my only || hyunin/seungin

일흔 하나

Los labios de Seungmin se separaron inevitablemente por la sorpresa. Sintió sus ojos picar al ver a Jeongin parado allí, justo en frente suyo, si era honesto, jamás imaginó que eso ocurriría.

Quiso lanzarse hacia él en un abrazo, pero se detuvo antes de hacerlo, no quería invadir su espacio de esa forma. Jeongin notó sus intenciones y entonces dejó salir una suave risita para luego abrir sus brazos, dándole así la luz verde a Seungmin para que lo abrazara tan fuerte como quisiera.
De pronto se escucharon unas pequeñas patitas corriendo hacia ellos y Jeongin supo de inmediato que se trataba del cachorro de Seungmin. Este se separó del abrazo cuando Cooky comenzó a tirar de su pantalón, como si quisiera alejarlo de Jeongin, cuando dio un paso atrás, el pequeño animal comenzó a saltar frente a Jeongin, sacándole una tierna risita a ambos y luego se agachó frente suyo para acariciarlo.

—Él también te extrañó mucho. Me alegra verte por aquí, ¿te duelen? gracias a dios ese idiota fue a la cárcel, se lo merecía. Estoy muy feliz porque... –luego de unos minutos de abrazar a Jeongin, ver sus heridas y acariciarlas con suma suavidad, sin parar de hablar, finalmente lo hizo al sentir que agobiaba y molestaba a Jeongin. Entonces se alejó un poco más y le indicó al chico que pasara, cerrando la puerta en seguida.

—Seungmin yo...hay algo de lo que quiero hablarte –comenzó Jeongin mientras se dirigían a la sala, sentándose juntos en el sofá más grande, Cooky en las piernas de Jeongin y este acariciando su suave pelaje; Seungmin asintió, dándole toda su atención —¿cómo has estado? –le terminó preguntando antes de ir al grano y Seungmin soltó una pequeña risita jugando con sus manos, nervioso.

—Estoy bien Innie... ahora lo estoy –respondió con un leve sonrojo apareciendo en sus mejillas mientras mantenía sus ojos sobre los de Jeongin y viceversa. Jeongin rió pequeño y desvió la mirada cuando sintió su rostro acalorado.

—Eso es bueno, yo...quería venir a disculparme –Seungmin frunció un poco el ceño al oír eso, pues no creía que hubiera algo por lo que Jeongin debiese disculparse, él no había hecho nada malo. Pero aún así lo dejó continuar —lamento haberme ido y haberte dejado de un momento a otro, sé lo terrible que te sentiste y créeme que lamento mucho haberte hecho daño, nunca quise hacerlo, yo n-no...

—Está bien Innie, no debes disculparte –le interrumpió Seungmin en un tono de voz suave y tranquilo —, pero si te hará sentir más tranquilo, acepto tus disculpas ¿sí?

Jeongin sonrió pequeño y asintió despacio, sintiéndose más aliviado que hace unos minutos, como si se hubiera quitado el peso de la culpa de encima. Luego de unos segundos más de silencio, volvió a hablar, tragándose los nervios.

—También...hay algo que me gustaría preguntarte –explicó jugando con sus manos otra vez y al oír un sonido de afirmación por parte de Seungmin, soltó un pequeño suspiro y se animó a decirlo —verás, yo en serio te quiero...eres muy importante para mí, por eso no quiero que las cosas estén mal o se sientan incómodas entre nosotros, quiero que...sigamos siendo amigos y estemos bien ¿qué dices? –finalizó con una pequeña sonrisa, ansioso por la respuesta que le daría Seungmin, aunque al ver ese brillo en sus ojos y la gran sonrisa en sus labios, tuvo una idea de lo que diría.

—Me encantaría, sí, absolutamente –respondió el mayor fallando en el intento por ocultar su emoción y Jeongin rió despacio, muy feliz.

