LXIV •Tears In Heaven•

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Empujé a cualquier persona que se interpusiera entre mi camino hacia ver a Paul. Mis lágrimas se escurrían por toda mi cara.

Subí las escaleras de mi casa como nunca antes lo había hecho y ahí estaban todos. Llorando, con rostros de impresión, pero ninguno entraba a la habitación.

—John...—Suspiro Mimi y fue hasta a mí dónde me abrazo con fuerza y yo me sentí tan débil, tan vulnerable e indefenso.

—Mimi...se fue mi amor...—El pecho se me destruía. Quería morir en ese momento.

Mimi acarició mi cabello. Los sollozos de las personas no paraban, no lo harían.

Me separé de Mimi, ella intentó agarrar mi mano para evitar que fuese a la habitación.

Ni siquiera sabía quiénes estaban ahí, tan solo deseaba ver a mi Paulie, quería saber que había ocurrido.

Entré a la habitación y ahí habían dos forenses revisando el cuerpo de mi novio. Sentí una rabia inmensa, sabia que ellos no tenían la culpa, pero la rabia me cegó.

—¡Largo de aquí!

"señor, debemos revisar que sucedió con el joven"

—¡VÁYASE DE AQUI, LE DIGO"

Me fui contra uno y lo empuje afuera de la habitación. Corrí hacia el cuerpo de Paulie y lo abrace tan fuerte como se me permitía, su cuerpo aún tenía aquel olor a manzanilla, su cabello que comenzaba a crecer rasgaba mis ojos. Su cuerpo comenzaba a enfriarse y con el mi corazón.

Paul estaba muerto. Realmente lo estaba.

—John, amor. Debemos dejarlo, hay que dejarlo ir.

—No, alejate de mí, quiero estar con él un poco más, quiero estar con él.

—Pero no lo puedes tocar.

—¿Solo por qué está muerto? No, Mimi, no porque este muerto lo vuelve intocable, déjame estar con él. —Intenté sonar lo más calmado posible.

Ni siquiera supe cuando se fue, yo solo estaba abrazando a Paul, lo quería abrazar hasta que yo también muriera, quería que ambos estuviéramos juntos.

—Mi Paulie precioso. Te amo tanto. —Mis lágrimas bajaron por mi cuello hasta que se secaban cuando se aproximaban a mi pecho. —¿Por qué me dejaste? ¿Por qué no te quedaste conmigo? —Solté un suspiro de puro dolor. —Conseguí los papeles, los...los papeles para el salón, por favor despierta. Haremos el proyecto de nuestros sueños.

Lo recosté sobre la cama y ví su suave piel palidecer más. Estaba hecho, Paul estaba muerto.

Empuñe mi mano y dejé caer mi cabeza a la orilla de la cama. Lloré, lloré y lloré, tanto. Jamás había llorado tanto en la vida y dudaba volver a llorar como aquella vez.

Vi todo su rostro, sus labios rojos comenzaban a palidecer....

"—Pero siempre lo diré, amo tus labios rojos."

°°°

—Bien, y luego subes la manga ¿Bien? Tenga suerte señor Lennon. Se que esto puede ser difícil, pero siempre ayudan a sanar la mente. —Dio unas palmadas en mi hombro y se retiró.

Yo suspiré y tomé un tiempo para comenzar a vestir a Paul.

Los de la funeraria me habían recomendado vestirlo yo, ya que aquello me daba una aproximación a Paulie, sería mi despedida, sería mi adiós definitivo.

"Red lips" ·McLennon·Donde viven las historias. Descúbrelo ahora