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Todos los días fueron aburridos, John insistía en que me ayudaría con el cuadro con tal que no fuera a casa de Stuart, pero yo sé lo negué. Me echo en cara que pasaría el fin de semana con Cynthia, pero sinceramente eso, de cierto punto, me alegraba. Al menos cuidaría de ella.

Estaba descansando mis pies sobre el sofá, mi cabello despeinado y mi mirada un poco soñolienta. Mis frituras al punto de caer de mi recipiente ya que mi agarre era muy flojo.
La noche pasada la había pasado con George viendo nuestra serie favorita y se hubiese quedado a dormir de no ser por la llamada de Oliva a las dos de la mañana. Se tuvo que ir, Según sus palabras "Olivia está asustada, creo que está embarazada". Por lo tanto, tuve que pasar la noche solo con mi soledad.

El timbre sonó y esto me sobresalto haciendo soltar el recipiente de vidrio y este se rompió.

"¿¡Estás bien!?"

Era Stuart y yo conteste de inmediato: — e-eh sí. Sí, espera— así que de inmediato busqué mis pantalones y me los puse de inmediato.

Corrí hasta la puerta y la abrí. Era Stuart junto a otro chico y lo vi extrañado.

—Lo vi subiendo aquí, le pagué para que me ayudara a subir las cosas.

—¿Por qué no me hablaste a mí?

—No quería molestarte. ¿Puedo? — Dijo refiriéndose a pasar y yo asentí. Me hice a un lado para que pasara junto al chico y dejarán algunos lienzos y el caballete.
Cuando por fin acomodaron todo Stuart le pago al chico y sin más este mismo se fue dejándonos solos.

—Perdón, me desvelé viendo películas junto a George.

—¿George?

—Es un amigo... oh cierto, ¿Quieres agua, té o algo más?

Negó y me sonrió. No entendí nada por lo tanto sonreí un poco nervioso.

—No Paulie, ya bebí mucho café por el camino. Tengo mucha energía así que la gastaré contigo. —Acomodo el lienzo sobre el caballete y me indico que fuese con él; así mismo lo hice.

—¿Qué haremos? —Le pregunté mientras observaba ese lienzo totalmente blanco—

—¿Cómo te sientes? —Me dijo mientras tomaba un par de pinturas y las acomodaba sobre la paleta

—Eh bien, ¿Por qué?

—Muchas veces tus emociones impactan lo que haces, en todo y más cuando se trata de crear algo. —me tomó la mano y dejó un pincel parecido a una escoba sobre mis dedos: yo solo lo tome— transmitirlo en el lienzo.

—¿No lo planearemos?

—Lo planeado es aburrido, ¿No crees? —Asentí y me sonrió. Tomo mi mejilla y la acarició por un leve momento— Muy bien pues aquí está la pintura — me pasó la paleta con la pintura y yo tomé un tono azul.

Estaba a punto de pintar hasta que mi celular comenzó a sonar.

—¿Quieres que conteste por ti?

—No Stu, yo contesto. —Deje los materiales en mi mesa y conteste. Stu solo se dedicó a ver mi casa, me daba pena ya que estaba muy tirada y yo siempre solía tener todo muy limpio. El número que marcaba era desconocido —¿Bueno?, ¿Quién es?

—Soy John, tú único y mejor amigo. ¿Cómo van las cosas?, ¿Ya acabaste de pintar con ese pintorcito?, No se pasó de la raya, ¿verdad?, ¿Cómo le quedó?

—Creí que eras John Lennon y no el FBI. —John soltó una risita por la línea y yo no pude evitar sonreír.

—Soy el FBI cuando se trata de proteger a los que amo.

Me sonrojé por ello y sonreí aún más. Tomé el teléfono con más emoción y seguí: — Aun no empezamos, me quedé dormido viendo películas.

—Ay baby Paulie, eres un irresponsable.

—Poquito. Sólo eso... —Un silenció abundó por lo tanto seguí— hum, ¿Cómo está Cynthia?

—Pues mal, ya fue a su primera quimioterapia y se le cayó mucho cabello. Me dice que se siente fea y ya traté de animarla, pero al parecer no funciona. Lo sé, soy un pésimo novio. —Soltó un suspiro y continuó con la voz más opaca y quebradiza—Ahora mismo está llorando y yo hablándote como si nada...

—Tranquilo —Stuart volteó hacia a mí y yo le sonreí para que se tranquilizara igual— Y si, mejor ve con ella ¿Sí?, Te veré el lunes en la escuela.

—No iré, faltare una semana para estar con Cynthia. Ya hablé en dirección y mandaré los trabajos por línea.

—Ya... ya veo.

—Pero mañana podemos salir un rato ¿Sí?, Podemos ir por pizza o esas cosas cursis como tomar un helado.

Reí y volví a sonreír.

—Claro. Podemos ir por una pizza.

—Bien, nos vemos mi princesita.

—Nos vemos, mi Teddy boy. —Sin más colgué y sonreí—

—Mira —volteé hacia Stu y sonreí aún más al ver ese boceto. Era yo, pero estaba formado por varias flores y muchas cosas de naturaleza que se veía tan genial.

—Es hermoso.

—Es obvio. No solo porque lo pinté yo sino porque tú estás en ella...

Fui a él y lo abracé.

—Haces magia —Le dije aun viendo su bello boceto.

—No solo con la pintura, pero bueno no seré muy específico en eso. —Soltó una carcajada y yo la seguí— Pero esta es mi pintura. Tú debes hacer la tuya, te voy a corregir en cosas que falles.

—Está bien. Empezaré de una vez

***

—Pasa, pasa. —Abrí la puerta y me hice a un lado para dejarlo pasar. Y cuando por fin entro a mi departamento cerré la puerta.

—Que linda tienes acomodada tu casa, princesa.

—Pues iba a traer visita, tú sabes que no me gusta tener la casa sucia. —dejé la botella de Coca- Cola sobre la mesa y me puse a buscar los vasos.

Por el rabillo de mi ojo noté como John dejaba la pizza cerca de la mesita que estaba en la sala. Veríamos una película.
Luego, se quitó los zapatos y su chamarra de cuero y la dejaba sobre una silla cerca de la puerta de mi habitación.

Sin más yo me concentre en buscar los vasos mientras permanecía hincado pero el rose de algo en mi trasero me hizo levantarme de inmediato.

"Red lips" ·McLennon·Donde viven las historias. Descúbrelo ahora