my only || hyunin/seungin

일흔 세

La mañana posterior a esa noche, Jeongin recordó todo lo ocurrido y se sintió realmente avergonzado por todas las tonterías que dijo e hizo, aún más cuando sus amigos se encargaban de repetirlo entre risas a cada rato. Por supuesto que también recordaba el momento en que se declaró a Seungmin sin querer y terminó mejor de lo que pensaba, con ellos como novios y muy felices.

Ambos lograron graduarse de la universidad sin problemas, Seungmin un año antes que Jeongin, claro. Comenzaban a cumplir sus sueños y alcanzar sus metas juntos, con todo el esfuerzo del mundo y con el apoyo incondicional del otro.

Jeongin finalmente fue capaz de dejar todos sus miedos de lado y se dejó amar, Seungmin reparó su corazón y su confianza, lo ayudó a sanar y a amarse a sí mismo, Jeongin, por otro lado, hacía muy feliz a Seungmin, se propuso ser mejor cada día por él y hacía distintas cosas para compensar el daño que le había hecho hace unos meses hasta que estuvo seguro de que eso ya no importaba, que lo único que importaba entonces era su presente y su futuro.

En realidad eran muy felices juntos, casi perfectos. Nunca discutían, y cuando se enfadaban era por pequeñas y tontas cosas como que Seungmin se había comido el trozo de pastel de Jeongin o que Jeongin no le permitiera a Seungmin realizar actos caballerosos como abrirle la puerta del auto para que subiera, o la silla para que se sentara; y el enojo no les duraba ni cinco minutos, luego se reconciliaban con cosquillas, besos, caricias y abrazos.

Jeongin había tenido miles de nuevas experiencias y hecho muchas cosas por primera vez con Seungmin, y eso se le hacía perfecto, le encantaba descubrir cosas nuevas con su novio.

Había una que jamás olvidaría, en realidad, una de muchas que no olvidaría jamás. Fue en su primer aniversario de novios, habían tenido un día simplemente maravilloso. Por el fin de semana alojaron en un hotel, no tan lujoso pero bastante acogedor, cerca de la playa. Luego de ver el atardecer abrazaditos y enterrando sus pies en la arena, subieron a su habitación. Seungmin se lanzó a la cama y Jeongin se recostó a su lado en seguida, abrazándolo fuerte y escondiendo su rostro en el cuello de su lugar seguro. Estuvo a punto de dormirse gracias a las relajantes caricias de su novio, pero antes de hacerlo se incorporó y lo miró a los ojos.

—Te amo –soltó, y Seungmin sonrió en grande. Lo tomó por debajo de sus brazos con cuidado y lo levantó hasta recostarlo sobre su propio cuerpo, sacándole tiernas risitas y abrazándolo con todas sus fuerzas.

—Te amo más –respondió tocándole la puntita de la nariz con su dedo y Jeongin se acercó más para besar sus labios.

Comenzaron con pequeños besos que luego pasaron a ser más largos y a subir de intensidad, hasta dejarlos con la respiración algo agitada. Sin dejar de besarlo y con las manos de Seungmin en su cintura, puso ambas piernas a los costados del cuerpo de su novio y este se separó un poco de sus labios para susurrarle.

—Espera Innie... –pero entonces fue interrumpido, Jeongin se alejó un poco de su cuerpo y volvió a mirarle a los ojos, lamiéndose los labios antes de decirlo.

—Hagámoslo –susurró con una pizca de vergüenza, sonrojándose al instante. Seungmin pareció congelarse por la sorpresa que esas palabras le causaron, sabía a lo que Jeongin se refería y claro que le gustaba la idea, pero sabía lo inseguro que era el otro respecto a ese tema, y temía que se estuviera sintiendo obligado a hacerlo, así que iba a decírselo, pero Jeongin habló antes de que él pudiera hacerlo —, estoy listo para dar ese paso, hagamos el amor.

No le importaba si eso sonaba muy formal, anticuado o lo que fuera, pero no le gustaba usar un término tan frío y sin importancia como lo era "sexo" para lo que quería con Seungmin, porque solo sexo no era lo que tendrían, era algo más, era entregarse y demostrarse el mismo amor de cada día pero de una forma más íntima, con cuidado, suavidad, delicadeza y deseo, pero ningún deseo oscuro y todo totalmente libre de lujuria o simple placer.