Born to die |Jenlisa|

Éxtasis

Lisa

Me sacó la camisilla que traía y con su ayuda me puse más al centro de la cama.

Sentía toda mi cara arder, no había vuelta atrás para lo que iba a pasar, en este punto ya era tarde para los arrepentimientos.

Se sentó sobre mi para poder desabrocharse el brasier pero me incorporé para ayudarla a deshacerse de eso, lo tire a un lado e hice lo mismo con mi brasier.

Sus pezones estaban erectos la deje a ahorcajadas sobre mi y empecé lamiendo uno de sus pezones mientras, el roce de su piel con la mía hizo que se erice por completo, sonreí. Al menos creo lo estaba haciendo bien.

La tiré en la cama y quede arriba, le saque las bragas empecé a besar de nuevo su cuello, bajé a sus pezones y luego volví a su boca.

Me acerqué a sus labios, con mis dientes tiré suavemente de ellos para luego bajar hasta su zona íntima, la mire y pose mi lengua sobre su clitoris, cerró los ojos y mordió sus labios pero de todas maneras un pequeño gemido hizo eco en mis oídos.

La sentí suficientemente caliente, pasaba suavemente mi lengua sobre su clitoris, cuando su cuerpo empezaba a estremecerse, introduje mis dedos en su intimidad arqueo la espalda y soltó otro gemido, su zona íntima estaba muy dilatada, finalmente llegó y me aleje un poco para pasar mi brazo por mis labios para limpiarlo.

Me recosté a su lado mientras la veía ahí un poco más relajada pero estaba mojada en sudor.

—No crea que tú te salvarás —susurró y subió sobre mi.

—No esperaba menos —respondí con picardía.

Beso y relamió mi cuello me estaba sobre excitando eso ayudaba a que esté más desesperada de sentirla adentro.

Me siguió besando con sus manos me entreabrió las piernas y metió sus dedos, lo que parecía movimientos lentos empezaron a ser cada vez más rápidos.

Dejó mi boca para poder lamer mis pezones, sus movimientos empezaron a ser más seguidos y más fuertes, no podía guardarme los gemidos y eso parecía que la emocionaba más.

Finalmente sentí mi cuerpo empezar a temblar y llegue a mi punto éxtasis.

Resople y respiré hondo. Me miró y sonrió, ambas sonreímos.

—Estuvo excelente —admití.

—¿Que creías? —levantó las cejas de forma engreída y reí.

—Eres una asquerosa —resople negando con la cabeza.

—¿De verdad? —preguntó—  puedo serlo más —hizo camino con sus dedos a mi zona íntima.

—Pues... —golpearon la puerta, maldita sea.

Ella se reincorporó tomó una de las camisillas grandes que tenía en su guardarropas, los golpes eran cada vez más seguido y fuerte. Entreabrió la puerta y se quedó frente a esta para que nadie me viera.

—Sus amigos exigen verla ahora —escuché decir a Jisoo, reconocí su voz de inmediato.

Me reincorpore como pude y miré alrededor de la habitación.

—Diles que se va en un momento —Jennie cerró la puerta.

Se giró y me miró, hizo un movimiento con la cabeza para que vaya afuera.

—¿Dónde tienes un baño?— cuestioné y apuntó a una de las puertas.

Entré rápidamente con mi ropa en mano, tomé el agua que se encontraba en el tarro y me di una ducha, salí para vestirme y ella estaba ahí.

Me tendió una trapo y la tomé, me seque y me vestí.

—Ya me voy —me aviso y asentí.

—Gracias —agradecí por la entregarme el trapo para secarme.

Salí de la habitación y solté mi cabello, al llegar a la sala vi la cara de Jin y Rosé, ambos se relajaron al verme y me senté frente a ellos.

Jisoo me miró y largo un suspiró,  se retiro tomando de la mano a una de las chicas que estaban ahí.

—¿Dónde te habías metido? —preguntó Rosé— estábamos por morir de la preocupación —me reprochó Rosé.

—Te habíamos buscado por todos lados —fue esta vez Jin quien hablo— pero esa chica nos dijo que ella sabia donde estabas —se refirió a Jisoo.

—Nos descubrieron —respondí— me dijeron que los iban a proteger entonces hice lo mejor que pude, que fue escapar.

—Pensé que... —dijo Rosé— que pillaron lo de Irene.

—Eso también ya lo saben —me senté— pero antes de eso sabían que veníamos por Chan —respondí— alguien está pasando la información.

—Tenemos que tener más cuidado entonces —hablo preocupado Jin y asentí— ¿Pero tienes la cabeza de Irene? —cuestionó y asentí— entonces vamos a matarlo y nos regresamos, ya sé donde vive.

Sonreí, Jin pensaba que era así de fácil o el lo ponía fácil.

—Sabes donde vive, pero no donde está —respondí— si tienes un buen plan para irrumpir el inframundo...

—¿Ya está ahí? —cuestionó Rosé y asentí— ¿Qué haremos? —preguntó— Zeus nos dará una patada por el culo y nos manda de nuevo aquí si vamos sin la cabeza de Chan.

—Es lo que estaba pensando —respondí.

—¿Entonces que plan tenemos? —cuestionó Jin— ¿llevamos la cabeza de otro? —rio Jin y reímos las dos.

—Podemos decir que nos hemos confundido —guiño el ojo Rosé y reí negando con la cabeza.

—Podemos pero sabemos que no es así de fácil —suspiré— pero Hermes y Atenea conocen a los hijos de Hades, y ellas son las primeras en recibir lo que llevamos —ambos asintieron.

—Hola — saludo Jennie haciendo presencia, Rosé y Jin la miraron de pie a cabeza, yo movía un poco la cabeza y reprimí una sonrisa salió el triple de sexy.

Ellos correspondieron a su saludo y ella se sentó a mi lado.

—Tenemos un problema —se sinceró sirviendo él té que se encontraban en la mesa. Rosé y Jin me miraron y me encogí de hombros.