XLIII

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Abrí mis ojos poco a poco y volteé a mis lados percatándome de que todos estuviesen dormidos. Cuando me di cuenta de que así era me levante del asiento y camine hasta el pequeño bar que había en el avión y agarre la primera botella de alcohol que vi, luego agarre tres más y con cautela entre al baño del avión. Dejé las botellas sobre el suelo y abrí la primera.

--Me prometí a mí mismo no tomar, pero no puedo. –Dejé la tapa a un lado y olí la bebida. –Un pequeño trago ¿qué más da?

Luego de aquello comencé a beber y beber...Y como siempre; comencé a llorar y a recordar a mi madre.

Escuché una voz y luego un estornudo así que decidí guardar más silencio.

Debía apurarme en terminar de beber aquello.

°°°

Stuart sostenía mi brazo y mi cintura mientras comenzábamos a bajar del avión.

--No puedo creer que te robaras todo ese alcohol de ahí, por Dios, creí que ya no beberías. Martin esta demasiado enojado como no te das una idea, menos mal que salimos rápido.

Yo asentía a todo lo que me decía sin comprender mucho.

--Prometí paciencia, pero Paul, ayúdame. –Susurro Stuart.

--Hey, el auto esta de este lado. ¿No quieres que te ayude con ella?

Menciono John y yo asentí varias veces intentando soltarme de Stuart para ir con John. Él me tomo de inmediato de la cintura y me ayudo a caminar hacia el auto.

Yoko abrió la puerta y entro al auto junto a Sean en la parte trasera, luego Stuart y al final yo.

--Iré adelante con el chofer. –John cerro la puerta y luego abrió la del copiloto para sentarse ahí y colocar su cinturón.

Stuart tomo mi cara y la dejo contra su pecho mientras acariciaba mi cabello, esto era para hacerme dormir y no fuera a soltar la bocota.

--Que lindos se ven. –Menciono Yoko con una sonrisa cálida en su rostro. –Muy juveniles y muy enamorados.

--Oh si, ella es mi sol. –Contesto Stu. Yo cerré los ojos hasta quedarme dormido.

°°°

Volví a la cama con ayuda de Stuart y suspiré pesado.

--Debes comer algo. Ya es la quinta vez que vas a vomitar.

--Pero no tengo hambre Stuart. Si como lo voy a vomitar y no le veo sentido.

Volteo hacia el televisor y luego hacia a mí.

--¿Entonces para que ves televisión en italiano si no entiendes nada?, al menos déjame traerte té o algo así. Debes mejorarte.

--Stu, voy a estar bien. Veras que en la reunión de esta noche estaré de maravilla.

--Paul, es en cuatro horas y tu te ves fatal.

--En estas cuatro horas me mejorare. Deja de preocuparte por mí.

--Aja. Bien, esta bien, pero de una vez te advierto que Martin vendrá a darte un discurso de eternidad.

Stuart camino hasta la puerta del baño y abrió esta.

--Lo sé, me queda más que claro. Ahora date un baño que hueles fatal. –Agarre una almohada y se la lance a la espalda y él la dejo sobre la cama.

--Mira quien lo dice.

Stu entro al baño y luego cerro la puerta. Yo voltee hacia la televisión y me quede observando como aquella gente hablaba. Pronto escuche una bonita melodía de un piano, así que, de inmediato apague el televisor y me levante de la cama, apegue mi oreja hacia el muro que dividía la habitación nuestra con la de los Lennon.

Love is real, real is love
Love is feeling, feeling love
Love is wanting to be loved

Love is touch, touch is love
Love is reaching, reaching love
Love is asking to be loved

Toque mi pecho y suspire y continué escuchando.


Love is you
You and me
Love is knowing
we can be

Love is free, free is love
Love is living, living love
Love is needing to be loved

Mi corazón se acelero al escuchar esa risita y  un par de besos.

--Suena muy lindo, cariño. Amo esa canción.

Escuche decir a Yoko. Empuñe mi mano y golpee el suelo varias veces.

--Mierda, mierda.

Seguía golpeando hasta que sentí aquel liquido espeso y caliente saliendo de mis nudillos.

--Es... es algo repetitiva, pero créeme cuando te digo que la hice con todo mi corazón.

--Te creo, y es hermosa.

--Gracias, Yoko.

°°°


Me coloque un poco de maquillaje, deje que Stuart me acomodara algunas plastas que hacían ver mi rostro mas fino como una chica, y la peluca.

--No sé si quiera para que me pones esto.

--Bueno, para que no se den cuanta que eres un chico. Van a venir a buscarno para la reunion, pero no podre ir porque debo cuidarte.

--Agh, solo ve y diviértete. Yo estoy bien.

--No, capas y te vas al bar de abajo y te emborrachas.

Stuart se quito la corbata y cuando estaba apunto de desabotonarse el primer botón de su camisa blanca sonó la puerta. Mientras él iba a abrir yo me acomode mejor sobre la cama.

--Pasen, pasen.

Yoko y John entraron a la habitación y de inmediato me vieron.

--¿Aun no te recuperas querida? Creí que lo harías. –Yoko camino hasta la cama y se sentó a mi lado. Toco mi frente y luego vio mi mano. --¿Qué te sucedió?

--Se golpeo la mano. –Contesto Stuart por mí. –Cuando salí del baño estaba así.

--Mm, ya veo. Vaya, y esta seria una noche muy divertida para todos.

--Me quedare a cuidarla, pero no duden en divertirse. –Les dijo Stuart.

--Oh, no, no. Podemos quedarnos todos aquí y disfrutar de...--Yoko se quedo pensando durante unos segundos. –La vista.

Yo negué. Ahora estaba jodido ya que lo que usaba para comunicarme estaba dañado: una de mis manos. John noto que deseaba hablar así que saco un bolígrafo y un papel de su bolsillo del pantalón y me lo dio. De inmediato intente escribir "No importa, vayan ustedes. Estoy bien". Yoko leyó para todos y me vio a mí.

--¿Segura?

Asentí

--No me gustaría dejarla sola, pero realmente desearía ir. –Dijo Stuart.

--Yo igual. –Complemento Yoko.

--Pues vayan ustedes dos, yo cuidare de ella. Igualmente, no tengo muchas ganas de ir, me siento bastante cansado. –Dijo John.

Yoko se levanto de la cama y asintió.

--Que buena idea, cariño. Entre ustedes se cuidan mientras Stuart y yo salimos. ¿Qué dices Stuart?

--Pues, no lo sé. ¿Estas bien con la idea?

Yo volví a asentir.

--Entonces, les deseo buena noche. Intentaremos llegar lo mas pronto posible. –Dijo Yoko. Tomo su bolso y lo acomodo.

--John, antes quiero decirte unas cosas. –Dijo Stuart. Tomo su bléiser e hizo que la pareja saliera del cuarto junto con él.

Estaba bastante nervioso, estaba con la piel de gallina. Mi panza se sentía caliente y quise saltar de felicidad al saber que John se quedaría conmigo.

Al final John entro al cuarto y cerro la puerta tras él.

--Bien, al parecer seré tu enfermero esta noche.

"Red lips" ·McLennon·Donde viven las historias. Descúbrelo ahora