Entonces sellaron ese momento con un fuerte y amistoso abrazo que les trajo paz y tranquilidad a ambos.

Jeongin se quedó pensando unos segundos y recordó la situación de más temprano en el hospital y pensó que no sería mala idea preguntarle a Seungmin, para salir de la duda y porque sus amigos eran muy malos mintiendo y sospechaba de las respuestas que le dieron en ese momento.

—Minnie... –habló Jeongin bajito, aunque no era como si alguien pudiera escucharlos, o eso creían al menos. Seungmin no pudo evitar sentir cosquillas en su interior cuando escuchó a Jeongin llamarlo así, le gustaba mucho como sonaba ese sobrenombre saliendo de los labios del menor. Tratando de dejar de lado esos sentimientos que le provocaba Jeongin –porque aún no dejaba de sentir cosas cuando se trataba de él–, hizo un movimiento con su cabeza para indicarle que le estaba escuchando, por lo que Jeongin continuó —Tú...¿eras tú? más temprano en el hospital...

Seungmin rió despacio un tanto avergonzado y rascó su nuca mientras asentía.

—Sí...los chicos me contaron lo que pasó y me preocupé mucho –le explicó Seungmin y al recordar todo lo que sus amigos le contaron, volvió a sentir todas esas cosas que sintió entonces, pena, rabia, impotencia y ganas de matar a alguien, a Hyunjin por ponerle las manos encima a su pequeño —quería ir a verte en serio, pero creí que tú no querrías verme así que fui mientras estabas...

—Gracias –le interrumpió Jeongin con una sonrisa algo tímida –, por siempre preocuparte por mí.

—Siempre lo haré... –y Seungmin se vio interrumpido esta vez por un estruendo proveniente de afuera. Ambos miraron en dirección a una de las ventanas de la sala asustados por el ruido que se escuchó y luego confundidos porque comenzaron a oírse risas. Seungmin fue el primero en encaminarse a la ventana y cuando estuvo allí, con Jeongin detrás suyo, abrió los visillos y posteriormente la ventana, encontrándose con una escena algo inesperada.

Tirado en el césped estaba Jisung y Minho se afirmaba el estómago mientras reía sin parar. Jeongin al verlos se sonrojó violentamente porque pensó que quizás habían escuchado todo lo que habló con Seungmin antes, y este solo fulminaba a los otros dos con la mirada mientras se aguantaba la risa.

—¡Ya no te rías, ayúdame! –lloriqueó Jisung incorporándose en el césped y Minho le tendió una mano sin parar de reír, parecía que aún no notaban la presencia de los otros.

—¿Qué creen que hacían? –preguntó Jeongin aún muy avergonzado y los otros dos dieron un salto en su lugar y el mayor de todos trató de calmar su risa luego.

—Te dije que no subieras a la maceta –dijo aún soltando una que otra carcajada y Jisung le dio un golpe en el hombro molesto y haciendo un berrinche.

—¡No podía ver bien! y no pensé que la tonta maceta iba a voltearse –exclamó cruzándose de brazos y Minho le abrazó para que no se enojara. Los otros dos habían salido de la casa para encontrarse con ellos en el patio y Seungmin les dio un zape a ambos y luego se acercó a ma maceta que Jisung había botado.

—¿Estás bien? –le preguntó a la plantita que estaba allí, y Jisung sin notar que no le hablaba a él, respondió.

—Sí, gracias, pero...¡oye! –exclamó cuando vio a Seungmin acariciar la maceta y luego le dio un manotazo a él, sacándole risas a los demás.

Jeongin se mantenía algo distante de los otros tres, pero mirándolos detenidamente y disfrutando de la escena frente a sus ojos; estaban todos allí, juntos, felices, ya nada estaba mal. En ese momento Jeongin se sentía completo, querido, acompañado y libre de la más mínima pizca de miedo a estar solo, pues nunca más lo estaría.

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