XIV

243 43 11
                                    

—Bueno, no estaba tan mal.

Yo negué y solté una carcajada.

—Es que a ti te gustan muy grandes Mike.

—Pero estaba bonita, ¿verdad?

—Bueno es una señora —Acentúe mi última palabra— bonita.

—Paul, el amor no tiene límites, el punto es qué hay que amar y ser amado. ¿Tú acaso no estás enamorado de alguien?

—Si, Mike. Pero esa persona no me quiere como pareja, me quiere como un buen amigo. —Hice una mueca de tristeza y Mike rodeó mi cuello con uno de sus brazos para caminar más juntos—

—Paul, eres mi hermano y te quiero mucho, te tengo mucha confianza, ¿tú me la tienes a mí?

—Pero claro que sí, ¿por qué dices eso?

—Esa persona de la que hablas es... ¿John?

Tragué en seco y me alejé de Mike.

—¿Estás loco?, ¿Cómo dices eso? —Claramente en mi llegó un sonrojo, mi cara estaba caliente y mi corazón latió rápido—

—Paul, aún que quieras ocultarlo no puedes, te he visto, bueno, cuando solías llevar a John a casa —Rasco su cuello— claramente yo podía ver un brillo en tus ojos como nunca te había visto con alguien más. —A pesar de que yo quería morir de vergüenza y me sentía un poco acalorado e inmóvil no dejamos de caminar— es un poco cómico, John siempre solía hablar de ti todo el tiempo cuando papá nos enviaba a nosotros por mandados. ¿Recuerdas la vez que te facturaste la pierna?

—Si, fue muy doloroso. Jamás debí subirme a esa patineta.

—Cuando John te cargo tú te sonrojaste a más no poder desde ahí papá y yo lo comenzamos a sospechar.

—Apuesto a que por eso si me corrió de la casa, papá siempre quiso que estuviera con Jane.

—Tal vez, ese es un hecho que todavía me hace dudar, pero hay que comprenderlo, Paul. —

lo vi en un gesto de asombro, —¿Comprender qué?, ¿Su homofobia?

Mike al ver mi cara carraspeó—O tal vez hay que darle un poco de tiempo para que comprenda tu situación.

—¿Qué situación, Mike? —Dimos vuelta a la cuadra, un par de pasos más y llegábamos a casa— Siempre me he sentido excluido por parte de mi papá, yo he sentido como mi padre ha tenido un rechazo desde mi adolescencia. Siempre estaba a tu lado, lo cual me pone feliz por ti, claro que sí, pero aun así me duele...

—Nunca lo había pensado así, Paul. — Hizo un gesto de disgusto—

Caminamos un par de pasos más, mis oídos escucharon un estruendoso choque y mi cuerpo cayó a un lado. Cerré mis ojos, sentí mis manos y parte de mi cuerpo doler.

***

Con un pesar, abrí mis ojos lentamente y débilmente. Mi hermano estaba tirado, al igual que yo, en el piso. A diferencia de mí, él estaba tirando un charco de sangre lo cual me alarmo, pero ni siquiera podía hablar o moverme, debido al impacto.

De pronto escuche unos gritos y de inmediato una voz algo exasperada.

Y como hacía un momento, no me podía mover, pero está vez lograba hacer algunas quejas de dolor. Quería levantarme e ir hacia mi hermano, pero no podía. La impotencia me ganaba.

"Oh Dios mío, Lucy, llama a la ambulancia"

Y pronto sentí unas manos sobre mis mejillas, podía ver a John ahí. Podía ver su rostro preocupado y diciéndome que todo estaría bien, que yo y Mike estaríamos bien.

—J....J-John.

Alcance a decir y mis ojos se cerraron de nueva cuenta, dejándome con la incertidumbre si en realidad era John el que me acariciaba, si Mike estaría bien, si yo estaría bien.

De pronto escuche las sirenas de la ambulancia aproximarse. ¿Qué había ocurrido?

***

"NO ME DIGAS QUE ME CALME, MUJER"

Yo estaba en un cuarto de hospital, aún muy adolorido y con lágrimas en los ojos por todo lo ocurrido, mi brazo se había fracturado (por lo cual tuvieron que enyesar), mi pie se había lastimado y tenía un leve raspón en mi mejilla.
Estaba sentado sobre la cama y delante de mí había una bandeja con puré de papas y un plato sopa. La verdad, no me daba la gana comer, tenía mucha angustia sobre mi hermano, tenía varias preguntas al respecto...

De pronto la puerta se abrió y una enfermera, la cual me había estado atendiendo toda la noche, me sonrió y dijo.

"Tienes visita"

—¿Visita?

Ella asintió y seguido fue empujada por mi visita: mi padre. Mis ojos se abrieron de inmediato y le vi, tenía en ceño fruncido al igual que sus labios.

—¿DONDE ESTA MIKE?

—P.... papá.

—¿¡Y Mike!?

"Señor" —Dijo la señorita Sadie— "no puede escandalizarse, el paciente debe reposar"

Intento tomarle del hombro para calmarlo, pero mi padre la alejo con el brazo y de inmediato ella salió de ahí, seguro por ayuda para controlar a mi padre, dejándonos solos y a mí muy asustado.

—M-Mike..., no sé, no sé, no me han dicho nada.

Mi voz temblaba y mi padre muy molesto golpeó la pared.

—¡¿Por qué fuiste a casa?!, Te dije que tenías prohibido. Apuesto a que no has dejado de ser un niñito consentido y mimado. —Me apunto con su dedo índice—

Entonces entro la enfermera Sadie, junto a otra mujer y un doctor.

"Señor, salgamos de la habitación. Hay un par de cosas que debo decirle"

Mi padre me echo una última mirada y me sentí intimidado.

"Vamos" —le dijo el doctor—

Todos salieron menos la enfermera, tan amable y carismática.

—Oye pequeño —Se acercó a la cama— no debes sentirte mal. Fue un accidente, no te sientas culpable. Mira, te contaré sobre tu hermano Mike, pero prométeme que no les dirás. —Asentí aguantando las lágrimas— él sufrió una contusión, no te negare que no está algo mal, pero ya se está recuperando. Se le han agregado algunos medicamentos, pero... —Se le escucho algo desanimada— seguirá necesitándolos de por vida por que como te dije, los daños son algo dolorosos para él si no se le suministra dicho medicamento.

Ahora tenía un problema más; dinero para sustentar los medicamentos de mi hermano.

Mi celular comenzó a vibrar...

"Red lips" ·McLennon·Donde viven las historias. Descúbrelo ahora