예순 여덟

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Una noche, Jeongin despertó cerca de las tres de la madrugada porque escuchó a Hyunjin entrar al departamento, aunque no lo había escuchado salir. Pretendió que estaba dormido cuando el otro entró a la habitación, estaba balbuceando algunas cosas, se notaba a kilómetros que estaba borracho. Se lanzó a la cama sin ningún cuidado y comenzó a reír como un bobo por lo bajo.

—¿Cuándo saliste? –preguntó Jeongin con algo de sueño todavía, se incorporó y trató de levantar el cuerpo de Hyunjin con la intención de llevarlo a que se diera una ducha para que reaccionara un poco, pero era muy pesado para él que no tenía la fuerza suficiente —vamos levántate, debes tomar un baño...

—Que lindo es mi novio –le interrumpió Hyunjin arrastrando las palabras entre risas torpes y acarició las mejillas de Jeongin —hagamos el amor –soltó de pronto y el menor desvió su mirada rápidamente sintiéndose avergonzado mientras negaba repetidas veces. —Jmm, él me hubiera dicho que sí –fueron las últimas palabras que dijo Hyunjin antes de dormirse y Jeongin no podía sentirse más confundido y dolido.

Luego de eso no pudo volver a conciliar el sueño en toda la noche por estar pensando en lo que había dicho Hyunjin antes de dormirse, así que cuando vio que el reloj digital a su lado dio las seis y media se levantó para arreglarse sin hacer mucho ruido, cuidando de no despertar a Hyunjin y salió del departamento cuando estuvo listo. Ni siquiera desayunó, no tenía ganas de hacerlo, necesitaba salir pronto, quería ir a la casa de Jisung para saber qué ocurría, estaba rogando por que se encontrara en casa, pues de todas las veces que había ido antes, Jisung no estaba allí.

Bajó del taxi que había llamado cuando estuvo frente a la casa de su amigo y se dirigió a paso lento hacia la puerta, estaba muy nervioso en ese momento. Luego de respirar hondo tocó el timbre y se alegró cuando escuchó unos pasos al interior de la casa acercándose para abrir.

—¡Jeongin, cariño! ¿qué te trae por aquí? –quien abrió la puerta fue la madre de Jisung.

—Buenos días...¿está Jisung? –le preguntó manteniendo su pequeña sonrisa.

—Oh, Jisungie se quedó a dormir con Minho, dijo que no se sentía muy bien y quería estar con él ¿sabes lo que le pasó? no quiso contarme nada –dijo la mujer apenada y Jeongin negó cabizbajo.

—No sé qué le ocurre...trataré de hablar con él, gracias, tenga un buen día –ambos se despidieron con una pequeña sonrisa y Jeongin se dio la vuelta para comenzar a caminar cabizbajo mientras pensaba en qué debía hacer, hasta que llegó a la decisión de que lo mejor era ir a la escuela y esperar a ver a Jisung para intentar hablar con él allí otra vez.

Recién eran las siete de la mañana, las calles ya eran muy transitadas a esas horas. La universidad estaba algo lejos de allí, pero no quiso tomar un taxi, prefirió ir caminando para tratar de distraerse, pero lo único que hizo fue pensar y pensar en lo que Hyunjin había dicho la noche anterior. Sentía que aún le ocultaba cosas, que aún le mentía, que en realidad no había cambiado, pero quizás solo era su culpa, tal vez sí había cambiado pero él solo le hacía enojar y por eso reaccionaba mal y se comportaba de esa forma, no estaba seguro.

De pronto su teléfono sonando lo sacó de sus pensamientos, se trataba de una llamada entrante de Hyunjin.

—Hyun...

—¿Dónde estás? –preguntó de inmediato cuando Jeongin contestó la llamada, este supo con solo escuchar su voz, que estaba enojado.

my only || hyunin/seunginDonde viven las historias. Descúbrelo ahora