Born to die |Jenlisa|

Inframundo

Jennie

—Quiero que mantengas al aquelarre lejos de ese pueblo —miré a los lados— En cuanto menos se den cuenta atacaremos —asentí.

—Yo me encargare de eso —afirmé.

—No te preocupes padre conoces a mi hermanita —hablo mi hermano— y ella siempre lo soluciona todo —continuo con sarcasmo.

—Exacto —contestó mi padre— te ha salvado el culo infinidad de veces—sonreí de lado— Te lo encargo, confío en ti —se dirigió a mi— Tú y Chan son los únicos hijos en cuales confío plenamente— asentí.

—Si es es todo, voy a retirarme —me dirigí a la salida.

Salí del inframundo y me dirigí a mi aquelarre, las chicas sabían que tenían que esperar a que yo llegue para salir. Han casado más brujas que vampiros está semana, hemos perdido muchas hermanas los últimos meses. Los mortales están con miedo y ya no creen en las deidades.

La imagen de Zeus está por el piso, los romanos están instalando su creencia y ya tienen un nuevo Dios, lo llaman de otra forma. Las iglesias católicas se han instalado en muchos lugares y ellos cazan brujas para quemarlas.

Llegué y me estaban esperando, hice una señal con la mano para que todas me sigan al salón principal.

—Tenemos que cuidarnos—alcé la voz— los mortales están furiosos y buscan venganza —me cruce de brazos— creen que somos nosotras quienes robamos a los niños.

—¿Le puedes sugerir a tu padre que castigue a los vampiros? —cuestionó una de las chicas— por su culpa estamos siendo quemadas.

—Sabes que no es tan fácil —negué con la cabeza— ellos dan lucha a los ángeles y por eso no pueden llegar al inframundo, es cuestión de que nosotras nos mantengamos lejos y ya —respondí.

—Creo que Isabelle tiene razón —respondió Bárbara.

—Adelante —apunté la puerta— vayan y hablen con mi padre.

Me iba a retirar de la mesa y Jisoo tomó mi mano.

—Nosotras te seguiremos, confiamos plenamente en que nos vas a proteger —dijo y las demás asintieron.

—Si no se sienten seguras en este aquelarre pueden buscar otras formas de sobrevivir —sugerí— pero al fin y al cabo la que las va a rescatar seré yo —cerré suavemente mis puños.

—Te ayudaremos Jennie —Miley besó mi mano y me incline a ella.

—Pueden descansar —me puse de pie—  mañana iremos a buscar comida, el almacén necesita de provisiones.

Todas se pusieron de pie y cada una se fue donde le correspondía solo quedó Jisoo.

—Por tu cara creo que tu padre te ha dicho algo más —asentí.

—Según la ex hija de Artemisa los ángeles en estos días tendrán misiones —me miró con un poco de preocupación— debemos aprovechar para cazarlos, ya que bajan los mejores del Olimpo —troné mi cuello.

—¿Chan tiene las misiones?— preguntó y asentí.

—Espero no haga estupideces —aclaré mi garganta— con las cuales yo tenga que lidiar luego.

—Todo será un caos cuando bajen —me tomé la cabeza— vampiros, demonios, ángeles, mortales y brujas— asentí.

—No dejemos atrás a los hechiceros —la recordé— y los lobos que se han puesto del lado de los ángeles —bufe.

—Creo que tendremos un trabajo extenso y largo los siguientes días —asentí, la tomé de las manos.

—Solo cuídate cuando yo no esté cerca —pedí— búscame en los cuatro lugares donde sabes que podría estar —asintió.

—Vamos a descansar —caminé en dirección a mi habitación.

La luna ha caído y ahora mismo todas necesitamos descansar, desde que han cazado brujas no podemos acercarnos al pueblo a comprar comida. Toda mujer debe ir acompañada de un hombre, esa era la consigna. 

Mortales estúpidos, pensé.