XXIV. Fiesta del té.

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-¿Eras novia de mi papá antes? --su pregunta me deja congelada, no sé si debería contestar...

-¿Qué te parece si le haces esa pregunta a tu papá mejor? --la niña ladea la cabeza y frunce ligeramente el ceño para después asentir en respuesta-- Perfecto. --la tomo en brazos-- Ahora vamos a bañarte.

Vamos a su habitación, dejo a Angie en el cuarto buscando su ropa y voy a preparar la tina.

-Angie ya está lista la tina. --digo saliendo del baño y encontrándola con un disfraz tendido sobre la cama.

-¿Me dejarás usarlo? Porfis. --junta sus manos y afirmo-- ¡¡¡Yei!!! --río antes de tomarla de la mano para ir al baño.

Según Angie, nunca se había divertido tanto en la tina, le pasaba la pequeña esponja por el cuerpo mientras ella jugaba con un patito de hule y reíamos por sus ocurrencias. Luego de varios minutos la saco envuelta en una toalla y la dejo sobre su cama.

-Gracias. --dice de repente al darse la vuelta para para subir el cierre de sus vestido.

-¿Por qué? --pregunto sin entender.

-Por dejarme elegir la ropa. --vuelve a quedar frente a mí y sonrío con ternura-- Mamá siempre la elige por mí.

-Bueno, míralo por el lado bueno. Sí quieres podemos jugar a las princesas. ¿Qué dices? --grita antes de saltar encima mío para abrazarme-- No vamos a caer. --digo entre risas.

-¿De verdad podemos jugar? --asiento-- ¡Sí! --vuelve a abrazarme del cuello.

-Bueno princesa, ahora déjeme peinarla. --asiente dándose la vuelta.


Al poco rato bajamos otra vez a la sala, Angélica estaba convertida en una hermosa princesa con tiara y toda la cosa. Armamos una gran fiesta del té, invitamos a varios muñecos a beberlo con nosotras y por supuesto Toby no podía faltar. Quince minutos más tarde tocaron el timbre interrumpiéndonos, seguramente era Matamoros con mi ropa así que me apresuro.


-Hola Moros... --me hago a un lado para que entre con un bolso y cierro la puerta-- ¿Trajiste lo que te pedí? --me paro en seco al escuchar el timbre insistente a mi espalda.

-Ups... Olvidé decirte ese detalle. --dice apuntando a la puerta.

-¡Hellooo herma! --dice Eunice apenas abro-- Pensé que me dejarías afuera.

-Debí imaginarlo. --sonrío negando mientras cierro la puerta.

-Vine con este sangrón para hacerte compañía en tu noche de niñera. --apunta a Matamoros quien levanta las manos y se dirige a la sala.

-Ok, pero no digas que soy niñera es solo un favor. --ella bufa siguiendo a mi amigo o bueno su amigo o lo que sea.

-Hola. --dice Angie apenas entramos a la sala.

-Hola pequeña. --Eunice la abraza y me mira-- Es adorable. --yo ruedo los ojos. Si había alguien en este mundo al que le encantaban los bebés es era ella.

Esta iba a ser una tarde bastante larga...

***

Pasamos casi dos horas jugando a las princesas, Angie se las arregló para hacer que Matamoros entrara también en el juego fingiendo ser él dragón malvado que la tenía encerrada en una torre. Eso nos hizo reír bastante, ver a Moros alzándola en el aire y haciéndola girar provocando su risa era algo bastante tierno.

𝑺𝒊 𝒕𝒆 𝑨𝒕𝒓𝒆𝒗𝒆𝒔 ♥︎ |+18|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora