IV

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Volteé hasta donde provino el sonido y me encontré con Peter, le sonreí amablemente y él también lo hizo.

—¿te vas ya? —Me preguntó—

—Si... solo vine a acompañar a un amigo. —suspire pesado. Odiaba compartir a John, pero John no era mío—

—uh, entiendo. Entonces ¿te vas solo?

—Si.

—Y.... ¿no quisieras que este pobre infeliz te acompañe a tu casa? —Lo vi de forma extraña y de inmediato dijo— claro, claro, sin ninguna forma de lucro. Lo digo para que no te vayas solo.

Comencé a pensar. Estaría genial que alguien me acompañara a casa, aparte, así me siento más a salvo ya que en mi colonia todo era peligroso.... hasta los vagabundos.

—Sería genial, Peter. Gracias.

—Gracias a ti, bonito. Pero antes ¿Me podrías acompañar a mi trabajo?

—Si, claro.

Se sonrió y comenzó a caminar, lo hice yo también.
La plática se volvió muy amena, Peter me hacía reír mucho y era muy simpático.

Llegamos al local y entramos, la lluvia ya había comenzado, Peter se adentró más al área personal del laboral, pero le importo un carajo y me tomo de la mano.

—Anda, pasa. Vienes conmigo.

Ambos entramos y ahí había más trabajadores. Muchos comenzaban a ponerse el uniforme y otros a.... Quitárselo.

—Solo deja que me cambie y te acompaño.

—Bien, sí.

—te puedes sentar ahí, Paul. —Me señaló una banca y yo me senté de inmediato. —

—<genial>— pensé —ahora estoy rodeado de hombres cambiando sus pantalones y camisas y me sonrojó. ¿Acaso soy un adolescente hormonal?

Recorrí mi vista por la zona y ví a Peter en su casillero. Comenzó. Sacar puras prendas de negro. Su mirada chocó con la mía y me sonrió, no pude evitar sonrojarme.

Ví a otros lugares intentando distraerme, pero mi estúpido cerebro me obligaba a ver dónde Peter estaba. Muy discretamente lo ví. Estaba quitándose el pantalón, luego tomó su pantalón y se lo colocó, después subió su camisa y dios mío... Tenía un pectoral muy bien marcado, eso contrastaba mucho con mi Johnny. Él tenía rollitos que lo hacían ver muy pero muy bonito, aún que él se negará y dijera que "mi cuerpo es feo y a nadie le gusta", el tontito no sabía lo enamorado que me tenían esos rollitos bonitos. Cuando menos me di cuenta Peter yacía delante mío.

—¿Listo?

—Si, claro.

Ambos salimos de ahí y luego del local.

—Perdón por hacerte esperar.

—No importa. La verdad no tengo que hacer algo muy importante, solo... Un cuadro, pero tengo un mes para hacerlo así que no importa.

—Entonces si no tienes nada que hacer y yo tampoco ¿qué te parece si salimos?, Mira, tú me agradas y supongo que yo te agrado ¿No? —Asentí— pues ya está, ahí está todo lo que necesitamos.

—Es que... No creo poder.

—¿Por qué?

Y ahora me daba mucha vergüenza con Peter.

—Es que... no tengo mucho dinero, es por eso que te pedí té esta tarde. Un vagabundo de mi cuadra de Robo el dinero que tenía.

—Aww, pobrecito, pero no te preocupes por el dinero, ese no es el problema. Hoy me pagaron, pero ¿qué puede hacer un soltero con tanto dinero disponible?

—¿Pagar deudas? —le dije y él soltó una risa—

—Ya las he pagado todas, tengo comida en el refri y almacén así que ¿me otorgaría su tiempo para salir hoy conmigo?

Solté una risa por su forma de haberlo dicho y asentí.

—Claro.

—Genial, conozco varías lugares geniales a los que podemos ir...

***
—El punto de la discusión fue quien era más guapo si Elvis o Buddy Holly, pero es obvio que sabemos quién es más guapo.

—Si, es obvio. Elvis será el amor platónico de mi adolescencia.

—El mío también.

Ya habíamos llegado a la puerta principal del edificio.

—Fue genial pasar la tarde contigo. Eres muy gracioso, Peter.

—Bueno... ¿qué te puedo decir?, eso es mi don, bonito. —Ambos soltamos una risa— Bueno, no te quito más tu tiempo. Esperó que termines tu cuadro pronto, sé que será el más bonito de todos.

—Gracias Peter, nos vemos.

Nos despedimos con un beso en la mejilla y yo camine hasta el ascensor.
Presione el botón de bajada y espere.

Este tardo unos tres minutos y cuando el ascensor se abrió mostró a George y a Ringo sosteniendo a un John ebrio.

—¡Paul! Hasta que te vemos. — exclamó George—

John se soltó de Ringo y George para abalanzarse a mí y comenzó a besar mis mejillas.

—Vamos, John. Hay que subir.

Balbuceo un par de palabras y entramos al elevador. George presionó el botón a nuestro piso.

—¿Cuándo llegó?

—Ya tiene media hora aquí. —Dijo Ringo— llegó a tu departamento y comenzó a golpear la puerta, salimos y cuidamos de él, pero se puso insistente en querer irse de ahí y quiso ir a buscarte y ahora vemos aquí.

—Pero mi carita de bebé.... —Balbuceo John— no estaba y....

—Ay no, de verdad John. —Dijo George—

—Este ebrio, George —Dijo Ringo—

El elevador se abrió al llegar a nuestro piso y Ringo me ayudó a llevar el cuerpo de John está mi puerta.

—Dale un poco de té o agua. Recuéstalo de lado....

—Lo sé, lo sé. Siempre cuido de John cuando está ebrio... —Le dije a Ringo—

Ringo tuvo que sostener a John para que yo abriera la puerta, lo hice lo más rápido posible.
De nuevo lo sostuve y lo recoge sobre el sofá.

—Nosotros iremos a ver un maratón de películas, nos vemos Paul.

Me despedí de ellos y cerré la puerta.

Ví como John hacia un intento por levantarse, pero se cayó del sillón y corrí hasta él.

—No puedo creerlo John. —Dije molesto— mírate, ahg, ni siquiera te diré nada. Estás muy ebrio para recordar mis regaños así que mejor solo te...

—¿P-por que te fuiste? —Muy apenas pude entender—

—No estamos para charlar ahora. Vamos John, ayúdame un poco.

Lo tomé fuerte para levantarlo y comencé a guiarlo hasta la cama. Cuando llegamos lo acosté de lado y le quité los zapatos.

—Paul.

Yo estaba quitándome la ropa, solía dormir mejor solo con mi bóxer.

—Dime, Winston.

—te amo.

—Que bien. Duerme John. Hasta mañana.

Apegué la luz y fui a la sala. Me recosté en el sillón y comencé a dormir.

&quot;Red lips&quot; ·McLennon·Donde viven las historias. Descúbrelo ahora