XXXIV.

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Volví a vomitar en el escusado. Me dolía todo el torso, sentía una presión terrible.

La esposa de Peter estaba detrás de mi acariciando mi espalda mientras me escuchaba llorar y vomitar, era tan patético.

--Ven cariño, ven. —Me tomo del brazo para ayudarme a pararme ya que yo no podía.

Me levanto y me encamino hasta la cama, dejándome recostado de lado, yo no podía dejar de llorar. La mujer seguía acariciando mi cabello mientras decía que todo estaría bien. Peter estaba al lado con su teléfono.

--Si, mi esposa lo recostó boca lado. Si, puse a hervir agua para darle el té. Cuando llegue por él, él estaba inconsciente en el piso, esta débil...Vera no come mucho que digamos y me preocupa eso.

Guardo silencio por un segundo. Yo seguía llorando, no podía dejar de hacerlo. La pequeña hija de Peter se apareció y se apoyo de la base de la cama para poder verme, la base no era muy alta, y cuando lo hizo estiro su mano para tocar mi boca. No podía, por mas que quisiera, sonreírle o hacer un gesto lindo para con ella.

--Gracias, entonces lo dejare descansar. Mañana a las ocho lo veo, un gusto y le agradezco que me atendiera a estas horas doctor. Nos vemos.

Peter dejo su teléfono a un lado y me miro.

--El doctor dice que hay que dejarlo descansar.

--Eso será lo mejor, antes le traeré el té para que descanse.

Su esposa agarro a su hija de la mano y la ayudo a dar pasos, estos eran torpes. Salieron de la habitación y Peter camino hasta estar frente a mi y su puso de cuclillas para verme a los ojos.

--Me duele Paul. -- Tomo mi mano y la puso en su pecho. --¿Sientes el dolor?, mi corazón esta triste por verte así.

Yo no podía siquiera formular alguna palabra, en primer lugar: mis labios estaban adoloridos por la golpiza. En segundo: yo estaba muy ebrio para hacerlo y en tercero: estaba llorando. Peter acaricio los mechones de mi cabello y soltó un suspiro. La mujer de Peter entro y dejo la tasita.

--Ayúdame a sentarlo, amor.

Ambos me ayudaron a sentarme y la mujer se sentó a mi lado, comenzó a darme el té como si fuera un bebé.

--Quiero que vayas y duermas a la bebé, cariño, además mañana trabajas. Yo cuidare de Paul.

La mujer asintió y le entrego las cosas. Se despidió de mi con una caricia en la mejilla y salió.

--Escucha, mañana mismo iremos a alcohólicos anónimos, no me importa una mierda si te enojas.

Comenzó a darme el té como su mujer hace rato y cuando termino me ayudo a recostarme. Se subió a la cama y se puso tras de mi para abrazarme. Yo suspire e intente dormir, poco después sentí caricias sobre mi cabeza y una voz que me decía que todo iría bien, que debía ser fuerte.

--Mamá...

°°°

El doctor me vio una vez más y negó varias veces.

--¿Ha consumido alguna droga?

Asentí con toda sinceridad. Cuando amaneció tuve una charla con Peter, este me dijo que me llevaría a un médico y me advirtió que debía decir la verdad, debía ser sincero con el doctor.

--Bien. –Apunto algo en su libreta. —¿Su vomito ha sido de color verde, transparente, amarillento o simplemente ha salido flema?

--Transparente.

"Red lips" ·McLennon·Donde viven las historias. Descúbrelo ahora