Lisa
—¿Qué tal un paseo por el mundo de los mortales? —me guiño un ojo Jin.
—Podríamos... —acepté dudando.
—Rosé sigue durmiendo —miro la habitación— la despertamos o... —dijo y negué.
—Deja que descanse —respondí— cuanto más fuerza tengamos es mejor para nosotros.
—¿A dónde tienes pensado ir? —preguntó Jin
—Creo que a Grindelwald, ellos están ahí y no me sorprendería que sigan por esos lugares —respondí— además vi a un aquelarre ahí así que probablemente la entrada a inframundo está cerca.
—Exacto, estuve pensando en eso —concordó conmigo— vampiros, demonios y brujas es lo más probable.
—Vamos —coloqué mi arma en mi cintura
Estábamos caminando alrededor del pueblo, la mayoría trabajando, un grupo de hombres iban a quien sabe qué lugar pero tenían varias herramientas.
El mercado tenía un poco de gente y estaba observando en la fila, la mayoría estaba con algún hombre o niños. Vi llegar a alguien más y ponerse en la fila.
—Vamos a sentarnos aquí —señale la banca— podemos observar quienes compran.
—Seguro ha de haber demonios que se hacen pasar por mortales —susurro Jin— por cierto, no he escuchado a nadie hablar de la fiesta de ayer.
—Es cierto, no me había percatado eso hasta ahora que lo dices —respondí.
Estaba observando de nuevo la fila del mercado y la mujer que llegó última terminó de pagar. Se giró y sus ojos se clavaron con los míos. Desvíe mi mirada rápidamente para no mostrar interés y que no se diera cuenta.
—No digas nada —murmuré— la mujer que se va por allá es la misma de ayer —le dije a Jin.
—Sí, volvió a voltear para vernos —respondió— ¿de dónde crees que viene? —preguntó y me encogí de hombros.
—PAGANAA —escuché gritar a una mujer y empujó a la otra al piso.
—¿Qué tenemos aquí? —preguntó una de las mujeres— seguro es una bruja.
La chica estaba llorando desconsoladamente.
—Madre diles que no lo soy —suplicó la niña— por favor.
Si no estaban mal mis cálculos tenía unos quince años. La mujer guardó silencio y más gente empezó a reunirse alrededor. Me reincorporé y me acerqué a la multitud traje a Jin de la mano conmigo.
—Bruja, bruja, bruja —gritaban y tiraban cosas.
Empujé a la gente y tome a la chica de la mano, me empezaron a gritar.
—BASTA —grité— ¿de acá a cuando ustedes son los que juzgan? —cuestioné enojada.
Jin me tomó del brazo para sacarme de ahí pero me solté de inmediato.
—Ha querido seducir a mi hombre —dijo una de las mujeres y casi vómito de la vergüenza ajena.
—Es una niña —respondí.
—Ella quiere seducir a nuestros hombres para matarlos —otra mujer hablo y si me lo permitían le daba una bofetada— tampoco ha derramado una lágrima, ¿Quiénes son las mujeres que no lloran? Solo las BRUJAS.
—Cierto —la acompañaron todos.
—Vamos —susurro Jin— vamos Lisa —me volvió a tirar del brazo.
Seguía con la niña agarrada de mi mano y no la solté, la llevé conmigo fuera de la multitud.
—¿Te quieres quedar? —pregunté y asintió.
—Si no me matan a mi, mataran a mi madre y a mi hermanita —lloró de nuevo.
Quería exterminar al pueblo mierda en el que estaba pero no podía. Un hombre se acercó a nosotros y tomó a la niña de la mano.
—No le haremos daño —se dirigió a mi— pero pasará algunas pruebas para demostrar que no es una arpía —finalizó el hombre.
No podía obligar a la niña a venir conmigo y tampoco sabría donde podría dejarla.
—Lisa es mejor que regresemos junto a Rosé —pidió Jin y asentí.
Me volví a girar para mirar a las personas y a un lado de estas se encontraba de nuevo la misma mujer, clavó su mirada con la mía, me quise detener pero seguí caminando con Jin para llegar un poco más afuera del pueblo.
—Otra vez se encontraba ahí... —miré atrás para asegurar que no nos siguieran.
—Estuvo desde el momento en que nos acercamos —comentó— pero no articuló ni una sola palabra y tampoco hizo algún movimiento.
—No me había percatado —miré alrededor, quería asegurarme de estar a salvo.
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Born to die |Jenlisa|
Science FictionLisa Manoban había pasado toda su larga vida en el Olimpo alrededor de los dioses más grandes, era una de las ángeles más eficientes de ese lugar y cómo no? Si gracias a ella mucho tiempo reino la paz en el mundo. Ella, Jin y Rosé acaparaban todas l...