el, si.

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Calmar los ánimos no fue tan complicado y cuando Dawson se sintió más relajado decidió que él conduciría.

- Dawson, esto es incomodo.- la venda que llevo en los ojos me estorba horrores, sin embargo no me la quito, según Dawson, quería que me sorprendiera cuando llegáramos al lugar, eso fue todo lo que dijo para luego vendarme los ojos.

- ya lo se solo espera un poco más. - dice, y no estoy convencida de si debo fiarme de eso, lleva diciéndome lo mismo desde hace un rato y a pesar de que no logro ver nada, se que a manejado una trayectoria larga. En estos momentos siento que está haciendo lo mismo que hace el pastor cuando predica y dice que ya va a terminar. Aunque bueno ninguna de las dos situaciones me molesta.

- Bien solo dime qué tan lejos estamos. - ya se, soy demasiado insistente, pero siento que estoy entumecida a causa del tiempo que llevo sentada en el auto.

- tranquila ya estamos llegando. - informa y sus palabras me dejan expectante, siento el auto reducir la velocidad para posteriormente aparcar.
- llegamos- me informa y con eso mi corazón se acelera, estoy nerviosa y entusiasmada en partes iguales. Escuchó la puerta a mí costado abrirse y siento el viento frío colarse en el auto. Estaba tan concentrada en mis emociones que no escuché el momento en el que salió del auto. - déjame ayudarte. - pide y antes de que yo me guíe con mis manos hasta el seguro del cinturón, siento su respiración cerca de mi mejilla izquierda. - aguarda yo lo quito. - su voz delata lo cerca que está y no puedo evitar ponerme más nerviosa. soy capaz de percibir cuando ha sacado su torso del auto, el vacío que queda me lo dice, pienso que me ayudara a salir del auto, pero no pasa nada, es más el ni siquiera habla, lo percibo a mí costado, pero por alguna razón no se mueve.

- Dawson. - mi voz sale ronca y temblorosa y me siento tonta al instante, tengo que aclararme la garganta para por lo menos así tratar de evitar el bochorno.

- lo siento. - dice para luego tomar mi mano y ayudarme a salir, por alguna razón su voz se escucha igual que la mía cuando lo llamé. - vamos. - pide cuando ya estoy fuera del auto y a cerrado la puerta.

- Dawson me voy a caer - digo sintiendo que tropezare con algo.

- no lo harás. - asegura. - yo nunca te dejare caer. - por alguna razón sus últimas palabras tienen más de un significado para mí.

A pesar de que no puedo ver nada, escuchó como el sonido de las olas cuando rompen, el viento sopla con tanta suavidad que pareciera que acaricia mi anatomía, y cuando mis pies tocan algo blando y espeso, se que estoy caminando sobre la arena.

- estamos en la playa. - aseguro, provocando que a él se le escape una risita.

- debí cargarte. Arruinas la sorpresa - dice pero no se escucha molesto, más bien pareciera como si la situación le divierte.

- ¿ya vamos a llegar?- pregunto ansiosa.

- ya casi - me informa con su voz armoniosa.

No se cuánto caminamos exactamente, pero en más de una ocasión, siento como tropiezo con mis propios pies, por suerte el me sostiene para evitar que azote contra la arena.

- llegamos. - avisa Dawson, deteniendo su paso y el mío, confirmando de esa manera lo que está diciendo. - espera. - pide, y lo siento colocarse tras de mi. Sus manos viajan hasta el nudo de la venda para deshacerlo. - bien, ahora puedes ver. - cuando la venda abandona mis ojos, aprecio lo que está justo frente a mí.

Es demasiado hermoso, hay una mesa para dos y luces colgando alrededor de esta, la iluminación es baja, lo que le da un toque romántico, hay velas sobre la mesa y dos platos de comida cubiertos por charolas.

- te gusta. - pregunta Dawson aún a mí espalda, yo en cambio me volteó para verlo a los ojos. El brillo que encuentro en ellos hace que el sentimiento que se había apoderado de mi pecho incremente.

- me encanta. - digo para luego abrazarlo fuertemente.

- perfecto. - dice y con eso nos separamos, el toma mi mano para guiarme y cuando estamos junto a la mesa, me ayuda a tomar asiento, para luego él hacer lo mismo.

- todo esta hermoso. - digo observando cada detalle.

- me alegra que te gustará, espero que sea lo mismo con la comida. - dice y con eso me incentiva a remover la charola que cubre el plato.

Mi mano queda estática mientras sostengo la charola en el aire, al descubrir lo que está ocultaba. En el plato escrito con kétchup está la oración de.  ¿Quieres ser mi novia?.

- Ali.-  Dawson se encuentra así mismo en la necesidad de llamarme pues pareciera que me he petrificado, pues no he cambiado de posición en un largo rato.

- si - digo en un susurro aún observando la oración escrita sobre el plato.

- ¿Que? - Dawson pregunta confuso seguro mi respuesta ha sonado como un balbuceo.

- si quiero. - digo fuerte y claro, apartando mi vista del plato, para observarlo a él. La sonrisa que se forma en su rostro al comprender mis palabras es hermosa y eso hace que yo sonría en respuesta. Sin que sea capaz de preverlo él se levanta del lugar que ocupa y se dirige hacia mi a gran velocidad. No tengo idea de cómo, pero se las ingenia para ponerme en pie y abrazarme con fuerza. Yo por mi parte no lo pienso dos veces antes de responder su abrazó.

- Gracias hermosa. - dice con un quiebre notorio en su voz y eso hace que un nudo se forme en mi garganta.

- Gracias a ti Dawson. - digo en un susurro al que después le sigue un sollozó. Ambos estamos llorando y ninguno siente la necesidad de preguntar porque. Pues no es necesario los dos sabemos que es lo que pasa y decidimos quedarnos así y reconfortarnos.

- quiero orar. - dice aún con la voz pastosa.

- yo igual. -  suelto sintiendo la misma necesidad que él.

- Señor Jesús. - empieza Dawson y yo cierro los ojos. - te doy gracias por este momento, te doy gracias por lo que haz permitido en nuestras vidas, por qué nos has amado incondicionalmente. Padre tú has visto nuestros corazones y te ha plácido que estemos juntos, Señor ahora te pido que seas tú guiándonos y guardando nuestra relación, que no sea dependiente solo de nosotros, si no que seas tú en medio de ella. - en el momento que dejó de escucharlo, se que soy yo ahora quien debe proseguir.

- padre amado, consagramos está relación a ti, creyendo que en medio de ella se hará tu voluntad y teniendo señor la seguridad que tú estarás en todo tiempo para guiarnos en el camino. Creo Dios que si vamos de la mano contigo en este proceso tan hermoso que nos has otorgado, todo saldrá bien. Nos encomendamos en el nombre de tu hijo Jesús. Amén. - después de culminar la oración no nos separamos, seguimos abrazados, la paz que se siente es indescriptible y no podría ser de otra manera. Pues tenemos la certeza de que Dios está con nosotros.

prueba de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora