XVI

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—¡UN KOALA!, ¿no?, ¿U... ¿Un perro?

Escuche la carcajada de John y el quejido de George. Justo en ese instante sonó la campanilla.

—¡TIEMPO!, es tiempo. Deja de hacer tus ademanes tan ridículos, Ringo.

Ringo bajo los brazos resignado y camino directo al sofá para sentarse a mi lado y abrazarme.

—Ay, mierda. Olvide mi vaso con Coca-Cola. Ringo, ¿no podrías traerla por mí?

—Ve tú. Hacer tantos movimientos me cansaron.

—Yo digo que es un pretexto para que te alejes de Paul. ¿Pero qué voy a saber yo?, solo soy George el glotón. —Tomó una rebanada de pizza y la mordió. Yo le vi con molestia y me sonrió con cinismo.

—También, muévete de ahí. —Le dijo a Ringo— sino quieres unas buenas patadas en el culo del buen John Lennon.

Ringo soltó una risa y levantándose de ahí y se sentó al lado de George.

—Si ellos no te abrazan lo hago yo.

Luego procedió a dejar la pizza de lado listo para abrazarlo y darle un beso en la coronilla de la cabeza.

—Parecemos parejas gay.

Soltamos una risa, más que nada, por mi parte, de nervios.

—Más tú y Paul. Véanse nada más. Se toman de la mano, se dan besos, —Voltee hacia John. El negó lentamente para decirme, con señales, que no le había dicho a ninguno de ellos dos sobre nuestros pequeños besos repentinos —y solo por qué John ha estado con Cynthia y no ha ido a la universidad, yo apuesto a que se la pasarían juntos como siempre.

—En pocas palabras; parecen una pareja gay. —Dijo George.

El celular de George comenzó a sonar y de inmediato deshizo del abrazo para contestar su llamada, Ringo se levantó del sofá y nos volteó a ver.

—¿Vas a querer tu vaso de Coca-Cola? —Este hizo comillas con sus dedos. —¿o ya no?

George se levantó del sofá, nos volteó a ver diciéndonos en tono bajo que debía irse. En fin, cerró la puerta.

—Si podrías servir un vaso y traerlo, que mejor. —Le dijo a Ringo. Este solo giro los ojos y asintió. Se fue hacia la cocina.

—Creí que tú le habías dicho sobre los besos. —Me susurró.

—Al contrario, pensé que tú les habías dicho. —Le conteste del mismo modo— Casi me muero de un infarto.

—Mejor bésame —Estiro los labios y yo lo aleje de mí.

—Nos puede ver Ringo. Prefiero abstinencia. —Me levante de ahí con cuidado de no lastimar mi brazo y John se levantó de inmediato para abrazarme por la espalda. Sonreí con gusto al sentir esa cercanía, pero Ringo volvió y quedándose quieto nos vio con vergüenza.

—Eh...

—¡Ringo! —Me separé de John en cuanto lo vi.

—No, no... no importa. Yo podría ir con George a quedarme ahí y que ustedes dos..

—No, no hay necesidad. John solo me estaba

—Abrazando —Completo John.

—Aparte, tal vez George se fue con Olivia y ya es noche. Es peligroso.

—Puedo llamar a Mo. No quiero ser una molestia.

—Para nada Ringo. Puedes ir a la cama y dormir ahí.

—No Paul, tú saliste recién del hospital, dormir en el sofá no estará mal. ¿Tú dormirás con Paul, John?

—Alguien debe cuidar de la princesita.

—Bueno. Yo dormiré entonces en la sala, iré por las cobijas.

—Están en el closet.

Ringo le entregó el vaso a John y fue camino a mi cuarto.

—Paulie, anda vamos al cuarto.

Dio un sorbo a su vaso de Coca-Cola. Yo comencé a caminar al cuarto y detrás de mi John. Sentí su mano en una de mis nalgas y se burló al escuchar mi suspiro de impresión.

—Perdona, perdona. No lo haré de nuevo.

—Eres muy mañoso teddy.

Él volvió a reír. Entramos al cuarto y vimos a Ringo caminando con la cantidad de varias cobijas.

—Vete acomodando, cariño. Le ayudaré a este enano con las cobijas.

—Que gentil tú, Lennon.

Asentí y me senté en la cama e intentando quitarme los zapatos. Escuche decir a John "bueno amigo. Dulces sueños" y seguido un "Dulces sueños, John. No olvides lo que te dije". Luego una gran duda entró en mi al escuchar eso.

En ese mismo momento entró John y camino hasta mi para ponerse rodillas al frente mío.

—Le quitaré su zapatilla su majestad. Se supone que el cuento decía que yo debía medírselo para corroborar que usted es el amor de mi vida, pero esta es la versión donde el príncipe desnuda a la bella princesa y en la que sé que eres el amor de mi vida.

Sonreí con entusiasmo por sus palabras y comenzó a quitar mis tenis algo desgarrados por el accidente.

—Mañana iré a la universidad para llevarte.

—No es necesario. George pasará por mí todos los días.

John quito mis tenis y volteó a verme a los ojos.

—George seguro salió a ver a Olivia por su embarazo. Así que no estés seguro que él te llevará.

—Puedo tomar un taxi, aparte... debes cuidar de Cynthia.

—Recuerdas que te dije —En ese momento se levantó para ir a los cajones donde guardaba mis pijamas y tomó un color azul marino y volvió a mi— que Cynthia fue a Londres con su tía y los laboratorios para las quimioterapias. Estará ahí unos días y esos serán para ti, te llevaré a la escuela y cuidaré de ti. Ahora levanta tus piernas —así lo hice y John bajo mis pantalones y procedió a meter el pijama en mis piernas. — levanta tu trasero —De nuevo obedecí y completo ponerlo— Ahora te voy a colocar tu camisa, me dices si te lastimo, ¿bien? —Asentí. En ese momento, que le vi directo a los ojos volví a sentir esas mariposas. El hecho que cuidará por mí y se preocupará realmente me ponía de buenas— ¿en qué piensas bobo?

Pronto un ronquido —proveniente de la sala— se escuchó y John soltó una risa.

—Ese enano tiene una nariz tan grande que no nos dejara dormir.

—Déjalo. Su nariz es linda.

—Lo es, pero ¿sabes que es más lindo?

—¿Qué es?

—La mía, obviamente.

Sonreí y asentí, con mi brazo bueno acerque mi mano a su camisa y lo acerque a mi hasta hacer que su cara quedara más inclinada a mí.

—Es la nariz más preciosa que haya visto jamás.

Con un brillo en sus ojos acercó más su rostro al mío y me besó. Fue corto pero hermoso.

—Bueno niño precioso. Ahora a ponerte la camisa y luego a masajear tu espalda.

—Pero el doctor nunca mencionó un masaje.

—Va por parte de la casa.

Me dijo y procedió a quitar mi camisa con cuidado.

"Red lips" ·McLennon·Donde viven las historias. Descúbrelo ahora