XXXVIII

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Desde que había llegado al bar gay unas chicas no dejaban de verme y coquetearme, pensando que era una mujer.

Agarre el tarro de cerveza y bebi fondo hasta estar totalmente ebrio y mareado.

--Jovencita, creo que debe irse ya.

Dijo el bartender agarrando el vaso de mi cerveza y se la arrebate.

--Aun no me la acabo, y son un maldito hombre. Tengo dos bolas y un pene entre las piernas.

El joven me vio con vergüenza y se alejo de ahí. Yo me levante del banco y camine por el pasillo hasta llegar al baño de los hombres, dentro de él había varios besuqueándose y toqueteándose a más no poder.

--Oye, tu no puedes entrar aquí.

Me dijo tomándome del brazo y me devolvió a la entrada, pero antes de que cerrar la puerta le dije: --¿Acaso tengo que repetirlo? Soy un maldito hombre. –Luego quite mi peluca y él abrió la boca en sorpresa. –Ahora si me permites voy a entrar.

Entre al baño y fui directo a un urinal. Tuve que levantar mi vestido dejándolo por arriba de mi pelvis, baje mi bóxer agarre mi pene y apunte al inodoro.

Podía escuchar los malditos mormullos de todos aquellos imbéciles, pero estaba tan mareado que ni siquiera podía pronunciar una palabra que no fuera de ira sobre mi vestuario de mujer. Una vez termine fui hasta el lavabo y leve mis manos.

Sali del baño y saque mi móvil. Busque el contacto de Peter y le llame. A un par de segundos me contesto

--¿Paul?

--Peter, cariño. ¿podrías venir por mí?

--Si, claro. Solo dime donde estas e iré por ti.

--Estoy en un bar gay, por la...eh. —Sentí ganas de vomitar, pero me contuve y seguí. —por la calle principal del centro de Londres.

Escuche un suspiro de su parte y luego un: --Esta bien, no te muevas de ahí. No queda lejos de mi casa. Llego en diez minutos.

Caminé de nueva cuenta hasta la barra y pedí una última ronda de cerveza.

°°°

Había recibido una llamada de Peter diciéndome que saliera del bar ya que él ya había llegado. Pague mis cuentas y Sali de ahí hasta llegar a la puerta principal del bar. Un tipo se topo conmigo y me pidió disculpas, de inmediato lo reconocí.

--¿P-paul?

--Que bien que llegas cariño. Muero de sueño...

--¿Q-que haces vestido así?

--¿Así cómo?

--Como..., Dios, tu eres la chica del arte.

Quise estrellar mi cabeza sobre la pared. Había olvidado, y como no si estaba bastante ebrio, que estaba vestido de chica en esos momentos.

--¡No...!, claro que no.

--Paul, ahg, vámonos de una vez.

Me sostuvo de la cintura y me llevo hasta el auto dejándome en el asiento de copiloto y poniéndome bien el cinto. Pronto el corrió hacia el asiento piloto y se coloco el cinturón. Arranco el auto y me veía varias veces.

--No puedo creerlo. --Dijo y suspiro. --¿Cómo...cómo es posible? Ya decía yo que "tu amigo" me era familiar.

Yo bufe y toque su muslo intentando hacer que dejara su enojo de lado.

--No es para tanto.

--¿Qué no es para tanto?, Paul, por el amor de Dios. Me engañaste este tiempo. Dime, ¿Es por eso que te fuiste de tu departamento?, ¿Te fuiste a vivir con él  para trabajar en esa mierda?

Estábamos en una terracería y justo paro el auto.

--Dime.

--Ahg, ¿a ti que carajos te importa?

--Me importa porque se supone que eres algo mío, ¿Por eso te largaste de ahí?

--Si, lo hice por eso. Ahg carajo. Lo hice por necesidad y no por gusto.

--¿Cuál era tu necesidad eh?, ¿Cuál? Me dejaste sin decirme una sola palabra a pesar de que estuve a tu lado cuando ese imbécil celopata te hizo daño. Cuide de ti, Paul, te cuide e intente conquistarte cada día con detalles y tu solo te fuiste sin decir adiós. Dime, ¿Tu necesidad era ser una puta?

Con rabia le metí una bofetada e intenté quitarme el cinturón de seguridad, pero Peter lo impidió.

--Tu no sabes nada. Eres un idiota igual que Stuart. –Lo golpee varias veces en las manos para que soltara el seguro del cinturón, pero no podía. --Déjame, maldito idiota.

--Quiero que me digas porque te fuiste sin decir adiós.

--¡No quería que nadie supiera de mí, no quería que me extrañaran! Tuve que irme a trabajar para poder costear los gastos de los medicamentos de mi hermano. Eso es todo y si, tal vez sea como prostituta, ¡tal vez solo sea un maldito estorbo así que déjame ir!

Peter suspiro y soltó el cinto.

--No te vas a ir en ese estado solo, Paul.

--¿Acaso te importa?, Seamos claros Peter, no te amo y tu solo eres un gay de closet que disfruta con mi cuerpo. –Solté sin siquiera saber porque decía esa mierda. – Así que, vamos, solo quieres que este bien porque quieres follarme cada día.

Peter golpeo el volante y volteo furioso hacia a mí.

--Tu no sabes cuantas peleas he tenido con mi mujer por tu culpa, tu no sabes que en la semana tuve que elegir entre ti y mi mujer y mi hija. Si, le conté de nuestra aventura porque la culpa me gano. Veo que no vales la pena, olvida lo que dije sobre quedarme contigo y olvida mi maldita ayuda, veo que otros te la dan muy bien. ¿Y sabes algo?, el Paul que yo conocí murió cuando dejaste ese apartamento. Te llevare a un motel cercano y te dejare ahí. No me llames, no me mensajees y quiero que te alejes de mi para siempre.

Yo ignore sus palabras volteando a otro lado. El volvió a encender el auto y volvió a conducir, esta vez en silencio, no sin antes agregar,

--Te delataría ante los medios, pero no soy tan poca cosa para hacer eso.

°°°

Sentí un calor en la cara y cuando abrí los ojos estos se encandilaron debido a los rayos del sol. Maldije mil veces y me levanté de la cama tambaleando. Fui hasta el lavabo del baño y lavé mi cara. Me vi al espejo y por fin me di cuenta que no estaba en casa de Stu ni de Peter.

Detrás de mi estaba la regadera y unas toallas. Estas tenían un logo y la frase "Motel London sex", suspiré pensando que estaba en una situación con un chico del bar, pronto los flashbacks de mi pelea con Peter llegaron a mi cabeza y no hice más que maldecir una y otra vez.

Volví a la cama y me volví a recostar,

Era cierto, lo mejor era que dejara a Peter de una vez por todas, debía dejarlo hacer su vida y no interferir más en su matrimonio. Creo que ya se había dicho lo suficiente, aun así, quería disculparme con él. Agarre mi celular y entre a su chat para escribir: "Siento tanto lo de anoche, yo actué mal a pesar de cada ayuda que me diste, tienes razón... lo mejor es alejarnos y vivir nuestras vidas. Lo siento tanto Peter." Este de inmediato fue visto por él, pero no recibí una contestación sino un bloqueo.

--Bien, creo que eso es todo...

Recorrí con la vista la habitación y vi las llaves del auto de Stuart.

--Mierda, espero y siga en su lugar.

"Red lips" ·McLennon·Donde viven las historias. Descúbrelo ahora