LXII

93 20 3
                                    

John y yo entramos al bonito salón que Stuart le había prestado a Ringo para la boda. En aquel lugar habíamos hecho una exposición, era algo extraño. Era un salón pequeño que tenía un enorme patio cerca de la playa.

Durante todo este tiempo George, Ringo y Stuart se habían hecho amigos, ya que cuando iban a verme al hospital ellos comenzaban a entablar conversaciones.

Me agradaba esa idea.

—Oh, la entrada es por aquí, Johnny.

Él me siguió sin dejar de tomar mi mano. En su otra mano sostenía el regalo de boda; eran dos cajitas con boletos dentro para un viaje a Italia y el otro para una semana de spa. Dentro había más cajitas con joyería.

La decoración era muy bonita.

—¿Dijo que adentro será el baile cierto?

—Si. En la parte de afuera estarían los invitados. —Caminamos hacia la salida al patio.— Ahí están.

George y Pattie, que por primera vez la veía, pero sabía identificar por la descripción que George me daba de ella, estaban acomodando los regalos que los invitados daban a los recién casados.

—Ay, pero que guapos se ven mis amigos. —Dijo George con una sonrisa bien marcada en los labios. —Mira mi amor, estos son Paul y John.

—Un gusto chicos. —Nos saludamos con un apretón de manos. —Ya conocía a John, pero no a Paul.

—Eres muy bonita, George es afortunado en tenerte.

—Oh, no es para tanto. —Hizo un ademán con su mano y mostró una sonrisa. —Georgie es muy guapo también.

Escuché la risita maliciosa de George y apreté su mano.

—Toma, aquí está nuestro regalo.

George agarro la bolsa y la dejo en la mesa de regalos.

—Por cierto ¿Dónde está Mo y Ringo?

—Fueron a la recepción, dijeron que anotarían el nombre de unas personas que vendrían.

—Esperen ¿Debíamos ir a recepción?

—Eh...si..—George soltó una carcajada. —¿No entraron por el otro lado?

—No, creí que debía ser por el lugar principal.

—Ah, bueno. Pues ya están aquí. —Dijo Pattie.

—¿Quieren sentarse junto a nosotros? También está Stuart.

—Si, está bien. ¿Pero podemos llevarnos el arreglo nosotros? —Pregunto John.

—No, no. John, ese ya es para Pattie y para mí. —Comenzamos a caminar hacia la mesa que estaba al lado de una palmera y que, si saltabas un poco, llegabas a la orilla y podrías caminar un poco más hacia el mar. —Pero puedes agarrar el del lado.

Nos sentamos, claro, John y yo juntos.

—Nosotros iremos a recibir los regalos, pero Stu y Astrid no tardan en venir. Creo que fueron por el regalo que olvidaron en el auto, los vemos luego.

George y Pattie se fueron hacia aquella mesa y saludaban a la gente que llegaba.

—Oye Paulie, hay algo que debo decirte.

—¿Que pasa?

Me tomó las manos y beso el nudillo de mis manos.

—Ni en clase de matemáticas me pierdo tanto como en tu mirada. — Subió y bajo su cejas varias veces y sonrió. Solté una carcajada. —Oye Paulie..

—¿Si Johnny?

—Si vas a estar en mi mente al menos ponte algo de ropa, no seas mal educado. —Menciono y yo solté una carcajada.

—Estas loco. —No podía evitar soltar risitas mientras veía su expresión traviesa.

—Paulie..

—¿Que me dirás ahora, Johnny?

—Quiero decirte que eres mi sueño hecho realidad, quiero decirte que tú y yo somos la pareja más perfecta de todo el mundo y que cuando te conocí también conocí a algo llamado amor. —Dio besitos por mis mejillas y bajo a mi cuello dándome unos cuantos más. —¿Te gustó John cursi?

—Me encanta John cursi. Es lo más bonito del mundo. —Acerque mis labios a los suyos y comencé a besarlo muy lento. Él dejo sus manos en mis mejillas. El beso se iba intensificando así que decidí parar. —Johnny, ya te lo había preguntado antes, pero ¿Que es lo que más te gusta de mi? Me refiero a algo material.

—¿Material?...hum. —Pareció pensarlo por un momento y negó. —No se me ocurre nada, pero me gustan tus ojos, tu nariz y en especial tus labios.

—Ya veo...

Stu se apareció junto a Astrid.

—¡Hey! Que gusto verlos.— Extendió la silla para que Astrid tomara asiento y luego se sentó él. —¿Ya tienen mucho aquí?

—No, tenemos muy poco aquí.

—Pues a esperar el baile, eso es lo más bonito de la boda.

—¿Cómo estás Astrid? —Le pregunté.

—Bien, me ha ido bastante bien desde lo que pasó en...digo, no quiero incomodar con el tema de Eleonor, pero con la relevancia de eso me dió más oportunidades de trabajo.

—Me alegra que sea así y tengas más propuestas. Tal vez me podrías dar más consejos de maquillaje, tengo una hermanita y tal vez cuando sea más grande quiera maquillarse y yo le podría dar esos consejos.

—Sería un gusto.

Acepto sin problema alguno.

•••

Aplaudimos cuando Ringo beso a Mo y comenzaron a bailar enmedio de la pista.

—Nada más mira a ese narizón. Está soltando los mocos como si fueran lágrimas.

—¿Que esperabas con esa narizota?

George y Ringo se rieron.

—Shh, cállense. —Los regañe.

John paso uno de sus brazos por mi cintura y me acercó a él, luego me dió un beso en la mejilla.

—¿Verdad que parece un bebé llorón?

—Ay John, le dió sentimiento. —John rió por lo bajo y volvió a darme otro beso.

—Es broma, yo estaré igual que él cuando tú y yo nos casemos.

—¿Si nos casaremos?

—Si, Paulie. Eso haremos.

Mo hizo dar una vuelta a Ringo y comenzaron a mecerse en un suave vaivén. Se decían cosas bonitas por lo bajo, ambos estaban tan ilusionados. El lindo vestido lila de Mo y el traje negro de Ringo, que tenía una corbata del mismo color que el vestido que Mo, los hacia ver tan tiernos.

—Será tan bonito.

—Si que lo será, mi amor.

Apegó se cabeza con la mía y continuamos viendo a esos dos acaramelados.

Y si, momentos así me hacían sentir potencialmente y jodidamente bien.

"Estoy en el cielo"

"Red lips" ·McLennon·Donde viven las historias. Descúbrelo ahora