El reloj de la mesita de luz marcaba las 4:00am y Altagracia estaba dormida en el pecho de Jose Luis mientras él acariciaba su espalda con una sonrisa tonta en los labios, admirando su rostro relajado, con su respiración pausada y tranquila. Así llevaba ya casi una hora, sólo observándola mientras dormía, riendo bajo cada vez que ella fruncía el entrecejo y hacía leves pucheros con la boca, al parecer estaba soñando. Cada gesto en Altagracia hacía más difícil para Jose Luis el hecho de irse de su lado.
A su pesar quitó la mano de ella que estaba sobre su pecho, incorporándose en la cama con cuidado de no hacer ruido y así poder levantarse. Claro que al Altagracia no sentir su cuerpo pegado al de él, frunce ligeramente el ceño y comieza a buscarlo aún con los ojos cerrados, al encontrar su lado vacío se sienta de golpe en la cama.
—Tranquila, aquí estoy. --va a ella sentándose a su lado y acariciando sus brazos desnudos.
—Pensaba que te habías ido. --se aclara la garganta al escuchar su voz ronca y fija la mirada en él.
Se veía tan guapo así, recién levantado con el pelo desordenado y sus ojos marrones un poco achinados. Tenía el torso descubierto dejando ver las marcas de sus largas uñas en sus hombros, algo que la hizo sonreir al pasar su mano por ahí.
—¿Cómo me voy a ir sin decirte? --Altgracia da de hombros-- Aunque sí tengo que hacerlo. --desvía su mirada al escuchar esas palabras-- Altagracia... Sabes que si pudiera cancelaría todo para quedarme aquí contigo.
Se sentía un poco mal por dejarla después de estar juntos, no quería que pensara que las cosas iban a ser así de ahora en adelante, y eso era exactamente lo que pasaba por la cabeza de Altagracia en aquel momento, que la había utilizado para "recordar los buenos tiempos" y ahora si te ví no me acuerdo, o peor, había encontrado la forma perfecta de vengarse de ella por los errores del pasado y ahora le haría lo mismo.
El silencio reinaba en aquella habitación en la que ambos, sumergidos en sus pensamientos y haciéndose un montón de ideas en la cabeza, continuaban sin decir palabra alguna.—¿Te arrepientes de lo que pasó? --dijo ella contectando su mirada otra vez con la de Luis, quien niega rápidamente con la cabeza y acerca más su cuerpo al de ella.
—Por suepuesto que no. --le toma el rostro con las manos-- ¿Cómo me voy a arrepentir?
Acabo de hacer el amor con la mujer más bella, --reparte besos por toda su cara-- la más dulce, --Altagracia sonríe-- la más inteligente y... --se detiene a pocos centímetros de su boca contemplando sus labios antes de continuar-- la única mujer que amo. --Altagracia pasa sus brazos alrededor de su cuello para acercarlo más a ella y sin decir nada lo besa.José Luis la tomó haciendo que se sentara a horcajadas sobre él, mientras que con su manos recoría cada parte de su cuerpo.
—Alta... --dice agitado después de unos minutos sobre su boca, tomándola de la cintura para alejarla un poco-- Me tengo que ir. --Altagracia hacer un puchero que le causó ternura, pero al final terminó asintiendo.
—¿A qué hora sabes tu vuelo? --se aferra a la sábana que cubría su cuerpo y se levanta de sus piernas para ponerse de pie frente a él.
—A las seis. --responde sin quitarle los ojos de encima.
—Es una lástima. --dice antes de soltar su agarre haciendo que la fina tela se deslice por su cuerpo, dajándola solo en bragas frente a él.
—Eres mala. --José Luis comenzó a humedecer sus labios admirando su belleza, la forma en que se había expuesto ante él, era algo que le encantaba y pensar que podría tenerla así siempre ante él lo exitaba.