Aojo.

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Lisa

—Córtale la cabeza —susurró Rosé— ahora — lo hice inmediatamente.

Vi como su cabeza cayó a mis pies, Jin se agachó y recogió la cabeza, era hora de llevarlo a las brujas para que hagan el hechizo.

Jennie y Jisoo nos miraban de lejos no emitieron opinión, caminamos hasta ellas y les entregamos la cabeza con las plumas.

—¿Se quedarán ahí o vendrán a ver el hechizo? —preguntó Jisoo, entré tras ella y seguido a mi lo hicieron Rosé y Jin. Era más que obvio, quería ver lo que iban hacer.

Ingresamos y me fije que todas vestían de negro, Jennie empezó a pasar algo sobre el enorme pentagrama que se encontraba en el medio. Mientras le pasaba algo como una pintura susurraba algo las demás estaban de la mano. Ella seguía susurrando mientras seguía las líneas del pentagrama.

Una de las niñas tenía las plumas en su mano, la cabeza ya estaba en el medio, la chica que era herbolaria tenía muchas cosas en las manos, ¿Qué tanto necesitaban para hacer estas cosas?

La niña puso las plumas en forma de triángulo encima de la cabeza y luego Jennie sacó un cuchillo, le hizo un corte en la mano a la niña y se lo hizo ella, luego derramó la sangre de ambas sobre las plumas.

Todas empezaron a susurrar y luego se juntaron al medio. Rosé me miraba de reojo cada tanto estaba igual de sorprendida que yo, Jin no cabía en sí, su reacción sí era graciosa.

Terminó la sesión y la herbolaria metió la cabeza en una bolsa de color negro, luego se acercó y nos las entregó.

—Gracias —agradecí, seguí a Jennie con la mirada y se acercó hasta una de las mesas, se puso algo sobre la herida.

—Ve a despedirte —susurró Rosé— te esperamos afuera —tomó la cabeza.

Ella sabía lo que estaba pasando, ni hacía falta que le dijera que tuve algún tipo de atracción o sexo casual, Rosé era muy rápida para reconocer lo que sucede conmigo.

La seguí a través del largo pasillo, negué con la cabeza, no podía creer todo lo que estaba haciendo, llegamos adentro y fuimos a su habitación.

—Bueno —se giro a verme— es hora de la despedida Lalisa —se acercó, suspiré y sonreí..

.—Voy a bajar de todos modos —paso sus manos a mi cintura— ¿Cómo no venir a ver a esta diosa? —cuestioné besando su cuello.

—Más vale que lo hagas o subo a tirar el Olimpo para bajarte —bromeó.

—Espero que todo salga bien —susurré.

—Por cierto no dejen que Apolo toque la cabeza, se podría deshacer el hechizo —fue la última recomendación que me dio.

—Está bien —asentí— casi no se mete en las cosas que llevamos al Olimpo.

—Zeus es el único interesado —rodó los ojos— imbécil.

—No quieras tanto a tu tío —bromee.

—Te esperaré —acomodó mi cabello atrás de mi oreja— más vale que llegues —advirtió.

—Estaré aquí en cuanto menos lo esperes y lo pienses —respondí.

Me acerqué a ella, tomé su rostro y lo acerque lo suficiente como para poder besarla. Besé sus labios, me siguió el beso, apretó mi cintura y me pegó más a ella, el beso era lento, sus labios eran dulces, me iba a quemar.

Seguí el beso, relami sus labios, mordisquee su labio inferior y me separe un poco.

—Nos vemos —besé su mejilla y salí de la habitación.

Miré a Jin y a Rosé, Rosé estaba hablando con... Chan? Que mierda hacia aquí.

—Tienes una amiga muy linda —se dirigió a mi e hice una cara de desagrado— no hay duda que mi hermana tiene buenos gustos —bromeó y Rosé rodó los ojos.

—Típico hombres —resopló ella.

Se acercó a Rosé y le susurro algo al oído, ella se rio y negó.

¿De acá a cuando se toma atribuciones con mi amiga? Ladee la cabeza para salir del aquellarre, los dos me siguieron y llegamos hasta el bosque, debemos volver a Santorini, ya tenemos todo preparado para volver al Olimpo.







Llegamos y nos dirigimos a la entrada, aquí nos revisaban absolutamente todo. Esperaba que no nos pidan entrar sin atuendos para asegurarse de que entremos 'puros' 

—Zeus los está esperando —nos recibió Artemisa, nos dio paso y luego nos siguió.

Llegamos al trono, Zeus levantó la vista y notaba su cara de felicidad. Él se encontraba cargado de orgullo, yo solo quería terminar con esto.

—Sabía que no me iban a fallar —hablo y miré a Rosé.

Gire y me encontré a mis padres, estaban detrás mirándome. Se encontraban felices de saber a quien tenían de hija. 

Sacamos las cabezas y las pusimos en la bandeja, se puso de pie y caminó alrededor de ellas observando atentamente.

—Estoy muy satisfecho con esto —aclaró su garganta— es más hasta se pueden tomar un año sabático —bromeó— ahora solo debemos esperar la reacción de Hades.

Siempre era lo mismo, él contra Hades. Era sólo una pelea para ver quien hería peor al otro, los dos eran de la misma calaña.

—A sus órdenes —dijimos los tres e hicimos reverencia.

—Están libres de hacer lo que quieran —agitó la mano para que nos retiremos.

Yo volvería a la tierra en unos días, no podía bajar tan rápido eso podría llamar la atención de los que constantemente controlan la entrada. Si tardas no es novedad, pero si vuelves y bajas rápido claro que lo es.

—Tú y yo —Rosé me apuntó— tenemos que hablar seriamente de esa hechicera —tomó de mi brazo y me arrastró hasta uno de los jardines.

Se giró a mirar alrededor, debía de asegurarse que no había nadie cerca. 

—¿Qué? —me hice la desentendida. 

—Jennie —murmuró y reprimí una sonrisa— eres una... —me dio un manotazo— ¿estuviste con ella? 

—...

Born to die |Jenlisa|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora