서른일곱

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Ya habían pasado dos meses desde que Seungmin consiguió esa oportunidad que tanto deseaba.

Él y Jeongin estaban saliendo, pero...a "su manera".

Durante esos meses hicieron muchas cosas, pasaron mucho tiempo juntos, se divirtieron, se confesaron cosas mutuamente y se conocieron con más profundidad.

Los sentimientos que tenía Seungmin por Jeongin se hicieron el triple de fuertes que al principio, quería estar siempre a su lado, con él dándole caricias todo el día y esas miradas tan lindas que solo él tenía el poder de darle.

Por otro lado, esos meses para Jeongin habían sido los más felices que había tenido en mucho tiempo. La compañía de Seungmin en serio le hacía bien. Lo ayudó a reconstruir su autoestima y un poco su confianza, todo en ese tiempo.

Pero sentía que no había hecho nada por Seungmin, además, se sentía terrible porque aún no lograba superar y olvidar por completo al peli negro que tanto daño le había hecho.

Verlo todos los días por los pasillos del instituto hacía que olvidarse de él fuera mucho más difícil. Intentaba no tomarlo en cuenta y distraer su mente cada vez que esta decidía pensar en él, pero le era casi imposible.

Cuando pasaba tan cerca suyo sentía unos deseos insaciables de lanzarse a sus brazos, besarlo y que este le hiciera cosquillitas.

Cada vez que Hyunjin venía caminando de frente hacia él, sentía que correría a su lado y lo alzaría en sus brazos mientras dejaba besitos por todo su rostro, pero solo pasaban por al lado del otro sin siquiera mirarse. De vez en cuando uno se volteaba a ver al otro, pero sus miradas no lograban encontrarse nunca. Lo extrañaba, pero quería olvidarlo. Y verlo todos los días no ayudaba para nada.

Claro que no pretendía decirle nada sobre eso a Seungmin, no quería que pareciera que todo lo que había hecho por él durante ese tiempo no había valido nada.

En cuanto a sus sentimientos hacia el castaño, no podía negar que estos habían surgido con rapidez. Sentía cosquillas en su estómago cada vez que estaban cerca, le gustaba mucho su compañía. Disfrutaba mucho de las caricias del otro e igualmente darle caricias a él.

Sabía que estaba comenzando a caer por Seungmin y eso le aterraba. Seungmin era un chico increíble, eso era un hecho, pero Jeongin no podía evitar pensar una cosa: Hyunjin también era así cuando comenzaron a conocerse y a salir, y ahora estaba destrozado por dentro gracias a él.

¿Hacía mal en desconfiar de Seungmin?

Tenía miedo de que esa desconfianza e inseguridad que sentía le jugaran en contra en algún momento. No quería que su miedo lo controlara porque sabía que nada bueno resultaría de ello.

Pero por ahora esa no era una preocupación mayor.

En los brazos de Seungmin todos esos malos pensamientos e inseguridades se iban.

El castaño acariciaba con mucha delicadeza su cabello, dejando en cada caricia todo su amor por él. Mientras tanto Jeongin dejaba su cabeza reposar sobre el pecho del otro, con sus ojos suavemente cerrados gracias a la calma que le entregaban esas caricias.

Se había vuelto costumbre que cada vez que Jeongin estaba triste, preocupado o asustado, iba directo a los brazos de Seungmin, que no dudaba en envolverlo en un fuerte abrazo y reconfortarlo hasta que todas sus preocupaciones se fueran.

De pronto comenzó a sentirse intranquilo, a pesar de estar en su lugar seguro, pero no quería dejar que Seungmin lo notara, por lo que solo cerró sus ojos aún más y siguió pensando.

Se acercaban las semanas de vacaciones y quería irse lejos de allí.

Con Seungmin.

Pensaba que lo necesario para lograr olvidar a Hyunjin era alejarse de todo lo que le recordara a él, y una muy buena idea llegó a su cabeza como resultado de esa conclusión.

my only || hyunin/seunginDonde viven las historias. Descúbrelo ahora