「𝐋 𝐎 𝐕 𝐄, 𝐩𝐭. 𝐈 ; 𝐀𝐧𝐧𝐞 𝐰𝐢𝐭𝐡 𝐚𝐧 𝐄」

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「1998」

–Jerry, ven acá –llamó Phillips, comenzó a susurrarle al oído–. Mira, tu estimado padre está acá. Ya se acercó a nosotros. Se ofreció a reconstruir el laboratorio. Estás aquí por mera formalidad, para que no sea injusto con el resto. Vamos, chico –hablo más alto–. Te arrepientes, ¿no es así?

El muchacho Baynard observó a su padre con esa mirada llena de ira, aflojó su corbata y quitó el primer botón de su camisa.

–Buenos días –dijo–. Soy Jerry Baynard. Jerry, no August. Para que quede claro. Haré a un lado este papel y lo diré con mis propias palabras. ¿Me arrepiento de lo que hice? ¿Lo haría de nuevo? –vio a Diana a los ojos. Calló por unos segundos– Sí, lo haría. Esto es lo que soy. En pocas palabras, no voy a pedir disculpas. Su laboratorio puede irse al infierno.

Todos se quedaron boquiabiertos.

Phillips vio su derecha.

–Anne –dijo–. Ven acá. ¡En fin! Lo que pasó, pasó. Cada quien tomó su decisión. Solo intentamos ser justos. Anne, muéstrales a tus amigos. Sé un ejemplo para todos los estudiantes, anda.

La pelirroja caminó al frente, vio a Gilbert un segundo. Luego, recordó todo. La voz de Moody diciendo: «Hagamos que Muriel se enamore» y ella respondiendo que los ayudaría, la voz de Gilbert cuando dijo «Mi mamá lo dice, debe ser así. Es ridículo». Diana diciéndole: «Aférrate al amor ¿sí? No te rindas. Vívelo, aunque duela, al menos habrás experimentado. Lo que no vives te duele aún más.»
El «Pienso en ti. Me hace bien» de Gilbert, llegó a su mente. Él la vio a los ojos, sonrió. El último recuerdo fue del muchacho dándole el cupcake en el bote el día de su cumpleaños y ella diciendo que su único deseo era que dentro de 20 años todos pudiesen seguir siendo amigos.

Anne los vio, luego a Moody, que estaba del otro lado y respiró profundamente.

–No, no me arrepiento. Todo lo que hice fue mi decisión. Esta soy yo, y no me avergüenzo –miró a Phillips–. Quizá sea usted quien se equivoque. Si vienen autos hacia nosotros, ¿Por qué dar por hecho que equivocamos el carril? Además, su necesidad de que nos disculpemos, ¿Dónde lo deja? ¿Qué tanta razón tiene? –se dirigió a todo el público– ¿Saben que estaban golpeando a mi amigo Jerry? Claro que iba a intentar salvarlo. No me voy a disculpar. Si hubiera huido mientras golpeaban a mi amigo, me disculparía conmigo misma. Jamás me lo habría perdonado. Lo diré de nuevo. ¡No me arrepiento de nada! Lo haría de nuevo y estoy muy orgullosa de mí misma.

Los aplausos no tardaron en aparecer. Phillips gritó por silencio. Anne bajó y se paró junto a Gilbert, quien no dejaba de mirarla con ojos de felicidad.

–Moody, ven aquí, muchacho –dijo el director, finalmente–. Tus amigos se hacen daño con ideas ridículas, pero aquí se cometió un crimen grave. Expresar arrepentimiento no es malo. Tu futuro está en juego, escuchemos tu disculpa, al menos. El micrófono es tuyo.

Moody había estado callado toda la mañana. No había dicho una sola palabra. Duró un buen rato ahí de pie, mirando a su padre. Poco después, metió una de sus manos en el bolsillo de su camisa, sacó una avellana y la llevó a su boca. La masticó por unos segundos.

Todos en el lugar estaban en silencio.

Estaban a la expectativa.

El chico le dio dos golpecitos al micrófono.

–Váyanse a la mierda. No me voy a disculpar.

Moody lanzó papel al aire y todos los estudiantes comenzaron a celebrar.

–¡Maldito seas! –le dijo Phillips.

Bash sonrió ante todo eso, pero trató de disimular. Por su parte, el señor Spurgeon aplaudía a su hijo con bastante orgullo mientras el director trataba de callar a todos –menos a Billy Andrews y su grupo de idiotas, claramente– y arreglar el acto cívico.

Esa misma noche, en la casa Blythe, los cinco muchachos quemaron sus uniformes en una fogata. Jerry abrazó a Diana, Gilbert abrazó a Anne, Moody sonrió al verlos. Se sentían un equipo. Los cinco. Juntos.

Mientras tanto, del otro lado del pueblo, Sebastian Lacroix iba en busca de Muriel Stacey.

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Solo dos capítulos más, mis amores.
~Cass.

Amor y luz🧡✨🧚🏻‍♀️