Lisa
Cuando vi entrar a Jamie por la puerta grande sentí que mis piernas flaquearon y mi corazón empezaba a palpitar tan rápido que en cualquier momento iba a explotar.
Me saludo a lo lejos pero tampoco se acercó a mi, pensaba que hoy me traería algo de Jennie pero no fue así, solo pasó a la siguiente sala para poder reunirse con Zeus.
Necesitaba acercarme a él, quería saber algo de Jennie, sabía que el podría darme información. Él era mi única conexión a ella por el momento.
Rosé estaba no tan cerca pero me observaba de lejos, sabía que estaba teniendo una ansiedad nivel cien. Chasqueaba mis dedos para no pensar en eso y movía mis piernas sin parar.
Vi a los lejos acercarse a Kaia, cerré los ojos, no era un buen momento para que aparezca.
—Hola —saludo con una sonrisa—estás sudando —observándome más de cerca.
No podía salir de mis pensamientos porque mis ojos estaban clavados a esa puerta, no podía ni definir la noción del tiempo en ese momento.
—Emm si –asentí— hola, por cierto —salude— mucho trabajo —respondí seca.
—Estás muy estresada —se puso atrás, coló sus manos sobre mi hombro y empezó a masajear.
Cerré los ojos, era algo que realmente necesitaba, estaba sumamente cargada de estrés. Estaba disfrutando del masaje, tomé su mano y lo saqué lentamente.
—Muchas gracias —agradecí— juro que era algo que necesitaba hace tiempo —sonreí— te lo prometo —volví a levantar la mirada y casi me desmayo en ese preciso instante.
Miré a Rosé y su cara era igual o peor que la mía. Se me desconfiguro todo el sistema nervioso, digestivo y cardíaco en ese preciso instante, no podía describir lo que estaba pasando en mi cuerpo, mi cabeza iba a explotar, tenía demasiadas emociones en ese momento.
Jennie estaba en la puerta, me miraba fijamente y no de una forma muy agradable.
No sabía en qué momento había llegado, ni cómo había sido, estaba pensando en qué Jamie salga de ese lugar, en el estrés, la ansiedad pero jamás tenía pensado verla ahí.
Le sonreí pero no fue devuelta la sonrisa, entró y fue directo al mismo lugar que Jamie. Sentí una enorme punzada en el pecho, pensé que iba acercarse a mi.
—Creo que te odia —susurro Kaia y me quedé en silencio durante unos segundos intentando entender lo que sucedió.
—O está celosa —pensé en voz alta, no encontraba otra explicación.
—¿Qué? —cuestionó.
—Celos de los buenos masajes que haces —respondí rápidamente— estuvieron fenomenales —dije y sonreí para cambiar rápidamente de tema.
Espero que mi metida de pata no se convierta en un coqueteo y la termine cagando más. Yo tengo la suerte del mundo.
—Ahora mismo tengo algunos pendientes pero en la tarde puedo pasar a tu habitación para poder hacerte más masajes —me ofreció sus servicios con una sonrisa de oreja a oreja y me quise dar una bofetada.
Claro que eso sonó a coqueteo, pero no estaba coqueteando.
—No te preocupes, si estoy libre nos vemos —corrí hasta Rosé.
—No me preguntes como fue pero solo vi como en cuestión de segundos, esa hermosa sonrisa que traía Jennie se convirtió en un rostro lleno de furia y celos —se me detuvo el corazón— creo que no hubo un asesinato por obras divinas —maldije dentro mío.
—¿Cómo por qué no sabía que iba a venir? —ella nunca sube a este lugar— bueno estaba desestresándome y terminé el triple de estresada —reí un poco nerviosa para burlarme de la situación.
—Yo creo que ahora si ya no pedirán por nosotras —bromeó Rosé y reí un poco nerviosa.
Me hizo un gesto con la mirada y voltee a ver. Jennie estaba detrás mío con la cara más seria que podía haber en todo el universo, miré por detrás y Jamie estaba con la misma cara.
No sabía si iba abofetearme o asesinarme pero empecé a temblar, sentía que en cualquier momento me iba a desmayar, toda mi sangre desapareció en ese momento.
Se acercó a mí, llevó mi cabello por detrás de mí oreja y acercó sus labios a mi oreja.
—No sabes, ni tienes idea de cuanto extrañe tenerte así de cerca, mi amor —susurró en mi oído, mi corazón se hundió totalmente, estaba por fallecer. Olvidé como respirar, olvidé como caminar, me olvidé de como vivir.
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Born to die |Jenlisa|
Science FictionLisa Manoban había pasado toda su larga vida en el Olimpo alrededor de los dioses más grandes, era una de las ángeles más eficientes de ese lugar y cómo no? Si gracias a ella mucho tiempo reino la paz en el mundo. Ella, Jin y Rosé acaparaban todas l...