XLVIII

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Luego de dos días, Stuart y yo tuvimos que volver a Londres, ya que mi estado cada vez empeoraba y persistía el mal estar de vómitos, mareos y mi corazón agitado.

Era innegable decir que no me veía mal. Llegando a Londres, Stuart decidió contactar a mi hermano y a mis amigos. Todo se sentía triste, todo era demasiado gris y sabia que la gente se comenzaba a preparar para mi muerte.

--Quisiera llevarlo a Liverpool.

Escuchaba decir a mi hermano.

--Si crees que es lo mejor para Paul, entonces así será. Solo que me gustaría estar al pendiente de él, ¿crees que pueda quedarme cerca de tu casa?

--Si, de igual manera sus amigos van a estar en la casa, así que también te puedes quedar allí.

--Te mostrare su guarda ropa, tal vez puedes elegir su ropa.

--Si, gracias.

Vi como iban hacia mi habitación, escuché. "Si, están en aquella habitación" y entraron Ringo y George.

--Ay Paulie. –Ringo entro más rápido a la habitación y subió a la cama, me abrazo y se echó a llorar.

George comenzó a llorar también de forma silenciosa mientras subía también a la cama y me abrazaba junto a Ringo. Yo quería hablar, pero no podía, mi garganta estaba reseca y hecha un nudo. Podía escuchar los sollozos de nosotros tres en aquella amplia habitación.

--Paul, no te vamos a dejar. –Dijo George.

Ambos se separaron del abrazo y limpiarón sus lágrimas.

--Aquí vamos a estar para ti, y lo vas a superar.

Asentí y sonreí, intentaba tranquilizarlo, pero sabia que mi aspecto no era el más reconfortante y no daba nada de tranquilidad.

Mike y Stuart volvieron a la habitación con un par de maletas. Ringo se levanto de la cama y agarro una maleta.

--Yo les ayudo. ¿en qué carro la subo?

--Al mío, es uno color blanco. Lo puse junto a la fuente.

--Yo ayudo con las maletas también. –George agarro la otra y salió junto a Ringo de la habitación.

--Bueno, entonces lo llevas a tu auto que es mas cómodo.

Ambos vinieron hacia a mi y me ayudaron a levantarme. Luego me echaron a aquella silla de ruedas que facilitaba mi andar.

Stuart comenzó a empujarla hasta llegar a las escaleras y Mike ayudo a bajar las escaleras con mucho cuidado. Al estar abajo comenzamos a salir de aquel lugar. Llegamos hasta el jardín delantero donde estaban los autos, ahí esperaban George y Ringo.

--Ustedes se vienen en mi auto, Paul ira con Stuart.

Los chicos asintieron y ambos subieron al auto de mi hermano. Stuart me llevo hasta su auto y me sentó en la parte trasera, enserio parecía un bebé. Luego de unos minutos Stuart subió al auto y arranco, salimos después de mi hermano y comenzó a conducir hacia la carretera camino a Liverpool.

°°°

Abigail estaba dormidita a mi lado, Mike y los demás estaban en la sala de aquella casa. Escuchaba como hablaban, pero de pronto hubo un silencio y pronto una voz.

"¿Dónde está?"

--En el cuarto, esta junto a Abigail ¿Quieres que te acompañe?

--No, gracias hijo.

La puerta de la habitación se abrió y vi a mi padre entrar con una mirada baja.

--Hijo.

Mi padre entro aun más hasta la habitación y se puso a un lado de la cama.

--Escuche que dijiste que no querías ir a un hospital. Creo que es la peor idea que has tomado, pero no estoy aquí para discutir sino para pedirte perdón por todo lo que ha sucedido entre nosotros como familia. Lamento haberte tratado mal todo este tiempo, por haberte rechazado por tus gustos, no lo sabía, no lo comprendía y me aterraba el hecho de verte con un hombre. Durante estos años comprendí que eso no debía ser así hijo. –Su garganta se comprimió, pero continuo. – No te pedí perdón, no te busque y cuando te volví a ver de nuevo esa idea de verte con un hombre me aterrorizo, pero ya esta claro hijo, te amo como eres, amo que sea un hombre de bien y estoy orgulloso de todo lo que has logrado.

Mis lagrimas se juntaban más y más a medida que él continuaba, y yo sabía que no estaría mucho tiempo aquí. Mande a la mierda cualquier cosa del pasado y estire mis brazos para que mi papá me abrazara, el me abrazo con mucha fuerza y comenzó a llorar.

--Te amo hijo. Soy un hombre viejo que no sé bastante de la vida y que cometió errores, pero he prometido cambiar por ti y Mike. Saldremos adelante hijo, prométeme que vas a luchar, no te vas a dar por vencido como lo has hecho todos estos años.

Mi padre me siguió abrazando y beso mi frente.

--Papá. Quiero visitar la tumba de mamá.

Mi padre se separo del abrazo y asintió varias veces.

--Lo haremos hijo, pero ahora quisiera que descansaras. Trata de pensar hoy solo por ti. Aquí estaré día a día para visitarte. –Mi padre volvió a besar mi frente y se despidió de mí.

Yo cerré mis ojos y traté dormir, pero no podía, si me sentía demasiado cansado, pero por más que quisiera dormir había algo que no me dejaba completamente en paz. Los hormigueos sobre mis extremidades eran cada vez más potentes y eso se debía a que nos las usaba demasiado y estas se dormían.

No había lugar en el que yo me sintiera completamente desmotivado, sin apetito y con ganas de dormir. La tristeza cada vez era más profunda, toda aquella me causaba un conflicto total y lo más agobiante era no poder saber porque de ella.

A veces podía saber las razones, y la otra mayoría no sabía por qué. Mi necesidad de beber alcohol había cesado, no tenia antojos como antes los podía tener y al imponerme la mayoría del tiempo a no hablar mis ganas de expresarme eran nulas.

Pronto la puerta se volvió a abrir y Ringo entro.

--Paulie, un doctor vendrá a verte hoy. Es un amigo cercano así que no debes preocuparte por nada. –Se sentó a mi lado y vio a Abigail. –Oye me entere que Mo esta embarazada. No sabes lo feliz que me hace saber eso y...quisiera realmente que fueras el padrino de mi hijo o puede ser hija. Así que por favor Paulie, lucha por nosotros, quisiera que vieras crecer a todos nuestros hijos. –Él tomo mis manos y las acaricio. –Solo se fuerte, porque todos estamos aquí.

Sentí un hueco en mi panza y de nuevo lloré, pero asentí.

--Ringo.

--Dime, Paulie.

--Quisiera que llamaras a John. Pídele que venga por favor.

--Así será, le llamare.

Ambos escuchamos la puerta abrirse y luego una voz que conocía bastante bien, me hizo sentir los nervios que no había sentido hace bastante. 


"Red lips" ·McLennon·Donde viven las historias. Descúbrelo ahora