VIII

364 53 50
                                    

Solté una carcajada al ver la expresión de John.

Estaba muy estresado, trazando el pincel por el lienzo y con el ceño fruncido.

—¡Ahg!, Maldición. Que pintura de mierda has comprado, Paul.

—Esa es la pintura que tú trajiste, John. La mía ni la has agarrado.

—De seguro te la dio ese idiota. —Gruño y batió la pintura gris por todo el óleo por quinta vez—

—Yo la compré —le dije mientras terminaba de limpiar los pinceles que John había utilizado en los anteriores óleos— de hecho, ahí fue donde lo conocí.

John me volteó a ver e hizo una sonrisa irónica lo que me hizo reír. Dejo el pincel de lado y se sentó sobre el sofá.

—John — dejé los pinceles en la barra de mi cocina que quedaba al lado de la sala y caminé hasta el sofá y me senté al lado de John— Te digo que Stuart me va ayudar.

De inmediato me miró y frunció más el ceño.

—Ese imbécil quiere algo, Paul.

—De hecho, sí. —John me vio con expresión de asombro— Deja te explico —Me apresure a decir— me pidió a cambio retratarme.

—¿Para qué o qué?, ¿Que quiere o qué?

Reí al ver la cara de John.

—No me da risa, Paul. Es grave, ¿Y si te secuestra? Ay no, no. Lo buscaría y lo mataría.

—John... No me va a secuestrar. Es alguien de confianza y me cuidó cuando me quedé dormido en su casa. —Eso bastó para que John abriera su boca en gesto de sorpresa— no pienses mal, solo me quedé dormido ahí porque me relajé mientras Stuart me retrataba.

—Mmm.

—¿Estás molesto?

—¡Noooo! Claro que no, Paul. Mira —Apunto sus labios que pronto se estiraron para hacer una sonrisa— ¿Lo viste? —Dijo cuando su sonrisa se deshizo— Soy taaaan feliz.

—Si, se nota que estás muy feliz...

El timbre de la puerta sonó y de inmediato fui hasta ella y la abrí.

—¡Pete! Que sorpresa.

—Hola Paul qué alegría verte.

—Lo mismo digo —le sonreí y me hice a un lado de la puerta—

Pude nota, de reojo, como John se levantaba de sofá e iba a la cocina.

—Pasa, no te quedes ahí— Peter asintió con un poco de pena y paso.

Entonces la tensión creció. Peter observaba los rayones feos de los lienzos y John observaba a Peter con una mirada asesina.

—¿Gustas agua, té?

—Con agua me conformo...

—Toma asiento —Le dije entonces Peter me siguió hasta la barra y se sentó en un banquillo justo frente a John. Yo solo me empeñe en buscar el vaso y servir el agua—

—Hola —Por fin uno de los dos había hablado y ese era Peter— me llamo Peter.

—Si escuché. Soy John, el mejor amigo de Paul... ¿Que su supone que eres de él— yo solo tome la jarra con agua fresca y por eso a servir la agua en el vaso—

—Creo que amigos. ¿No, Paul? —le sonreí y asentí—

—Claro que si Pete —termine de servir el agua y Ale acerque el vaso y él solo lo toma para beber un sorbo—

—¿Y qué haces aquí? —Le pregunto John. En ese momento quise golpearlo, Pete parecía muy incómodo—

—Solo venía a ver a Paul.

—¿Y cómo sabes en donde vive?

—¡John!

—Está bien, Paul. No tengo problema. Pues la otra vez acompañe a Paul aquí.

—Si, cuando me dejaste plantado —Le dije a John y pareció avergonzarse—

—Eh si, no ví su número de piso y apartamento así que hoy solo vine y pregunté por ti. Eso es todo. —Dio otro sorbo y me sonrió— veo que estás muy ocupado así que mejor me voy.

—Estamos. —Menciono John—

—Si, bueno. Entonces te veo otro día, nos vemos Paul.

—Bien —Peter se levantó de su lugar y camino hasta la puerta. Claramente lo pensaba acompañar, pero el agarre de John a mi brazo me lo impidió.

Entonces, Peter salió de la casa y yo voltee hacia a John muy molesto.

—¿¡Pero que te pasa!? —Le dije furioso y me solté de su agarre—

—Pasa que estoy muy molesto ¿Que te pasa?

—¿Que me pasa de que, John?

—¿Que acaso eres un fácil? ¿Por qué carajos ese tipo vino a tu casa? —Para ese entonces yo estaba caminando a mi cuarto y él me seguía el paso.

De ipso facto voltee hacia él. Realmente entendió que sus preguntas fueron bastantes hirientes y muy entrometidas.

—¿Me dijiste fácil? —le dije en un susurro. Él me diría su respuesta, pero lo interrumpí— ¿De verdad me dices así? John tú sabes lo que he sentido por ti todos estos años y sin embargo a ti te vale una mierda. Eso pasa y tú sabes que desde que te conocí nunca jamás en la vida le he coqueteado a nadie. que siendo yo soltero y poder tener la libertad de estar con alguien más te soy fiel aún que no somos nada más que amigos. Me dices fácil. —John quiso tomar mi hombro, pero yo solo impedí— John, tú sabes que el único fácil aquí eres tú... Que a pesar que estabas con Cynthia tú te ibas con May.

—Pero deje de hacerlo.

—Lo dejaste de hacer cuando te descubrí. —Tome aire ya que mi corazón se comenzaba a acelerar y cuando eso pasaba el aire se me iba— así que no me digas que soy fácil.

—Paul yo no pensé lo que decía, sabes cómo soy yo.

—Lárgate de mi casa.

—Aun no terminamos la pintura, Paulie.

—No me interesa, no quiero que me ayudes. Y como soy un fácil pues... ¿Adivina qué? iré con Stuart a que me ayude con la pintura.

John abrió la boca de asombro y yo le sonreí con cinismo.

—Ahora vete que se me hará más tarde. Vete, ahora.

Y lo empujé hasta afuera de mi departamento y le cerré la puerta en la cara.

"ESTA BIEN, ME VOY JAMES. ME VOY PARA SIEMPRE"

Soltó un suspiro pesado y cerré mis ojos.

—Entonces hasta siempre.

"Red lips" ·McLennon·Donde viven las historias. Descúbrelo ahora