"Red lips" ·McLennon·

XLII

Dejé la ultima maleta dentro de mi habitación y agradecí a Klaus. Él se despidió de mi con un ademán y me quede en el umbral viendo como bajaba las escaleras.

Suspire al notar la diferencia de ambientes entre Liverpool y Londres. Entre la casa de mi hermano, la compañía de mi sobrina, mi cuñada y mi hermano y la soledad de esta casa....

--Paul. Que bien que llegas.

Stuart camino hasta a mi y me abrazo.

--¿Qué sucede ahora?

Stuart se separo del abrazo y tomo mis hombros.

--Las fotos que Yoko te tomo junto a su esposo tuvieron mucha critica buena. Saliste en la televisión varias veces y me pidieron varias entrevistas. -Menciono con emoción-No veo la hora de que las obras se hagan famosas.

--Ya tienes dinero, reconocimiento y una estabilidad económica. ¿Qué tiene de relevante lo demás?

--El reconocimiento masivo, Paul. Pero, en fin, ¿Cómo te fue allá?, no bebiste, ¿cierto?

--Me mantuve sobrio, más que nada por mi familia allá en Liverpool, y la pase genial, estuve cuidando de mi sobrina, me reencontré con mis amigos de años atrás y salimos unas horas para recordar.

--Me alegra que fuera así, por cierto, te tengo un regalo. Aparte, quería pedirte disculpas por haberte hablado mal antes, claramente tu y yo somos un equipo y necesitamos estar unidos. ¿Qué me dices?

--Mm, bien.

Stuart tomo mi antebrazo y me llevo hasta el estudio. Todo estaba lleno de muchos cuadros, que seguro Stu había hecho durante mi ausencia. Había un cuadro al fondo del estudio y al estar ahí Stuart desmantelo el cuadro mostrando una pintura muy bonita.

--¡Sorpresa!

Analice la obra, era muy bonita. Era yo, parecía un espejo ya que el retrato me tenía a mi reflejando otro yo, pero uno estaba de color gris mientras el otro estaba algo más colorido, era una técnica bonita de pintura.

--¿Te gusto?

--Me encanto, muchas gracias. -Toqué el borde de la pintura y volví a sonreír. -Y Stu.

--¿Sí?

--Gracias por apoyarme con todo.

--Es un placer, Paul. Te quiero, te valoro como persona y créeme que te tengo cariño. Mi preocupación por ti es bastante y me desesperaba el hecho de no poder hacer algo al respecto sobre tu salud, pero comprendí que es un proceso y un proceso toma tiempo. Así que tienes mi apoyo. -Me volvió a abrazar y batió mi cabello. -Ya esta la cena, por cierto.

--Uh, sí. En un momento iré, le diré a mi hermano que ya llegué a Londres.

--Bien, entonces te veo en el comedor.

Stu agarro una brocha del piso y salió del estudio. Yo seguí admirando la obra. Luego, mis ojos recorrieron toda la habitación hasta ver el set de fotografía.

--Te extraño tanto Johnny love.

°°°

--Ha salido de maravilla, realmente me emociona el viaje a Italia, con estas fotografías han estado preguntando más por nuestras obras y esperan las notificaciones para nuevas colaboraciones.

Estábamos Brian, Martin, Stuart, Yoko, Sean, John y yo en el aeropuerto. Caminábamos por el pasillo hacia nuestro avión directo hacia Italia. Me emocionaba ir hacia Italia, pero había un problema y ese era que los paparazzi comenzaban a molestarme. No estaba acostumbrado a los flashes de las cámaras, a las voces altas y a que la gente gritara mi nombre de forma tan eufórica.

--Sinceramente esto se siente como la jodida gloria.

Stuart, Yoko, Martin estaban hacia delante, Brian estaba hablando por teléfono -Seguramente arreglando cosas sobre el viaje-y al final estábamos John, Sean -Que sostenía la mano de su padre-y yo al lado de ellos.

--Papi.

--¿Si mi vida?

--Tengo hambre, ¿ya vamos a comer?

--Ya casi. Vamos a subir a la nave espacial y luego llegaremos a Italia.

--Yey, seré un astronauta por fin. -El pequeño daba saltitos mientras andaba. -- ¿Tú también tienes hambre bombón? -Volteo a mi y yo fruncí el ceño.

--Shh, ¡Sean!

--Es que así le dices tu. -Soltó el pequeño inocentemente. John le echo al otro lado y suspiro intentando dar alguna excusa.

--No le hagas caso, esta loquito. Me refería a...a otra cosa.

Eleve las cejas demostrándole que su excusa era tonta y el rio con nerviosismo.

"ELEONOR, ELEONOR. ¿ERES AMANTE DE EL SEÑOR LENNON?

Escuché a alguien de los tipos del tumulto gritar y no pude evitar sonrojarme de pena total.

--¿Qué es amante, papi?

--No es nada Sean. No les hagas caso. -John volteo hacia a mi y me dio una cálida sonrisa. -Ni siquiera nos conocen bien. Esos idiotas no saben que eres una mujer muda, no lo digo del mal modo, es solo que esos idiotas ni siquiera se han puesto a investigar un poco.

Asentí dándole la razón y seguimos caminando hasta que llegamos a la salida que daba hacia el avión. Nuestras pertenencias ya estaban dentro del avión.

--Son de aquí hasta la mujer con el niño y el tipo castaño.

Dijo Martin. Caminamos por el detector de metales sin problemas y salimos de ahí. Los sonidos de los aviones comenzaron a oírse más cercanos y molestos.

--Vayan subiendo ustedes. Epstein y yo nos vamos a encargar de unos asuntos rápido.

Entonces los demás comenzamos a subir al avión. Era negro por fuera, pero color beige. Era un muy buen avión.

--Buenos, días.

Nos saludó una azafata. Cada quien le saludo y fuimos buscando nuestros asientos.

--Pau...-Stuart cerro la boca de una y yo sentí una corriente de tensión sobre mi cuerpo. -Para luego es tarde, cariño. -Completo su estupidez. -Ven, aquí nos estaremos nosotros.

Asentí y caminé hasta estar en el asiento al lado de la ventana.

--Me encanta la elegancia de este avión.

Dijo Yoko viendo todo el rededor.

--Oiga, ¿Podría traerme algo para comer?, Mi hijo tiene hambre. -Escuché a John y luego a Sean "comida, comida", no pude evitar recordar a George.

Estaba algo más animado, había estado hablando con mis amigos durante varias semanas. Ahora era complicado poder juntarnos porque cada uno teníamos nuestros asuntos, pero con escucharlos me bastaba.

Volteé hacia la puerta y vi como Martin y Brian entraban al avión. El primero con su cara seria y el segundo con una sonrisa en sus labios.

"Muy buen día. Me complace llevarlos en este vuelo a Italia. Soy su capitán Jim Morrison y estoy a la orden"

Escuchamos en los altavoces, luego todos se comenzaron a acomodar en sus asientos y yo volví a voltear hacia el pasillo. Al otro lado estaba John y Sean cantando.

--Bonito, bonito, bonito niño. Después de que vayas a dormir, di una pequeña oración...

John volteo hacia a mí y yo hacia él. Había cambiado tanto, jamás imagine ver a John cuidando de un pequeño.