Aclaraciones

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Cuando por fin logre sentirme mejor Dawson y yo decidimos que era momento de hablar.

- siento mucho haberme comportado de forma tan inmadura.- Dawson esta sentado en la butaca que esta a un costado de la que yo ocupo, ambos aun estamos en la cocina, mi sopa se enfrió así que no me la tome y decidí guardarla para calentarla y comérmela mas tarde, mi tía Ashley desapareció después de haber dejado pasar a Dawson, supongo que quiso darnos espacio.

- esta bien, comprendo por que lo hiciste.- estoy siendo sincera, ahora que me siento mas tranquila puedo comprender mejor por que lo hizo, lo que me enseña que el y yo no deberíamos tratar de arreglar una situación cuando estemos a los limites.

- perdóname por favor - pide tomándome las manos, sin apartar sus ojos de mi, en ellos soy capaz de ver, cuan arrepentido esta.

- ya te dije que no te preocupes, pero si te hace sentir mejor, te perdono.- digo y en su mirada veo alivio.

- Gracias, no sabes cuanto me alegra que me perdones.- la hermosa sonrisa en su rostro me contagia y el ambiente cambia a algo mas dulce y que me llena de paz.

- ahora quisiera que habláramos de nosotros - pido un tanto ansiosa. - Dawson necesitamos estar claros en lo que nos pasa.

- pensé que eso ya estaba claro - su comentario de cierta forma me causa gracia.

- me refiero a que como adultos debemos de llamar las cosas por su nombre. - aclaro esperando que el comprenda lo que le estoy pidiendo.

- se de lo que hablas.- dice comprendiendo. - pero si queremos estar juntos como novios debemos hacer las cosas de la forma correcta - su rostro ahora esta completamente serio.

- lo se. - digo sabiendo lo que tenemos que hacer.

- bien, oraremos y ayunaremos y cuando recibamos la respuesta de Dios, entonces pasaremos a lo siguiente.

- se a lo que te refieres, pero hay un problema.- me siento un tanto frustrada, se que ambos debemos de pedir el permiso de nuestros padres y luego hablar con el pastor de la iglesia, ambos queremos un noviazgo basado únicamente en los designios de Dios.

- ¿ Cual? - pregunta confuso.

- mi padre. - digo con pesar. - Dawson tenemos que hablar con mi padre y no se cómo resulte. - digo recordando que no he sabido nada de él directamente desde que me mudé a casa de mi tía Ashley. - lo último que supe de él, es lo que Sara me dijo cuando terminó con Tessa. Y si te soy franca aún no lo he perdonado. - digo haciendo de su conocimiento eso que me atormenta, se que debo otorgar perdón, aún estoy en mi proceso de sanación y eso es algo esencial, pero saber que tengo que verlo a los ojos y perdonarlo, me causa pesadez en el pecho.

- ¿Haz hablado con Dios al respecto? - pregunta, transmitiéndome tranquilidad con su mirada, el sabe cómo me ponen este tipo de temas y como siempre, me retiene con el para no esconderme detrás de mí máscara.

- si, y me ha dicho que debo perdonarlo, pero...

- pero te cuesta. - termina la oración por mi. - es normal, no es como si se pudieras perdonar de golpe, pero debes hacer un esfuerzo en ayuno y oración, para poder sacar eso de tu corazón, si no lo haces, eso que albergas, solo te llevará a la negatividad y envenenara tu alma. - se que sus palabras son ciertas y agradezco que me lo recuerde, también agradezco que me recuerde que debo ser persistente.

- si lo se, y en serio gracias por entenderlo pero es que a veces siento que no puedo. - soy honesta, sigo sintiendo la necesidad de perdonarlo, pero me cuesta demasiado.

- haber. - suelta mientras se acomoda en la butaca. - necesitas recordar que como hijos de Dios debemos parecernos cada vez más a Jesús, el tiene que ser un ejemplo en todo lo que hagamos. - dice y no estoy muy segura a lo que quiere llegar.

- ¿ A que te refieres? - pregunto por qué de verdad necesito que me lo explique.

- me refiero a que en eso que te cuesta tanto hacer tomes a Jesús como un ejemplo, cuando aceptaste a Jesús como tú único y suficiente salvador, el te perdono todas tus faltas y errores, te dio una nueva vida y te hizo merecedora de amor sin condición alguna. Cuando intentes otorgar perdón recuerda que Dios te perdono a ti primero y también te enseño a perdonar. - cada una de sus palabras hacen eco en mi interior, el tiene razón todo es tal cual lo dice y es justo por eso que decido guardar lo que Dios me dice a través de él en mi corazón.

- Gracias - digo viendo hacia el techo, más que nada es una mirada de fe dirigida hacia Dios.

- veo que tú y él tienen una muy buena relación. - dice en medio de una risa, refiriéndose a mí y a Dios.

- es el mejor padre del mundo. - afirmó.

- me gusta ver cómo has crecido, espiritualmente. - dice, sin embargo yo no estoy muy segura de que sea así.

- no tanto realmente. - contra digo
- aún hay muchas cosas que necesito controlar y cambiar, empezando por mi carácter hay muchas veces en las que no me puedo contener. - se que él es consciente de esto, pues muchas veces he intentado utilizar mi mecanismo de defensa con él, sin embargo el no me lo permite.

- recuerda que no es con tus fuerzas si no con las suyas, sin embargo el sabe que estás haciendo el esfuerzo y eso lo toma en cuenta. - afirma seguro, pero yo no estoy muy convencida de eso.

- no creo realmente que yo esté haciendo un esfuerzo. - digo, por qué de verdad lo pienso.

- Si lo haces. Ali, el Espíritu Santo te ha enseñado a contenerte. ¿recuerdas aquella vez que estábamos estudiando la biblia en el jardín y tú me contaste de la discusión que tuviste con Dina y Ángelo?- pregunta y yo me tomo mi tiempo para pensarlo, cuando se de lo que habla asiento.
- tú me dijiste que no te sentías tranquila después de eso. - yo completamente atenta a lo que dice, me limito a asentir nuevamente.
- bien, en ese momento no podías entender lo que sucedía, pero yo sí, Ali, esa incomodidad que sentías era el Espíritu santo obrando en ti. Desde entonces hasta el día de hoy, ha estado presente en cada uno de esos momentos en los que necesitas reaccionar. - sus palabras llegan como fuego a mi pecho y las lágrimas empiezan a caer por mis mejillas, lloro por qué me doy cuenta de cómo Dios ha estado presente en mi vida, de cómo ha caminado conmigo, sosteniéndome siempre y teniéndome esa paciencia que solo él puede tener.
Y lo agradezco con todo lo que soy, todo mi ser se remueve inquieto de felicidad y su gracia se hace más palpable en mi vida.

Dawson quién permanecía sentado en la butaca, al ver mi reacción y comprendiendo totalmente lo que me pasa, se levanta y me envuelve en sus brazos, con mucho cuidado para no lastimarme, justo ahí ambos nos quedamos en silencio compartiendo uno de los más grandes placeres de la vida que solo Dios puede dar.

prueba de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora