III

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John soltó una risita y yo volteé a verlo aún más sonrojado.

—¿p-por que?

—siempre quise besarte Paul. Tus labios me parecen muy ricos, lo acabo de comprobar. ¿Puedo besarte de nuevo?

No me dejo ni contestar y se inclinó a mí para seguir besándome. Fue un beso muy corto pero muy rico en especial cuando nos separamos y John mordió mi labio inferior.

—Mmh. Lo sabía, besas bien.

—Gracias. —sólo voltee a la ventana mientras festejaba internamente. Pero todo se arruinó al saber a dónde nos dirigíamos.

Luego de unos diez minutos bajamos en la parada de bus y comenzamos a caminar. John volvió a entrelazar nuestros brazos, pero yo lo retiré lo que hizo verme raro.

—Paul ¿Estas bien?

—Si, solo que me dolió un poco el brazo. Todo el camino fuimos así que se cansó. Pero todo bien.

—Bien.... entonces avancemos.

Comenzamos a caminar a paso norma. No sabía por qué mi corazón, a medida que caminábamos, el corazón se me aceleraba.

John tocó mi hombro y soltó una risita.

—Es por acá Paulie.

Asentí y seguí el paso de John, este parecía saber que algo realmente me pasaba. También sabía que me quería decir algo.

—Paul...

Lo sabía.

—¿sí?

—Se que te incomoda ir con Cynthia, lo comprendo, así que si no quieres ir no tienes que hacerlo. Mira, me puedes esperar en una cafetería y después podemos ir a un lugar.

—Estoy bien mi teddy bear, solo prométeme que me ayudaras con el cuadro.

—Lo prometo —me tomó por el cuello y me apego a él, comenzó a darme muchos besos en la mejilla y luego me soltó— andando entonces.

Como un completo idiota lo seguí, casi que babeando.
Unas pocas cuadras más y llegamos a la casa de los Powell.

La casa era muy bonita. Era de dos pisos de un color café claro, con muchas plantas de las cuales cuidar, muchos adornos lindos y un césped verde y posado.
Caminos por el concreto que daba hasta la puerta color crema y John toco el timbre.
Se le veía muy nervioso y ví como sus ojos se comenzaban a cristalizar.
En menos de dos minutos la puerta se abrió y mostró a una demacrada Cynthia.

—Amor —Le dijo ella y ambos comenzaron a llorar—

Podía comprenderlo, lo comprendía a la perfección. Cuando mi madre murió de cáncer todo fue tan doloroso por que el proceso de su muerte fue lento y veía como poco a poco su cabello caía, su cuerpo adelgazaba, su piel cada vez era más pálida y ella se comenzaban a apagar lentamente. Sabía que John me necesitaba en un momento, pero este no era el momento. Este era un momento para Cynthia y John y yo estaba ahí de sobra, así que con cautela comencé a retirarme y lo logré.

No sabía por qué sentía tanta impotencia y las ganas de llorar se apoderaron de este pobre enamorado. Así que comencé a llorar, mis pasos eran tontos así que topar con una persona, está solamente me insultó y ambos seguimos con nuestro camino.

Tenía poco dinero, pero tenía mucha sed, quedaba para un té y para un pasaje para bus así que caminé hasta una cafetería cercana donde seguro venderían té. Entre al establecimiento y tome asiento hasta la parte de atrás cerca de la ventana.

En cada mesa se encontraba un menú para escoger el postre y bebida que deseas comer o beber así que comencé a buscar.

—Hola, bienvenido a coffes and moffins. ¿Que deseas comer?

Yo aún seguía viendo el menú, sería delicioso un té de canela. Voltee hacia arriba y ví al mesero.

—Hum, me gustaría un té de canela.

—¿Sólo eso?

—Si, no tengo para más ¿Es necesario comprar algo para comer? —Estaba algo malhumorado—

—No, no. Para nada —Soltó una risita— en un momento traeré tu pedido.

—Bien, gracias.

Vi cómo se retiraba y luego me dediqué a jugar con la azucarera que estaba en la mesa. No sabía qué hacer, estaba algo desanimado y las ganas de llorar volvieron de nuevo. No me retuve y comencé a llorar en silencio mientras escondía mi cara.

No sé cuánto tiempo paso, pero sentí una mano en mi hombro.

—Lo siento, no quería...

—Está bien. Lo siento por formar un escándalo.

—Para nada, si no toco tu hombro ni siquiera me hubiese dando cuenta que estabas llorando. Hum, mira —Bajo la bandeja a la mesa y tomo la tasa de té y la dejo sobre la mesa. En la bandeja había un rol de canela sobre un lindo plato de porcelana, la dejo sobre la mesa y me sonrió.

—Solo pedí té.

—El pan es parte de la casa —lo ví con incredulidad— bueno, va por mi cuenta.

—No quiero dar lastima.

—pero no la das, pequeño. —batió mi cabello y me sonrió— tómalo como un obsequio de mi parte. Soy Peter —Estiro su brazo para dar un saludo y yo lo acepte—

—Paul. Y gracias por el pan.

—No es nada, espero verte pronto. Me gustaría acompañarte, pero estoy en horario de trabajo.

"Best, ¿Ya tomaste tu tiempo libre o qué?, Vamos hay mucho trabajo por hacer"

—aparte que mi jefe es un idiota —Le susurro. Eso me hizo dar una carcajada— bien, nos vemos, hasta luego.

—Hasta luego.

Tomé mi taza de té y le di un buen sorbo. Al menos tendría un tiempo en paz.

***

Terminé la última migaja de pan y me levanté hasta la caja para pagar.
Saqué el dinero, pero la cajera me dijo.

—No hay necesidad que pagues, Peter ya lo hizo.

—¿En....serio?

—Si.

—¿Dónde está él?

—Tuvo que ir a entregar un pedido.

—¿Le podrías agradecer de todo corazón? —la chica asintió. Me retiré del establecimiento y salí de ahí—

Caminé de nuevo a casa de Cynthia. Tal vez podría acompañar a John a su casa.
Con un poco de pena toque la puerta se abrió, pero está vez fue la señora Powell.

—¿Que paso, Paul?

—Quería saber si John....

—No te preocupes, niño. John se quedará aquí ¿Algo más?

—No, nada más. Gracias.

—por nada, Paul. Hasta luego.

—hasta luego.

Y caminé de regreso a mi casa hasta que.

—Hey bonito....

"Red lips" ·McLennon·Donde viven las historias. Descúbrelo ahora