Lisa
—Basta —pedí riendo.
Rosé y Jin me estaban contando como casi queman el Olimpo cuando fui a llevar a Shuhua junto a Ares.
—Realmente si Jin no se agachaba no caía la antorcha por las cortinas —negué aguantándome la risa.
—¿Querías que deje que tu vaso me rompa el hermoso rostro que tengo? —cuestionó Jin.
Rosé y yo nos miramos, asentimos y empezamos a reír.
—Definitivamente nos van a echar de este lugar si seguimos así —respondí y ambos asintieron.
—Mejor —respondió Jin— me ahogo en el aburrimiento.
—Pues no te ahogues —Rosé se encogió de hombros y volvimos a reír los tres.
—Hola —saludo Nayeon— ¿puedo robarles a este chico? —apuntó a Jin y las dos asentimos.
–Llévalo antes que nos mate a todos aquí —bromee y Jin me dio una palmada en el brazo.
Se fueron y Rosé me miró un poco sorprendida.
—¿Y cómo fue eso de que ayudaste a esa chica? —cuestionó curiosa.
—¿Shuhua? —cuestione y asintió— me pareció tierna la forma en la que casi se desmaya, además no tenía otra cosa que hacer —admití.
—Cuando vuelvan Kaia y ella tendrás mucho con que divertirte —bromeó y negué.
—Tienes que parar con lo de Kaia, por favor —rogué— es linda, amable y buena pero no me gusta —asintió.
—Está bien —asintió— yo me encargo de ella —respondió.
—Disculpen —se dirigió a nosotras un hombre alto, tenía barba y estaba muy bien vestido.
Lo conocía de algún lugar, ya lo vi antes aquí en el Olimpo pero no recordaba quien era.
—¿Sí? —cuestionó Rosé
—Estoy buscando a... —iba a responder.
—Hola querido —se acercó a él Afrodita— ¿vienes a ver a tu tío? —cuestionó y él asintió.
—Sí, vengo a verlo —respondió el hombre.
—Pasa —ella iba a seguir su camino— le diré que lo estás esperando... —Afrodita se alejo de nosotros.
—Ya voy —le aviso y ella desapareció por las puertas— como les decía... —volvió a girarse a nosotras— alguna de ustedes, ¿conoce a Lisa? —Rosé me miró— por sus caras supongo que sí la conocen.
—Soy yo —me puse de pie y le pase la mano.
—¿No tenias el cabello más largo? —cuestionó y lo mire extraña— de todas maneras, no vengo a eso —hablaba solo, Rosé y yo lo miramos raro.
—Espera —me miró— ¿Cómo sabes que yo soy Lisa? —cuestioné y rio.
—Tienes razón en eso —pensó por un momento, se alejo un poco y luego volvió a acercarse— me han dicho que tenías las piernas largas y me temo que así es —me miro de pies a cabeza— además no creo que mi hermana tenga mal gusto —sonrió y casi me ahogo, mi cara cambió en cuestión de segundos— confirmado —el seguía hablando solo.
—¿El qué? —cuestionó Rosé.
—Ponen la misma cara —enarque— están enamoradas —respondió, sacó algo y me lo pasó— te lo manda ella, léelo rápido y trataré de esperar una respuesta.
Rosé me saco la carta de las manos y él siguió el camino de Afrodita.
—Tú solo léelo —me lo entrego— yo buscaré el papel y la pluma —me dejó sola en el banco.
Abrí el sobre y desprendió un olor, era hierbabuena, saqué el papel que traía adentro y lo abrí.
Para: Mi gran amor
Te he extrañado todos los segundos que ha girado la tierra, he pensado en robarte de ese lugar y escondernos en cualquier parte dónde nadie tenga conocimiento de nuestros respectivos orígenes. En cuanto menos esperes estarás de nuevo en mis brazos, podré besar cada parte de tu cuerpo y llegar de nuevo a tu alma.
No ha sido fácil estar lejos de ti, pero mantengo la fija esperanza de que te voy a ver pronto. No seas cruel y dejes de quererme, eso sería fatal para mí psique. Pronto estaremos nuevamente juntas y de solo pensarlo mi corazón se acelera.
Pd: No te pierdas, Jamie es hijo de Hades, es mi hermano. Me hará el favor de entregarte la carta y pronto te contaré de él.
De: Tú hechicera favorita, Jennie.
Reí al terminar de leer la carta, a veces Jennie podía ser un poco graciosa pero no todo el tiempo.
Yo había visto a Jamie un par de veces por aquí, es cierto, es hijo de Hades.
—¿Y qué dice? —cuestionó Rosé.
—Léelo —se lo pase— voy a escribirle —tomé la tinta y empecé a escribir tan rápido como pude.
—No pues —dijo Rosé mientras leía la carta— salió bien romántica tu novia —bromeó y le di un manotazo.
—No la juzgues... —la defendí y continúe escribiendo.
—Y... ¿Qué le estás poniendo? —preguntó leyendo por sobre mis hombros— ya deseo que me cales hasta el alma mi hechicera favorita —bromeó y me gire a verla desafiante— solo bromeo —rio.
—Bueno calla un rato —pedí— no puedo concentrarme —se sentó a mi lado.
—¿Ya está? —cuestionó viendo como hacía un sobre para mandar la carta— ahora esperemos que el señor salga para que se lo des.
—¿Crees que eso sea enseguida? —cuestioné y asintió.
—Digo que sí —acaricie el sobre— ahí viene —Zeus venía a su lado.
—Y estás dos, ¿Qué tal? —le cuestionó a Zeus y él negó.
—Ellas no pueden bajar —me miró— ya sabes la historia —respondió.
—No importa —el se encogió de hombros— es solo para que me resguarden —continuó.
—Lo pensaré —respondió Zeus— dame tiempo —el hombre asintió.
—Mejor me voy —paro frente a nosotras— adiós señoritas —Zeus entro de nuevo.
Me puse de pie, me acerqué a él y le entregué la carta para Lisa.
—Gracias —sonreí y lo guardo.
—Nos estaremos viendo —se despidió— Lisa... —se marchó.
Solo quería ver el rostro de Jennie cuando lea la carta, quería tanto tener una oportunidad más para bajar y poder verla.
Mis labios estaban desesperados por besar los suyos.
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Born to die |Jenlisa|
Ciencia FicciónLisa Manoban había pasado toda su larga vida en el Olimpo alrededor de los dioses más grandes, era una de las ángeles más eficientes de ese lugar y cómo no? Si gracias a ella mucho tiempo reino la paz en el mundo. Ella, Jin y Rosé acaparaban todas l...