Capítulo 30

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- ¡Los profesores tienen que saberlo! – reprocho Hermione.

- No puede entrar por un pasadizo - dijo enseguida Harry.

- ¿Cómo estas tan seguro? – pregunte.

- Hay siete pasadizos secretos en el mapa, Fred y George saben que Filch conoce cuatro, y en cuanto a los otros tres... uno está bloqueado y nadie lo puede atravesar, otro tiene plantado en la entrada el sauce boxeador de forma que no se puede salir, y el que acabo de atravesar yo... bien..., es realmente difícil distinguir la entrada ahí abajo en el sótano... Así que a menos que supiera que se encontraba allí...

Ron se aclaró la garganta y señaló un rótulo que estaba pegado en la parte interior de la puerta de la tienda.

POR ORDEN DEL MINISTERIO DE MAGIA

Se recuerda a los clientes que hasta nuevo aviso los Dementores patrullarán las calles cada noche después de la puesta de sol.

Se ha tomado esta medida pensando en la seguridad de los habitantes de Hogsmeade y se levantará tras la captura de Sirius Black.

Es aconsejable, por lo tanto, que los ciudadanos finalicen las compras mucho antes de que se haga de noche.

¡Felices Pascuas!

- ¿Lo ven? - dijo Ron en voz baja - Me gustaría ver a Black tratando de entrar en Honeydukes con los Dementores por todo el pueblo, de cualquier forma, los propietarios de Honeydukes lo oirían entrar ¿no? Viven encima de la tienda.

- Sí, pero... - Parecía que Hermione se esforzaba por hallar nuevas objeciones - Mira, a pesar de lo que digas, Harry no debería venir a Hogsmeade porque no tiene autorización.

- ¡Si alguien lo descubre se verá en un grave aprieto! – le reclame - Y todavía no ha anochecido ¿Qué ocurriría si Sirius Black apareciera hoy? ¿Si apareciera ahora?

- Vamos chicas es Navidad, Harry se merece un descanso.

- ¿Me van a delatar? - preguntó Harry con una sonrisa.

- Claro que no, pero, la verdad...

- ¿Has visto las Meigas Fritas, Harry? - preguntó Ron, tomándolo del brazo - ¿Y las babosas de gelatina? ¿Y las píldoras ácidas? Fred me dio una cuando tenía siete años, me hizo un agujero en la lengua, recuerdo que mi madre le dio una buena tunda con la escoba.

Después de pagar los dulces, salimos los cuatro a la ventisca de la calle, Hogsmeade era como una postal de Navidad, las tiendas y casitas con techumbre de paja estaban cubiertas por una capa de nieve crujiente.

En las puertas había adornos navideños y filas de velas embrujadas que colgaban de los árboles.

- Zonko está allí.

- Podríamos ir a la cabaña de los gritos.

- Les propongo otra cosa - dijo Ron, castañeteando los dientes - ¿Qué tal si tomamos una cerveza de mantequilla en Las Tres Escobas?

A mí me apetecía muchísimo, porque el viento era horrible, así que cruzamos la calle y a los pocos minutos entramos en el bar.

Estaba calentito y lleno de gente, bullicio y de humo, mientras Harry, Hermione y yo nos dirigíamos a la parte trasera del bar, Ron fue por las bebidas.

Slytherin's MasterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora