Capítulo 29

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Al sonar el timbre todos recogimos nuestras cosas para retirarnos.

- Espera un momento Harry - le dijo Lupin - me gustaría hablar un momento contigo.

Lo dejamos con el profesor Lupin y nos fuimos, en el camino nos encontramos a los gemelos que venían riendo.

- Hola - dijeron al mismo tiempo.

- Hola – contestamos los tres.

- ¿A dónde van? – pregunte.

- Más bien de dónde venimos – dijo Fred aun riéndose.

- ¿Ahora que hicieron? – pregunto Hermione.

- Mientras Filch estaba en su despacho le lanzamos bombas fétidas que compramos en la tienda de Zonco – dijo George muy orgulloso.

- Obviamente pensó que éramos nosotros - continuo Fred.

- Pero no nos vio así que no cuenta. – termino George.

- ¿Por qué les gusta meterse en problemas? – pregunte sonriendo.

- No nos metemos en problemas.

- Solo nos divertimos

Y se fueron como si nada, Harry nos alcanzó en el Gran comedor y llego muy contento porque el profesor Lupin había accedido a ayudarlo para defenderse de los Dementores.

A finales de noviembre, hubo otro partido de Quidditch donde jugaron Ravenclaw contra Hufflepuff, y para mi suerte gano Ravenclaw (sarcasmo) a pesar de eso, Harry no se notaba tan preocupado, algo que me alegraba.

Gryffindor no había perdido todas las posibilidades de ganar la copa, aunque tampoco podían permitirse otra derrota.

Dos semanas antes de que terminara el trimestre, el cielo se aclaró de repente, volviéndose de un deslumbrante y hermoso blanco opalino, y los terrenos embarrados aparecieron una mañana cubiertos de escarcha.

Dentro del castillo había ambiente navideño, el profesor Flitwick, que daba Encantamientos, ya había decorado su aula con luces brillantes que resultaron ser hadas de verdad que revoloteaban.

Los alumnos comentaban entusiasmados sus planes para las vacaciones, yo había decidido quedarme este año en Hogwarts, al igual que Ron, Harry y Hermione, ya que los años anteriores los había pasado en casa con mi familia.

Al principio mis padres no estaban muy convencidos, y después de muchas lechuzas dejaron quedarme en el colegio.

- Oigan, mis padres han dejado que me quede a pasar la navidad – les entregue la carta.

Querida Abi

Tu padre y yo hemos tomado esta difícil decisión, puedes quedarte estas vacaciones en el colegio. Entendemos que quieres pasar más tiempo con tus amigos.

Te extrañaremos mucho esta navidad, pero no olvidaremos enviarte tu regalo.

Te quieren, tus padres.

- Que bien, por fin pasaremos una navidad todos juntos – dijo Hermione emocionada.

- Si, no saben lo mucho que tuve que insistir – le di un poco de agua y comida a mi lechuza – Así que no me hagan quedar mal, porque si mis padres se enteran que entre a otra sala común siendo otra persona con poción multijugos, no creo que me vuelvan a dar permiso - Todos comenzamos a reír.

Para satisfacción de todos menos de Harry, estaba programada otra salida a Hogsmeade para el último fin de semana del trimestre.

La mañana del sábado día de la excursión, Harry se despidió de nosotros, entro al castillo y lo perdimos de vista.

Nos subimos al carruaje, y llegamos a Hogsmeade, dimos una pequeña vuelta por el pueblo, entramos a Honeydukes ya que Ron insistía mucho, el lugar estaba lleno.

- Uf no, Harry no querrá de éstos, creo que son para vampiros - decía Hermione observando una bandeja de pirulíes con sabor a sangre.

- ¿Y qué te parece esto? - dijo Ron acercando un tarro de cucarachas a la nariz de Hermione.

- Aún peor.

A Ron casi se le cayó el bote, yo me di la vuelta rápido y vi a Harry.

- ¡Harry! - grité - ¿Qué haces aquí?

- ¡Ahí va! - dijo Ron muy impresionado - ¡Has aprendido a materializarte!

- Por supuesto que no - bajó la voz para que ninguno de los de sexto pudiera escucharle.

Nos alejamos un poco de la multitud y nos contó sobre el mapa del merodeador.

- ¿Por qué Fred y George no me lo han dejado nunca? ¡Son mis hermanos!

- ¡Pero Harry no se quedará con él! - dijo Hermione - Se lo entregará a la profesora McGonagall ¿Verdad Harry?

- ¡No! - contestó Harry.

- ¿Estás loca? - dijo Ron mirando a Hermione con ojos muy abiertos - ¿Entregar algo tan estupendo?

- ¡Si lo entrego tendré que explicar dónde lo conseguí! Filch se enteraría de que Fred y George lo tomaron.

- Pero ¿y Sirius Black? - susurre - ¡Podría estar utilizando alguno de los pasadizos del mapa para entrar en el castillo!

- ¡Los profesores tienen que saberlo! – reprocho Hermione.







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Slytherin's MasterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora