John cerro la tapa del piano y me vio a los ojos.
--Bien, es algo entretenido tocar, pero tampoco quiero tener artritis. –Se levanto del banquito y volteo hacia a mí mientras él flexionaba sus extremidades. – Me gustaría salir a comer, ¿Qué me dices?, hay un restaurante justo aquí en la planta de abajo.
Asentí emocionado y quise levantarme, pero me caí y con el borde del piano golpeé mi labio.
--Mierda. –John corrió hacia a mi y me tomo para ayudarme a levantarme. Yo no soportaba esto, no soportaba que mis piernas –Después de tomar. –se volvieran débiles. Comencé a llorar y John acaricio mi cabeza. –Tranquila, estaré para ti siempre, te cuidare.
Tomo mis manos y luego toco mis mejillas.
--¿Tienes frio? . —Yo negué. –Es que tienes las manos muy frías. Ven, mejor descansa, yo te traeré la comida. –Me levanto y me dejo sobre su cama y cuando pensaba alejarse, yo lo detuve tomándolo por la camisa y acercando su cara a la mía.
Su mirada recorrio la mía. Mis manos sosteniendo el borde de su camisa y sus manos apoyadas hacia mis lados. Escuché un pequeño suspiro y sentí un aire caliente que comenzaba a hacerse más presente alrededor de mi boca. Cerré mis ojos al sentir los labios de John sobre los míos. Él subió a la cama y dejo sus piernas hacia los costados de mi cuerpo, dejándome a mi debajo de él.
Una de sus manos comenzaba a acariciar mi abdomen. Agradecí ponerme esos implantes de silicona en mi pecho, ya que John comenzó a masajear esa zona. Solo pedía que esta no se desacomodara.
--Oye. –Dijo John cuando soltó aquel beso. –Siento tu corazón latir muy rápido. ¿Estás bien?
Asentí y le tomé del borde de la camisa para incitarlo a volverme a besar. John pensaba quitarme la camisa, pero se lo prohibí. Quiso quitarme aquel pijama negro, pero se lo prohibí. Quiso bajar su mano por debajo de mi pelvis y se lo prohibí, pero aun así no se dio vuelta atrás y seguía besándome lentamente, cálido y parsimoniosamente.
--Debes esperar por el postre, princesa, aun no has comido. –Se separo de mi y analizo mi rostro. –Solo espérame veinte minutos. Traeré comida deliciosa.
Se levanto de la cama y agarro su abrigo.
--No tardo.
Salió de la habitación y yo sonreí por fin. Tome una almohada y la abrace como si fuera John.
--Se que tú me apoyarías si estuvieras aquí, mamá.
°°°
Comí de la pasta y luego agarré el trozo de carne. Bebi de mi jugo de mango y luego deje el vaso sobre el cajón de enseguida.
--Bueno, como te decía. Compuse esa canción a mi bebé cuando vino una noche llorando diciéndome que un monstro le perseguía. Lo lleve a una habitación de nuestra casa donde tengo todos mis instrumentos y comencé a tocar el piano, solo vino a mi mente la letra y le comencé a cantar. Close your eyes, have no fear. The monster's gone, he's on the run and your daddy's here. –Canto y luego bebió de su jugo. –A Sean le encanta, por eso cada vez que tiene miedo la canto para él, no importa si es día, noche o si hay o no gente. –Soltó una pequeña risita. –Yo le tengo miedo a los impuestos.
Yo deje mi plato aun lado. Me era imposible poder sentir apetito, no podía tragar si quiera.
--¿No te gusto?
Negue y de inmediato agarre el papel y una pluma. "La comida es muy buena, pero no tengo hambre" escribí. Él leyó eso e hizo una mueca.
--No comiste mucho. Pero esta bien, no te puedo forzar. –Agarro los platos y los dejo al lado, donde había unos cajones. –¿Tienes sueño?
No pude evitar asentir, estaba bastante agotado.
--Esta bien, entonces es hora de dormir. Me cambiare de ropa para dormir.
Se levanto de la cama y fue hasta una de sus maletas donde saco su pijama.
--Este pijama la tengo desde los veinte años, me lo regalo mi tía. –Me dijo. Bajo su pantalón y luego lo echo a un lado, agarro el pijama y se la puso. Subió de nuevo a la cama y se recostó en mi pecho. Agarro mi mano herida y comenzó a analizar mi brazo. Pude percatarme que noto mis moretones y me sentí avergonzado. Yo cerré mis ojos intentando dormir. El ruido en la habitación era nulo, pero pronto escuche.
--Ojalá y me perdones.
°°°
Yoko tomo mi mano y me llevo al área de vestidos.
--Mira, tu tono de piel caería de maravilla con este vestido azul. ¿o te gusta más el amarillo?
Yoko comenzó a sacar varios vestidos y los ponía sobre mi cuerpo intentando calcular mi talla.
--Yo digo que te lleves ambos.
Ella agarro los vestidos y caminamos por el extenso pasillo de maquillajes.
--¿Cuál paleta te gusta más?, a mí me gustan los tonos neutros, pero si quieres puedo comprarte una que sea de tu agrado.
Le toqué el brazo y le dije "No tienes por que preocuparte. Tengo ropa en el hotel"
--Pero no me importa cariño, aparte hoy vamos a una cena importante y todos nos debemos ver muy guapos. –Ella agarro tres paletas y las guardo sobre la canastita color negro en la cual echaba los productos pequeños.
Escuchamos un ruidito y volteamos hacia el lado derecho, donde había más y más ropa de mujer.
--Dios, ¿viste ese vestido? Es perfecto.
Caminamos hasta él. Era rojo vino, era de tirantes y era largo.
--¿Te gusta?
Asentí sin darle demasiada importancia.
--Llevaremos entonces este y...hum. Hacen falta algunos accesorios.
Yoko agarro el vestido y camino hacia la parte de accesorios. Mis pies estaban muertos.
--Uh mira ese vestido de allá. Vamos cariño, tu no estas cargando las cosas.
Seguí a Yoko y vimos el vestido. De pronto sentí unas manos sobre mis hombros y quise gritar, pero gracias al reflejo de la ventana vi que era Stuart, John y Sean.
--¿Ya tienen todo?
Pregunto Stuart viendo todo lo que Yoko llevaba.
--Casi, estamos buscando accesorios para la noche.
John agarro unos aretes largos de bolitas y los echo a la canasta.
--Esos le quedaran muy lindos a Eleonor.
Note como Stuart fruncia el ceño, pero luego sonrió.
--Necesito que me des consejos sobre esas cosas, amigo.
John se sonrió y asintió.
--UY, ¡MIREN ESE VESTIDO!
![](https://img.wattpad.com/cover/233253720-288-k984989.jpg)
ESTÁS LEYENDO
"Red lips" ·McLennon·
Fanfiction-Si él llegara a descubrirme, seguro que me odiaria. El humano es capaz de desarrollar una personalidad, dos es tan complicado, pero McCartney se verá obligado a hacerlo.