my only || hyunin/seungin

이십 육

Ya estaban de vuelta en la casa de Seungmin. Este caminó a la parte trasera del auto y sacó las dos maletas de Jeongin, llevándolas adentro.

—Min... –dijo Jeongin deteniéndose en la entrada, cabizbajo. Seungmin detuvo su andar y le dio su atención —y-yo no quiero ser una molestia para ti... – Seungmin ladeó su cabeza y sonrió.

—Nunca serías una molestia para mí Innie.

Cuando entraron a la casa, Jeongin vio al pequeño Cooky correr hacia ellos moviendo su pomposa colita muy feliz. Se agachó para tomarlo en sus brazos y Seungmin sonrió muy ampliamente al ver es imagen frente a sus ojos.

—Le agradas mucho –comentó el castaño y rió cuando Jeongin comenzó a hablar con Cooky haciendo que su voz suene divertida. Luego de un rato, Jeongin bajó al perrito y se acercó a Seungmin para tomar las maletas.

—Gracias Min –este sonrió y asintió acariciando la mejilla del contrario.

—Prepararé algo para comer, siéntete como en casa. Jeongin sonrió muy feliz, por fin podría estar bien, y todo gracias a Seungmin.

Mientras Seungmin caminaba hacia la cocina, Jeongin fue hacia la habitación libre de la casa. Entró con ambas maletas y cerró la puerta tras de sí. Recorrió el lugar con calma y luego comenzó a desempacar, ordenar y acomodar sus cosas.

De pronto su teléfono comenzó a sonar. Era Hyunjin. Sintió que todo su ser se congeló, su respiración comenzó a agitarse. Tomó su celular entre sus manos y se quedó mirándolo fijamente. La llamada se cortó, pero de inmediato comenzó a sonar otra vez. Tragó saliva, respiró profundo, tratando de tranquilizarse y contestó la llamada. Llevó su móvil a su oído, pero no dijo nada.

—¿Jeongin? Innie ¿estás bien? ¡Jeongin dónde estás! ¿P-por qué tus llaves e-están acá...por qué n-no están tus cosas? ¿Jeongin? ¡Innie dónde estás!

—Hy...Hyunjin...

—¿¡Dónde estás!? ¡Regresa!

—N-no...no voy a volver.

—Dime d-dónde estás, v-voy a ir por ti ahora –. Hyunjin no paraba de gritar lo mismo una y otra vez.

—¡No! No te diré dónde estoy y no volveré...esto se acabó Hyunjin, ya no quiero seguir contigo, n-no eres bueno para mí, ya no...

—No –le interrumpió. —No puedes dejarme Jeongin yo t-te amo, te necesito tanto como tú a mí, p-por favor Innie, perdóname, juro que cambiaré s-solo no me dejes –desde la línea de Hyunjin podían escucharse fuertes sollozos, lo cual provocaba que el corazón de Jeongin se estrujara y que las lágrimas salieran sin cesar.

—No Hyunjin, yo no te necesito y tú ya no me amas –. Jeongin hacía su mayor esfuerzo para que su voz no sonara quebrada, pero en realidad solo quería llorar tan fuerte como lo hacía Hyunjin al otro lado.

—¿¡Acaso escuchas lo que dices!? ¿Ese hijo de puta te lavó el cerebro? ¡Estás con él! ¿verdad?

—¡Y qué si estoy con él, él no es una mierda como tú! –había perdido la paciencia. Hyunjin bufó y bajó su tono de voz.

—Jeongin s-solo...vuelve por favor...

—¡NO! No voy a volver contigo y p-por favor no insistas, esto ya se terminó y-ya...tuve suficiente.

—¡No puedes dejarme! ¡Yo te amo Jeongin, y sé que tú también me amas!

—¡Sí puedo, lo estoy haciendo! ¡Yo ya no te amo! –inmediatamente cortó la llamada y se dejó caer, llorando desconsolada y desgarradoramente porque aún lo amaba con todas sus fuerzas. Seungmin entró a la habitación muy agitado y se acercó a Jeongin rápido.

—Innie, ¿qué pasó, estás bien?

Jeongin se mantenía sollozando sin parar. Todo eso era mucho para él, ¿por qué le pasaba todo esto? ¿a caso se lo merecía? Solo quería dejar de sufrir en serio. Pero no creía poder hacerlo si Hyunjin seguía en su mente y su corazón. Se odiaba por seguir enamorado de alguien que solo lo destruía.

—Qué ocurre cariño... –Seungmin abrazaba con fuerza a Jeongin, su corazón se comprimía al verlo en ese estado.

—Soy...s-soy un idiota –musitó Jeongin entre sollozos y Seungmin negó rápidamente.

—No, no digas eso, no lo eres –mientras se mantenía abrazando a Jeongin, el teléfono de este comenzó a sonar nuevamente. Seungmin lo tomó y sintió la ira recorrer sus venas cuando vio de quién se trataba.

—No...n-no quiero hablar con él –dijo Jeongin, sabía quién era.

Seungmin se separó de Jeongin y contestó la llamada, enfurecido.

—Escucha pedazo de mierda –soltó con desprecio apenas contestó –deja a Jeongin en paz. Él no te necesita y está mucho mejor sin ti. ¡No vuelvas a molestarlo! ¡No lo llames, no le escribas, no lo mires ni mucho menos te le acerques o serás hombre muerto! –. Antes de que Hyunjin pudiera devolverle los insultos, colgó, volviendo con Jeongin.

—Me...me odio p-porque... –el castaño negó, sintiendo una presión en su pecho —no seré capaz d-de olvidarlo –soltó en un hilo de voz.

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