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Jeongin no aguantó más y entró a la habitación desesperado.

Allí estaban el padre de Seungmin sorprendido y extremadamente furioso y su madre cubriendo su boca por la sorpresa que le causó esa noticia, mientras dejaba salir libremente las lágrimas.

—¿E-está diciendo q-que allá afuera hay alguien que quiere m-matar a Seungmin? –preguntó sin poder creer  aún lo que acababa de escuchar. El policía asintió con una mueca y Jeongin quiso golpearlo, sin saber la razón —¡¿Por qué no están buscándolo?! ¡Busquen por toda Corea a ese maldito loco!

—Jeongin, cariño... –se acercó la madre de Seungmin a él mientras limpiaba sus lágrimas y lo tomó por los hombros, alejándolo del uniformado —en serio agradecemos enormemente tu preocupación por mi querido Seungmin, pero déjanos esto a nosotros ¿sí? quédate aquí junto a él, te necesita –la mujer acarició su mejilla con suavidad, quitando las lágrimas que no dejaban de recorrer su rostro. Jeongin asintió apenado y se acercó a la camilla en la que Seungmin se encontraba, quedándose solos los dos cuando los demás dejaron la habitación y cerraron la puerta para darle privacidad.

Se sentó al lado de su novio y posó su mano sobre la de este, que descansaba sobre la camilla como lo hacía todo su cuerpo.

Su frente y su pómulo tenían unas pequeñas heridas que se notaba ya habían sido curadas. Su cabeza era envuelta por un vendaje blanco y su brazo derecho estaba enyesado, al igual que su pierna. Verlo en ese estado le dolía demasiado.

—Despierta Min...n-no me dejes solo aquí –susurró Jeongin rompiendo en llanto una vez más. Dejó caer su rostro sobre el suave colchón sin soltar la mano de Seungmin.

De pronto una idea llegó a su mente, sabía que era algo tonto, pero debía intentarlo, nunca se sabe lo que podía llegar a pasar.

—¿Será que despertarás con un beso? –murmuró con la voz quebrada, mirando los labios resecos del castaño. Secó sus lágrimas y relamió sus labios, se levantó, acercándose levemente al rostro de Seungmin, acabando con la distancia enseguida, dándole un beso suave y delicado que no fue correspondido en ningún momento. Se separó cuando sintió una lágrima correr por su mejilla y volvió a sentarse donde estaba antes.

—Supongo que eso solo funciona en las películas –susurró apenado, entrelazando su mano con la de Seungmin.

Se quedó en silencio, acariciando con su pulgar suavemente la mano del castaño, su llanto había cesado. El ruido de esa maquina a un lado de Seungmin comenzaba a irritarle, pero a la vez le tranquilizaba escuchar esos pitidos, porque le daban a entender que su novio seguía allí con él.

—Debes despertar Minnie... –susurró luego de unos minutos —hay tantas cosas que necesito y quiero decirte...¿puedes escucharme? –preguntó con el mismo tono de voz y sin esperar respuesta siguió hablando, mientras acariciaba con mucha delicadeza la mejilla de Seungmin. —creo que nunca terminaré de agradecerte por todo lo que has hecho por mí...t-tú me salvaste, apareciste e-en mi vida cuando más lo necesitaba, volví a ser feliz gracias a ti...todo te lo debo a ti.

Hizo una pequeña pausa, con la esperanza de que Seungmin dijera algo de pronto, pero nada pasaba. Soltó un suspiro y pudo sentir cómo las lágrimas comenzaban a acumularse nuevamente por lo que iba a decir.

—Me siento terrible porque...no he podido hacer nada por ti...ni siquiera te d-demuestro mi cariño como debería, la mayoría de las veces soy tan reservado y distante...l-lo siento Seungmin –el llanto se apoderó de él, siéndole cada vez más difícil poder hablar con claridad. —No quiero que pienses q-que no te quiero, y-yo te amo, es solo que...tengo algo de miedo –sollozó —tengo miedo d-de sentir más de lo que ya siento, porque...sé que en a-algún momento vas a cansarte de mí y m-me vas a dejar...no quiero que eso p-pase nunca, por favor no me dejes...

Apretó levemente el agarre de sus manos, sin hacerle daño al castaño y luego lloró en silencio sobre las blancas mantas de hospital que cubrían el cuerpo de Seungmin.

