XXXV

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Stuart me tenia prohibido salir de casa, a menos de que fuera con él, lo cual hacia más difíciles mis encuentros con otros chicos o con Peter. Ahora parecía un niño pequeño, los caramelos estaban prohibidos y los caramelos eran el alcohol o alguna droga.

Brian constantemente venia junto a Yoko para visitarme. No quería visitas, pero el hecho de que se preocuparan me daba, o me hacía, darme cuenta que tal vez no estaba tan solo.

Klaus de vez en cuando subía a mi habitación para preguntar por mi estado de salud, algunas veces mi hermano Mike llamaba por mí y Peter igual.

--Aquí esta tu medicamento. Tómatelo. —Astrid dejo la bandeja con todo ahí a un lado y se fue cerrando la puerta con brusquedad.

Tenía una sábana blanca cubriéndome de la cintura hacia abajo, una pantalonera gris y una camisa blanca de manga corta.

La puerta se abrió mostrando a Stuart con un semblante cansado. Se sentó a mi lado y me extendió una rosa.

--¿Y eso?

--Te lo mando alguien, no dice su nombre. Me pareció un buen detalle así que fingiré que yo te la di.

Apenas sonreí y el dejo su cabeza sobre mis piernas.

--No se que te sumergió esta este punto. Quiero saberlo y poder ayudarte.

Tomo mis manos y las dejo sobre su cabeza.

--Nada.

--Nada, Nada. Siempre es nada. —me reprocho.

--¿Qué podría ser?

--Eso quisiera saber.

Me quedé quieto por un segundo, sentí mi celular vibrar y vi una llamada entrante de Peter.

--¿Quién es?

--Peter, un viejo amigo.

Tome mi teléfono y conteste.

--Ponlo en voz alta. —Dijo Stuart.

Rodeé los ojos y lo hice.

--¿Paul?

--Hola Peter, ¿Cómo estás?

--Yo muy bien. Hace dos días que no te veo.

Stuart me volteo a ver sorprendido y se acercó más al celular.

--...Y estaba muy preocupado. Ya sabes que las llamadas no son lo mismo que en persona, aparte me gustaría verte para darte las pruebas que me dio el doctor. ¿te podría ver?

Stuart arrebato mi celular antes de que yo siquiera pudiera decir algo y corrió al otro lado de la habitación. Quise levantarme, pero no pude.

--Stu, dámelo.

--Hey, Peter, soy Stuart Sutcliffe y claro que si quiere.

--Espera ¿y Paul....?

--Aquí esta, no te preocupes. Te pasare la dirección de la nueva casa de Paul.

Yo por nada del mundo deseaba que Stuart viera mis resultados, pero ahora estaba más débil que no podía ni levantarme o hacer algo para detenerlo.

--...El gusto es mío, te vemos a esa hora. Gracias.

Colgó la llamada y volvió a la cama donde me entrego el celular.

--¿Ese tal Peter solo es un amigo?

--Claro que sí, solo eso.

--Pues yo lo note muy preocupado, más de lo normal. 

--Pues eso hacen los amigos, preocuparse.

"Red lips" ·McLennon·Donde viven las historias. Descúbrelo ahora