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A la mañana siguiente, Hyunjin despertó con un fuerte dolor de cabeza.

Apretó sus ojos con fuerza y luego los frotó con sus manos. Sacudió la cabeza y se levantó de la cama con mucho esfuerzo.

Se dio una rápida y fría ducha y cuando salió del baño en su habitación, vio que Jeongin seguía durmiendo. Se veía tan lindo y tranquilo que hizo que una gran sonrisa apareciera en el rostro de Hyunjin, pero esta desapareció unos segundos después, cuando un recuerdo llegó a su mente acompañado de un sentimiento de culpa. Se tensó y bajó la mirada, apretando los puños. Negó rápidamente con la cabeza para esfumar todos esos pensamientos.

Se fue a la cocina para preparar el desayuno para ambos.

Cuando terminó, se sentó con los codos apoyados en la mesa, esperando a que Jeongin despertara.

Miraba un punto fijo y su mente comenzaba a viajar en el tiempo, a la noche anterior específicamente. El lindo rostro de aquel chico aparecía repetidas veces ante su vista y automáticamente se sonrojaba, sin querer. Cuando esto ocurría, su dolor de cabeza se intensificaba, obligándolo a volver a la realidad.

—Buen día~ —le saludó Jeongin, soltando un tierno bostezo mientras restregaba sus ojitos con las mangas de su camiseta. El peli gris sonrió y lo saludó de vuelta, acercándose a él para tomarlo en sus brazos.

—Ven, toma tu desayuno bebé.

Le dio una taza de café y una tostada y comenzó a comer su desayuno sentado en las piernas de su novio, como un bebé.

—¿Quieres ir a comer fuera hoy? —preguntó Hyunjin de pronto. Jeongin asintió rápidamente, dando pequeños y rápidos aplausos, le gustaba mucho cuando salían, ya fuese a comer a otro lugar o simplemente a pasear, porque eso significaba pasar tiempo juntos.

—¿Qué te parece si vamos a comer y luego vamos de compras? —Jeongin asintió de nuevo, aún más feliz.

Cuando terminaron su desayuno, ambos fueron a arreglarse para comenzar el día.

•*¨*•.¸¸☆*・゚

Pasado el medio día llegaron a su destino y Jeongin parecía un niño pequeño cuando entraron al gran local de comida.

—Pide lo que quieras, bebé —le dijo Hyunjin guiñando un ojo, y el otro asintió muy feliz.

Cuando ya habían ordenado, Hyunjin se quedó esperando a que su pedido estuviera listo y Jeongin se fue a buscar una mesa para los dos. Se sentó y comenzó a mover sus pies impaciente. Observaba todo alrededor suyo en aquel gran patio de comidas, la decoración, las luces, a las personas y de pronto divisó a alguien.

—¡Felix! —exclamó, moviendo su mano en el aire, llamando la atención del rubio, quien comenzó a acercarse a él cuando lo reconoció.

—Hola Innie, ¿cómo estás? ¿Qué haces por aquí? —preguntó su amigo con una sonrisa.

—Vine de compras con Hyunjin, él está por allá, esperando nuestra comida —le respondió muy feliz.

—Me alegra que todo esté bien entre ustedes de nuevo Innie —ante esto, el menor le dio una sonrisa de agradecimiento —. Bueno, fue un gusto verte, pero ya tengo que irme, Changbin está esperando —avisó Felix mientras agitaba su mano en el aire, alejándose por donde había llegado, y Jeongin se despidió también.

Unos segundos más tarde llegó Hyunjin con dos bandejas. Las dejó en la mesa y se sentó frente a su novio.

—¿Con quién hablabas? —preguntó Hyunjin con curiosidad, ya que había visto a alguien cerca de Jeongin anteriormente.

—Era Felix, mi amigo, ¿lo recuerdas?

Hyunjin se congeló por un momento al escuchar su nombre, pero enseguida borró ese pensamiento de su cabeza, no podía ser él, ¿cierto? Jeongin notó la confusión en Hyunjin, así que siguió dando pistas para que recordara a Felix.

—El australiano, rubio... teñido pero bueno, el novio de Changbin ¡vamos, hemos salido juntos los cuatro muchas veces!

Si Hyunjin se había congelado apenas al oír su nombre, cuando escuchó eso último, hasta su respiración se detuvo. ¿Había besado al mejor amigo de su novio? Sí que estaba jodido. Entonces recordó cuando Chan lo detuvo la noche anterior y le dijo esas palabras.

—¿Jinnie...? —Jeongin pasaba una de sus manos por frente de los ojos del mayor, que parecía estar en algún tipo de trance.

—¿Qué? Ah, sí, sí lo recuerdo bebé —le respondió, mostrando una sonrisa y Jeongin lo miró extrañado, pero decidió ignorar su comportamiento.

Hyunjin se sentía muy culpable. Tanto que en cualquier momento iba a explotar y le diría a Jeongin todo lo que había pasado, cosa que no quería hacer porque en serio no quería herir a su novio. Decidió simplemente guardar silencio y comenzar a comer de las cosas en su bandeja.

•*¨*•.¸¸☆*・゚

Ya había perdido la cuenta de las tiendas a las que habían entrado a ver ropa. A Jeongin le gustaba mucho salir de compras.

Hyunjin iba caminando detrás del menor con bolsas en ambas manos, mientras lo miraba con una sonrisa, su pequeño estaba tan feliz. De pronto vio una peluquería a la distancia y pensó en algo.

—¡Innie! —le llamó y este se detuvo, dándose la vuelta —. ¿Me acompañas?

El menor se dio la vuelta mirando hacia donde apuntaba Hyunjin y asintió dando pequeños saltitos.

Estuvieron allí cerca de una hora y salieron, Hyunjin con su cabello negro y Jeongin con estrellitas en sus ojos por lo lindo que se veía su novio con su nuevo look.

—Hyunjin-ah~ me gusta mucho como se ve tu cabello negro —le dijo, dando pequeños aplausos. El más alto sonrió y atrajo al otro para darle un beso en la frente.

—¿Vamos por unos helados?

Se dirigieron hacia la heladería más cercana y ambos pidieron helados distintos. Se sentaron en unas sillas que eran un poco altas, así que Jeongin se divirtió moviendo sus pies en el aire, igual que un niño pequeño. No podían culparlo, estaba muy feliz por haber salido con su novio y hacer tantas cosas juntos ese día. Iba a decirle lo feliz y agradecido que estaba por estar con él, pero el peli negro se adelantó.

—Innie, ¿puedo hablarte sobre algo?

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my only || hyunin/seunginDonde viven las historias. Descúbrelo ahora