Lisa
—¡Lisa! —Kaia me llamó y di vuelta— ¿Cómo has estado? —preguntó sentándose a mi lado, estás últimas semanas ha venido a verme casi a diario, no molestaba pero quería decirle que por el momento no estoy interesada en ella.
Jennie venía a mi mente cada vez más seguido y era cruel, porque no podía hacer nada al respecto para acercarme a ella, era tan cruel porque puedo asegurar de que ella ya está en otras cosa o con otras personas.
Kaia solo estaba ahí parada a mi lado intentando sorprenderme cada día pero no merecía ser el reemplazo de otra persona, así que tampoco le he dado esperanzas.
La dependencia es asquerosa, apesta y claramente era lo que yo estaba sintiendo ahora mismo.
—Muy bien, ¿y tú? —cuestioné demostrando un poco de interés de generar conversación.
—Muy bien —sonrió— esta semana me toca ir a una misión así que no sé cuando te vuelva a ver —comentó— ya sabes, oficio extenso —sonreí.
—Tienes razón, eso puede durar meses —respondí— pero eres muy inteligente seguro lo harás rápido.
—Solo que aún no me han dicho cual será la misión así que... — creí que vi su nombre en uno de los papiros pero solo la archive— esperaré hasta mañana, seguro las deidades me verán en el trono —asentí.
—No tardan tanto en dar la misión, seguro mañana lo sabrás —respondí.
—Por cierto Rosé me ha invitado hoy al complejo —tenía ganas de ir corriendo a partirle el cuello en seis pedazos a Rosé, ¿Qué piensa que está haciendo?.
—¿En serio? —cuestioné— espero que se diviertan bastante.
—¿No vas a estar? —cuestionó y negué.
—He quedado con mis padres —hable apenada— iré a cenar con ellos.
—No importa —mordió su labio inferior— la próxima podremos hacer algo juntas, ¿verdad? —sonreí a medias.
—Si —guarde todo lo que tenía en frente— ya quedaremos en algo con Rosé y Jin —me puse de pie.
Rosé estaba empeñada en que yo tenga algo que ver con Kaia pero no es sencillo, ni mucho menos fácil, no quiero dar falsas esperanzas a nadie mucho menos a Kaia, es muy buena y no merece que nadie la lastime.
—Nos vemos en otra ocasión —me despedí, hice mi camino al complejo.
Llegué tire mis cosas, entré a darme una ducha y salí camino a casa de mis padres. Después de un largo rato, llegué salude y me senté en la mesa con ellos.
—Hija —mi madre me miró— ¿has dormido bien? —preguntó y asentí.
—Tienes ojeras —papá acarició mi mejilla— no es normal en ti.
—He dormido demás, eso también podría ser la causa —respondí.
—Si te sientes mal sabes que yo siempre estaré para escucharte —me abrazo y sonreí.
—No es nada, lo prometo —nos sentamos a comer, la verdad es que no tenía apetito, jugué con el tenedor mientras hablábamos de diversas cosas.
Me levanté, deseche la comida y volví a la mesa, mamá no debía de darse cuenta que no había probado un solo bocado o confirmaría el hecho de que mi mente estaba más en la tierra que en el Olimpo.
Alguien golpeó la puerta, miré a mis padres y se vieron entre sí, mamá se puso de pie.
—Vuelvo enseguida —se perdió en el pasillo.
—Sé lo que está pasando y créeme que con mamá lamentamos mucho lo que sucedió —miré a mi padre— sabemos que no tenías opción —asentí— no se que pasó allá abajo, has venido tan cambiada pero sea lo que sea que haya pasado sabes que papá siempre estará aquí para responder a tus dudas.
Me levanté, caminé hasta él y lo abrace, me conocía y comprendía mejor que nadie.
—Es una larga historia —volví a mi lugar— ya sabes la pequeña Lisa siempre tiene aventuras extraordinarias — sonreí de lado, lo decía porque siempre que llegaba a casa le contaba todo lo que había hecho, nunca me cansaba de hablar y por eso siempre al llegar me decía 'otra aventura extraordinaria' al ver mi cara.
—Zeus no es bueno pero tampoco es malo —intentó convencerme— sabes que él te va perdonar, solo deja que se le pase el enojo —asentí— en cuanto menos esperes estarás de nuevo recorriendo la tierra.
Estaré por ahí, solo que no sé si Jennie aún seguirá esperando por mi. Lo veía poco probable, ella era tan hermosa que tendría a muchos bajo sus pies.
Suspiré y baje la cabeza, quería dejar de pensar tanto en ella.
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Born to die |Jenlisa|
Ciencia FicciónLisa Manoban había pasado toda su larga vida en el Olimpo alrededor de los dioses más grandes, era una de las ángeles más eficientes de ese lugar y cómo no? Si gracias a ella mucho tiempo reino la paz en el mundo. Ella, Jin y Rosé acaparaban todas l...