—Yo t-te amo Seungmin, en serio lo hago...sé que no te lo demuestro muy a menudo y ahora me arrepiento mucho de eso...pero en serio te amo.

Posó sus labios sobre la mano de Seungmin, dejándolos allí por un largo rato. De pronto tres golpecitos en la puerta llamaron su atención. Miró hacia esta y vió a Jisung asomándose lentamente.

—Hey Innie...debemos irnos, Minho y yo tenemos algo que decirte.

Asintió levemente y Jisung le dió una pequeña sonrisa antes de salir y cerrar la puerta despacio. Volvió a mirar a Seungmin y se puso de pie, acercándose para luego depositar un beso en sus labios, que se encontraban algo pálidos.

—Adiós amor mío, vendré otra vez mañana. –se despidió en un susurro y luego de soltar su mano salió de la habitación, limpiando cualquier rastro de lágrimas que hubiera en sus mejillas.

Cuando salió, en el pasillo todavía estaban los padres de Seungmin hablando con el policía.

—Entonces iniciaremos con la investigación y deben ayudarnos –avisó apuntándolos a todos, incluyendo a los tres chicos —cuando los llamemos para la interrogación, deben contarnos todo lo que sepan sobre las amistades de Seungmin y, lo más importante, informarnos sobre algún sospechoso.

Los chicos asintieron y el policía comenzó a arreglar unos últimos asuntos con los adultos.

—¿Qué es lo que tenían que decirme Hannie? –preguntó Jeongin recordando lo que le había dicho su amigo minutos antes. Han le dió una mirada a Minho y este se la devolvió, pero Jeongin no pudo captar qué se traían esos dos.

—Vamos a casa ¿sí? –fue lo que respondió Jisung.

Se despidieron de los padres de Seungmin y fueron al auto de Minho. Aún no finalizaba la jornada escolar, pero ninguno de los tres se sentía con los ánimos como para volver al instituto, por lo que fueron a la casa de Minho.

El silencio fue el protagonista durante todo el viaje. Jeongin no tenía ganas de hablar en ese momento, seguía muy dolido y preocupado por Seungmin, lo único que podía hacer era pensar en él y rogar por que se recuperara y todo volviera a estar bien. También sentía mucha rabia, haría de todo por encontrar al infeliz que le hizo eso a Seungmin, se convertiría en detective si fuera necesario y haría pagar a ese idiota.

Cuando llegaron a su destino, bajó desanimado y caminó hacia la entrada, seguido de los otros dos. Minho abrió la puerta y los dejó entrar primero.

Se sentaron en la sala, Jeongin en un sillón y Minho junto a Jisung al frente suyo. Este último carraspeó su garganta, dándole a entender que comenzaría a hablar.

—Innie, probablemente no nos creas pero...creemos saber quién hizo esto –dijo refiriéndose al accidente de Seungmin. Jeongin frunció el ceño y se enderezó en su asiento, atento a lo que iban a decirle en seguida.

—Creemos que fue Hyunjin –soltó Minho luego de que Jisung le diera un leve y disimulado codazo para que hablara. Jeongin se sorprendió al oír eso y se levantó rápidamente de su lugar, sintiéndose muy molesto.

—Innie... –se levantó Jisung igualmente, tratando de tranquilizarlo.

—Ya sé que odian a Hyunjin pero ¡¿culparlo de esto?! ¡Hyunjin jamás haría algo así! quizás puede ser algo impulsivo cuando se molesta ¡pero el jamás trataría de matar a alguien! –en ese punto ya se encontraba llorando a mares mientras gritaba.

—Jeongin...él amenazó muchas veces a Seungmin, él lo odia...¿no crees que...?

—¡NO! –le interrumpió Jeongin negando repetidas veces con su cabeza —Hyunjin jamás haría algo así y-yo lo sé... –tomó sus cosas rápidamente y salió corriendo de la casa del mayor, ignorando sus gritos llamándolo.

La casa de Seungmin estaba cerca, por lo que no le era difícil llegar caminando. Corrió sin mirar atrás y al llegar entró rápidamente, azotando la puerta tras de sí. Apoyó su espalda sobre esta y se dejó caer hasta llegar al suelo. Allí lloró durante unos minutos mientras pensaba en lo que acababa de oír.

—Hola pequeño –saludó al perrito que se había acurrucado entre sus piernas —Seungminnie estará fuera por un tiempo, solo seremos tú y yo...

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my only || hyunin/seunginDonde viven las historias. Descúbrelo ahora