitación.

— ¡Papá! Ella es mía... — grito con todas sus fuerzas pero fue en balde, el hombre salió sin prestarle atención y fue lo ultimo que pronunció la joven antes de desvanecerse y perder el conocimiento sobre el suelo en los brazos de su madre.

Engracia estaba confundida, quería salir tras de su marido para detenerlo pero no pudo dejar a su hija tirada en el piso desmayada.

Mientras tanto en el pasillo que conectaba a la puerta principal antes de salir:

— Llévesela, que nadie la encuentre, después yo iré y solucionare el problema — dijo muy decidido el papá de Lucia a la partera, quien solo asentía temerosamente hacia el hombre.

— Señor ¿Usted está seguro? — preguntó la partera, 

El hombre al escuchar el cuestionamiento de la humilde mujer la miró con rabia y está le respondió con miedo:

— Es que es una recién nacida señor, necesita de su madre o se nos va a morir.

— Le estoy pagando para que haga lo que le ordeno, no para que de opinión, y que le quede muy claro, en esta casa nada de esto pasó, jamás pasó — grito el hombre señalando a la bebé

La mujer asintió y Joaquín de un brazo la saco de la casa y cerró las enormes puertas, mientras la mujer cada vez se alejaba más de ese lugar, como si nunca hubiera pasado.

Regresa a mis brazos... ❤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora