Los enfermeros se dieron cuenta a los pocos segundos, subieron a Gilbert Blythe en una camilla y lo llevaron a la sala de urgencias. Cuando llegó a casa, con una bolsa de medicamentos en mano que, poco después, colocaría sobre una de las tantas mesitas que había en su casa, lo primero que hizo fue darle comida a su perro, recalentar unos fríjoles del día anterior para su abuelo y ya después, se encargó de lavar ropa. Retiró la camisa que llevaba puesta, cerró la lavadora y apoyó su espalda en el marco de la puerta para poder suspirar. Cansado, se recostó sobre el bulto de ropa sucia a su lado y cerró sus ojos.
Era difícil estar solo.
Unos minutos después, el timbre fue tocado. Gilbert abrió sus ojos, se puso una camisa y se levantó a abrir la puerta.
Se trataba de Anne.
–Era obvio que te enfermarías, pero no te preocupes –dijo mostrándole la bolsa que llevaba en sus manos–. Te cuidaré.
Él la hizo pasar.
En un abrir y cerrar de ojos, Gilbert estaba tomando sopa caliente que la muchacha le había preparado. Se quedaron en silencio, hasta que ella giró su cabeza y miró a la pared en frente. Había un cuadro antiguo. No era el mas bonito, ni el mejor dibujado. Eran solo dos ancianos, sentados en un sillón, abrazándose.
–Ese es un cuadro muy bonito –dijo la pelirroja–. Hace que te sientas, no sé, diferente –se dio cuenta que él también lo veía–. Te tienes que tomar la sopa –le dijo–, luego las vitaminas. Gilbert, deja de actuar como niño, por favor. No vas a creer lo que te voy a contar…
–¿Encontraste un gato nuevo en tu casa?
–Búrlate todo lo que quieras –volcó sus ojos-. La señorita Stacey se comprometió.
Gilbert parpadeó, sorprendido.
–¿En serio?
Anne asintió.
–Están comprometidos, se van a casar. Estamos fritos.
–Pero a ti no te van a expulsar, no tienes que alterarte –dijo él.
Los ojos de Anne se aguaron.
–No tienes que comportarte de esa forma conmigo.
–¿De qué forma?
–Pues así –respondió–. Puedes decirlo. De cualquier modo, me doy cuenta.
–No lo entiendo, ¿de que te das cuenta? –dijo, estaba confundido.
Anne siguió.
–No intento fastidiarte. Voy a resolver esto por mi cuenta. No espero nada, así que no tienes que aclararme nada –bajó la cabeza–. Lo entiendo.
Fue donde el chico entendió. Tomó las cosas que la pelirroja había llevado y las guardó en la misma bolsa.
–Anne yo… lo siento.
–¿En serio, Gilbert? ¿De verdad crees que me voy a llevar la comida por el simple hecho de estar enojada contigo? Que pena. Crees que lo sabes todo, pero no sabes nada. No aprendiste nada. Los libros no te pueden ayudar.
Él la miró, con ganas de llorar. El timbre sonó.
–Yo abro –dijo la chica, tomó sus cosas–, de todas formas, ya me voy.
Se trataba de una Diana Barry, completamente desesperada.
–Al diablo con esto ¿Cómo vamos a arreglar la situación? –entró–. Ya los demás vienen para acá, entra Anne.
Un minuto más tarde, Moody había tomado la palabra.
–De acuerdo, se va a casar con un tal Peter González, funcionario del Registro de propiedad. Este es el plan: Los convenceremos de mudarse a Avonlea.
–¡No! –exclamó Anne.
‐«No» ¿qué? –preguntó Jerry.
–No nos agrada, no queremos que la señorita Stacey se case con él, ¿Cómo la haremos cambiar de opinión?
–A la mierda –dijo Jerry–. Es su decisión. ¿Qué vamos a hacer?
–Se me ocurre algo –siguió Moody–. Vamos a tentarlo.
Gilbert habló.
–Es una persona horrible. No puedes hacer que cambie. Los acabará, se los aseguro.
El muchacho Baynard lo señaló.
–Esa es una grandiosa observación.
Diana intervino.
–Esperen un momento –miró a Gilbert–. ¿Cuál es tu punto? Tus observaciones suelen ser atinadas.
–Es un cretino –explicó el chico–. Se creen mas inteligentes que él, pero un tipo sin dignidad vencerá la inteligencia y lo que sea. Sugiero que no se metan en eso.
–Claro –dijo Diana, dándole la razón–. Sigamos intentado con Sebastian, además, Muriel ya está confundida…
–Pero con Peter es mucho más fácil –insistió Moody–. Con Sebastian tenemos que hacer que se enamoren, que no lo arruinen y que se casen. Yo le apuesto a Peter y su compromiso.
–Escuchen –habló Jerry–. Yo digo que procedamos con los dos. Moody, tú encárgate de Peter. Si funciona, que bien, si no, tenemos a Sebastian.
–Preparémonos –dijo Diana–. Solo nos queda un mes.
–Pero antes… –Moody se acercó al perchero, tomó una de las dos chaquetas- tenemos que devolverle su chaqueta.
–Pero esa es de Sebastian –dijo Gilbert.
–Lo sé –respondió el mismo, con mirada maliciosa.
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「𝐋 𝐎 𝐕 𝐄, 𝐩𝐭. 𝐈 ; 𝐀𝐧𝐧𝐞 𝐰𝐢𝐭𝐡 𝐚𝐧 𝐄」
ФанфикSí, son los peores del instituto. Rebeldes, indolentes, y probablemente, unos fracasados cuando les llegue la hora de crecer, pero hay algo que los une: El amor. Fecha de inicio: 03.11.2020. Fecha final: 06.03.2021.