29

354 49 29
                                    

Camino a casa, Anne escuchó una voz que la llamaba.

Se trataba de Diana.

–¿Puedo hablar contigo un segundo? –le preguntó.

Minutos después, ambas se encontraban sentadas frente al mar. La muchacha Barry le ofreció una cerveza, pero la pelirroja le dijo que no bebía.

–¿Por qué me pediste venir aquí? Creí que nosotras no éramos amigas.

Diana volcó sus ojos.

–Ay, Anne, ¿Puedes parar? Por el amor de Dios –abrió su cerveza–. He estado pensando… creo que sé por qué te molestaste tanto y por qué le diste tu examen a Gilbert.

–Él se sienta conmigo, lo hice como un favor…

–Sí, claro, a otro perro con ese hueso – respondió la chica de cabellos negros.

–¿Por qué otra cosa podría ser? Pero no tomé en cuenta las groserías de Gilbert.

–Anne, así se comporta Gilbert siempre. Lo importante es por que a ti te importa tanto.

La pelirroja se quedo en silencio por unos segundos, luego se giró a verla.

–¿De verdad se nota tanto?

–No –respondió Diana, le dio un sorbo a su segunda cerveza–, pero yo lo sé.

–¿Pero crees que Gilbert lo note? O sea, ¿lo que hizo fue su manera de decir «No te quiero»?

–Eso no lo sé, su locura no tiene límites.

Ambas sonrieron y esperaron unos minutos hasta volver a hablar.

–¿Por qué estas tan enojada todo el tiempo? –preguntó Anne– ¿Es porque tienes hambre?

Diana soltó una risita.

–No estoy enojada todo el tiempo y tampoco tengo hambre, generalmente la cerveza llena el hueco.

–Pero estas enojada –recalcó Anne.

La muchacha le dio otro sorbo al líquido en su lata.

–«Annie» ¿sabes lo que es un diseñador gráfico?

Ella asintió.

–Es un trabajo inútil. Mal pagado… no es un trabajo glamoroso, ¿Por qué alguien querría serlo?

–¿Quieres serlo?

Diana no quiso mirarla a los ojos.

–¿Por qué lo dices? Soy una chica bonita. Merezco casarme con un hombre rico, vivir con lujos, no pudrirme frente a una computadora –tragó saliva–. La belleza es una fortuna que no vale nada a menos que lo conviertas en éxito.

Anne frunció el ceño con confusión.

–¿Hablas de éxito económico?

–¿Acaso hay algo más?

Ella retiró sus cabellos rojos de su rostro y comenzó a asentir.

–¡Por supuesto que sí! Ser feliz. Vivir con la gente que amas. Marcar una diferencia en el mundo. Trabajar en algo que te guste.

Diana negó.

–Sí, pero no es tan fácil. Digamos que quieres viajar por el mundo. Necesitarías dinero, ¿no?

–Yo preferiría nadar en una de las playas de la isla que viajar por todo el mundo con alguien a quien no soporto –dijo Anne, encogiéndose de hombros.

–Veo mucho del pesimismo de Gilbert en ti.

Ambas sonrieron, Diana se levantó.

–Respóndeme algo, Anne, ¿Qué vamos a hacer con todo el tiempo que nos queda por delante?, ¿en que nos convertiremos?, ¿Qué logros tendremos? –«¡Oye, escandalosa! ¿Quieres callarte?» le gritó un hombre–. ¡Cállate tú! –le respondió y le dio el último trago a su cerveza.

A esa misma hora, el muchacho Blythe caminaba a paso lento hacia Moody, quien estaba junto a Jerry apostando por otros partidos de baloncesto callejero.

–No me vengo a disculpar –le dijo cuando estuvieron a centímetros de distancia. Moody no lo miró –. Al diablo, lo voy a hacer. Siento mucho lo que hice –el chico Spurgeon levantó la cabeza con algo de sorpresa–, pero disculparse esta sobrevalorado en esta sociedad. Quizá nos veneramos demasiado.

–¿En serio te vas a poner filosófico?

–De acuerdo, iré al grano. A Sebastian le gusta la señorita Stacey.

–¿Cómo lo sabes?

–Lo vi, hay algo entre ellos. Creo que son demasiado orgullosos como para dar el primer paso. Pienso que debemos hablar con ellos para hacer un nuevo plan y poder avanzar. No hay que abandonar esto.

Moody hizo silencio un segundo.

–Creí que no sabías nada acerca del amor.

–Sé de debilidades –respondió Gilbert, con seriedad–, y el amor es la más grande de ellas. Hasta te hace perder el respeto propio –bajó la mirada–. Entonces… ¿hacemos un nuevo plan?

El muchacho Spurgeon sonrió, sacó de su bolsillo unas avellanas y se las ofreció.

–¿Y ahora por qué?

–¿Qué quieres decir? –preguntó el chico Blythe.

–¿Por qué te importa? ¿Por qué?

En su mente solo había una respuesta, tenía cuatro letras y un largo cabello pelirrojo.

-----------------------------------
Hola, hace un tiempo que no escribo notas. Quiero agradecerles a todos los que se preocuparon por mí durante mi ataque de ansiedad, fue algo muy feo y haré mi mayor esfuerzo para que no vuelva a pasar. Espero y estén disfrutando la historia, me he esforzado mucho.
Amor y luz;
~Cassie.
🧚🏻‍♀️🧡✨

「𝐋 𝐎 𝐕 𝐄, 𝐩𝐭. 𝐈 ; 𝐀𝐧𝐧𝐞 𝐰𝐢𝐭𝐡 𝐚𝐧 𝐄」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora