쉰여섯

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Jeongin abrió sus ojos como platos. Había olvidado por un momento que también le contó sobre ese beso a Seungmin.

Apretó sus labios buscando la respuesta correcta y, como si la hubiera llamado con la mente, apareció una enfermera en la habitación, que logró romper la incomodidad y tensión que se había formado en el ambiente.

—¡Ha despertado! ¿Cómo se siente? –preguntó rodeando la camilla hasta donde se encontraban los monitores y máquinas a las que seguía conectado Seungmin.

Jeongin se levantó de la silla y la llevó consigo un poco alejado del área de trabajo de la enfermera. Se sentó nuevamente, pero esta vez mirando hacia afuera por el gran ventanal. Agradecía enormemente que llegara aquella mujer justo en ese momento, pero no sabía por qué tanto.

Estaba encerrándose en su propia burbuja mientras los multiples pensamientos asaltaban su cabeza. Podía escuchar las vibraciones de las voces de Seungmin y la enfermera, pero no entendía nada de lo que decían, era como si sus oídos comenzaran a dejar de escuchar todo lo que emitía algún tipo de ruido a su alrededor.

Mientras tanto Seungmin asentía o negaba a lo que la enfermera le decía sin prestarle atención realmente, no paraba de mirar a Jeongin a la distancia. Este movía su pierna rápidamente pero tratando de disimularlo, además, al estar apoyando su mentón sobre su mano, golpeaba con sus dedos su mejilla. Seungmin supo que estaba ansioso entonces.

Hizo el intento de levantarse para ir hacia él, pero la enfermera lo detuvo rápido.

—Aún no puede levantarse, espere a que venga el doctor para los últimos chequeos –asintió volviendo a recostarse y la enfermera salió de la habitación luego. Jeongin no pareció notarlo, ya que no se movió de donde estaba.

—Innie, ven aquí... –le llamó Seungmin algo preocupado, pues los tics que delataban a Jeongin no se iban. El menor no lo escuchó, seguía con su mirada fija en el patio tratando de calmarse. —Innie –volvió a intentar ganarse su atención, pero no lograba hacerlo.

Se sobresaltó cuando Jeongin se levantó repentinamente de su asiento, caminando hacia la camilla otra vez. Se quedó de pie junto a Seungmin mirando al suelo. El castaño estiró su mano para tomar la de Jeongin.

—Ven aquí cariño –como pudo le hizo un espacio a Jeongin para que se acostara en esa camilla junto a él. Jeongin no lo pensó dos veces y entró bajo la manta blanca con su novio. De inmediato lo abrazó con fuerza y escondió su rostro entre su pecho y las sábanas. Había comenzado a llorar de nuevo.

Seungmin sabía por qué lloraba, todo eso se debía a la pregunta que le había hecho hace unos minutos. Se sintió mal por preguntar eso, pero no pudo evitarlo. Sabía que no era buena idea hacer esa pregunta, pero sentía la gran necesidad de saber cuál sería la respuesta, quería saber si Jeongin de verdad lo amaba o no. Y al ver tal reacción por parte de Jeongin se arrepintió inmediatamente de haber preguntado.

Jeongin por otro lado se aferraba a las prendas del hospital que vestía Seungmin. Se sentía lo más horrible de la tierra por lo que estaba pensando, no quería responder a esa pregunta, pero creía que Seungmin quizás estaba esperando la respuesta, y no dársela simplemente le haría sentir peor de lo que podría sentirse al decírsela.

—Ya no llores Innie...no me gusta verte triste... –a Jeongin le llamó mucho la atención la calma que podía notarse en la voz de Seungmin, de alguna manera le transmitió su tranquilidad a él, ya que sus sollozos y lágrimas dejaron de salir poco a poco, hasta que ya cesaron casi por completo. Pero lo que no sabía era que Seungmin solo estaba dando su mayor esfuerzo por sonar tranquilo para no demostrar el dolor que comenzaba a sentir en su interior. Y no era ningún dolor provocado por el accidente.

—L-lo siento Minnie... –cuando Jeongin por fin habló, sintió ganas de llorar de nuevo, haciendo así que su voz sonara quebrada. Apretó sus labios antes de darse ánimos internamente para poder seguir hablando con normalidad, o lo mejor posible —y-yo sentí...cosquillas en mi estómago cuando b-besé a Hyunjin –el menor cerró sus ojos y se aferró aún más al cuerpo de Seungmin, quien lo abrazó fuerte también, quería que dejara de temblar, le dolía enormemente verlo así. —¡lo siento mucho! y-yo... –los sollozos volvieron a interponerse en el hablar de Jeongin.

Seungmin se removió en la camilla y luego tiró las blancas sábanas hacia atrás, descubriendo el rostro de Jeongin.

—Ven cariño –le pidió Seungmin y el otro obedeció con las lágrimas recorriendo sus mejillas nuevamente. Se sentó en la camilla mirando al castaño, quien había tomado sus mejillas entre sus manos y ahora se encontraba secando las lágrimas que seguían escapándose de sus bonitos ojos.

Seungmin sentía ganas de llorar también. Parecía ser que sus sospechas de que Jeongin aún no correspondía a sus sentimientos de la misma forma e intensidad eran ciertos.

—Lo siento m-mucho Minnie...no quería decírtelo p-pero me sentiría mucho peor si te lo ocultaba como si n-nada hubiera pasado...

El castaño asintió mostrando una pequeña sonrisa, la cual solo hacía que Jeongin quisiera llorar más fuerte ¿cómo podía hacerle algo así a Seungmin? Este se tragó el nudo que se había formado en su garganta y habló con toda la tranquilidad que era capaz de demostrar.

—Está bien bebé, ya no te preocupes por eso, sabes que te perdono Innie, no llores más por favor, me duele mucho verte llorar...

Jeongin lo abrazó rápidamente, agradeciendo que lo haya perdonando y prometiéndole que no volvería a fallarle jamás.

Seungmin asintió con una gran sonrisa, la cual de repente comenzaba a temblar levemente, estando así a punto de formar una mueca llena con la tristeza que sentía. Pero no lo hizo.

Si era por Jeongin podía soportar cualquier puñalada que su corazón recibiera. Al final, si era por él no le importaba salir herido.

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my only || hyunin/seunginDonde viven las historias. Descúbrelo ahora