Slytherin's Master

Capítulo 42

Al siguiente día todo fue peor, Sirius Black había entrado a la Sala Común de Gryffindor, Harry me conto todo lo que había sucedido.

Al parecer Sir Cadogan lo había dejado entrar a la Sala Común de Gryffindor, pues traía escritas las contraseñas en un pedazo de pergamino, el cual pertenecía a Neville.

Después de eso Sir Cadogan fue despedido, lo devolvieron al solitario descansillo del piso séptimo y lo reemplazó de nuevo la señora gorda.

Había sido restaurada magistralmente, pero continuaba muy nerviosa, y accedió a regresar a su trabajo sólo si contaba con protección, contrataron a un grupo de hoscos troles de seguridad para protegerla.

Neville había caído en desgracia, la profesora McGonagall estaba tan furiosa con él que le había suprimido las futuras visitas a Hogsmeade, le había impuesto un castigo y había prohibido a los demás que le dieran la contraseña para entrar en la torre.

Ron se convirtió de repente en una celebridad, por primera vez, la gente le prestaba más atención a él que a Harry, y era evidente que a Ron le complacía.

- Estaba dormido y oí rasgar las cortinas, pero creí que ocurría en un sueño. Entonces sentí una corriente... Me desperté y vi que una de las cortinas de mi cama estaba caída... Me di la vuelta y lo vi ante mí, como un esqueleto, con toneladas de pelo muy sucio... empuñando un cuchillo largo y tremendo, debía de medir treinta centímetros, me miraba, lo miré, entonces grité y salió huyendo.

- Pero ¿por qué se fue? - preguntó Ron cuando se marcharon las chicas de segundo que lo habían estado escuchando.

Yo me pregunte lo mismo ¿Por qué Black, que se había equivocado de cama, no había decidido silenciar a Ron y luego dirigirse hacia la de Harry?

Black había demostrado doce años antes que no le importaba matar a personas inocentes, y en aquella ocasión se enfrentaba a cinco jóvenes indefensos, cuatro de los cuales estaban dormidos.

- Quizá se diera cuenta de que le iba a costar salir del castillo cuando gritara y despertara a los demás - dijo Harry pensativamente - Habría tenido que matar a todo el colegio para salir a través del retrato... Y entonces se habría encontrado con los profesores...

Las lechuzas del colegio entraron como flechas en el Gran Comedor, llevando el correo como de costumbre, y Neville se atragantó cuando una enorme lechuza aterrizó ante él, con un sobre rojo en el pico, Harry, Ron y yo que estábamos sentados al otro lado de la mesa, reconocimos enseguida la carta.

También Ron había recibido el año anterior un vociferador de su madre.

- ¡Tómalo y vete Neville! - le aconsejó Ron.

Neville no necesitó oírlo dos veces, tomó el sobre y sujetándolo como si se tratara de una bomba, salió del Gran Comedor corriendo, mientras la mesa de Slytherin al verlo, estallaba en carcajadas.

Escuchamos el vociferador en el vestíbulo, la voz de la abuela de Neville, amplificada cien veces por medio de la magia, gritaba a Neville que había llevado la vergüenza a la familia.

Hedwig también traía una carta.

- Ah, Hedwig gracias.

Harry rasgó el sobre mientras Hedwig picoteaba entre los copos de maíz de Neville, la nota que había dentro decía:

¿Les apetece tomar el té conmigo esta tarde, a eso de las seis? Iré a recogerlos al castillo.

ESPERENME EN EL VESTÍBULO.
NO TIENEN PERMISO PARA SALIR SOLOS.

Un saludo
Hagrid

Así que aquella tarde, a las seis Harry, Ron y yo nos dirigimos al vestíbulo, Hagrid aguardaba ahí ya.

- Bien Hagrid - dijo Ron - Me imagino que quieres que te cuente lo de la noche del sábado ¿no?

- Ya me lo han contado - dijo Hagrid, abriendo la puerta principal.

- Vaya - dijo Ron un poco ofendido.

Lo primero que vimos al entrar en la cabaña de Hagrid fue a Buckbeak, que estaba estirado sobre el edredón de Hagrid, con las enormes alas plegadas y comiéndose un abundante plato de hurones muertos.

Al apartar los ojos de la desagradable visión, vi un traje gigantesco de una tela marrón peluda y una corbata amarilla y naranja, colgados de la puerta del armario.

- ¿Para qué son, Hagrid? – pregunto Harry.

- Buckbeak tiene que presentarse ante la Comisión para las Criaturas Peligrosas - dijo Hagrid - Será este viernes, iremos juntos a Londres. He reservado dos camas en el autobús noctámbulo…

- ¿Te ha servido la información que Hermione y yo te mandamos?

- Si, muchas gracias Abi. Tengo algo que comentarles a ustedes dos - dijo Hagrid, sentándose, con una seriedad que resultaba rara.

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