Estaba sentada con la espalda pegada al respaldar de la cama, eran las 3:00 am. Recién había despertado de una pesadilla y el sueño no parecía querer volver, sabía que tendría que visitar a mi médico nuevamente, los malestares a causa de los desvelos no tardarían en aparecer, el sólo hecho de recordar lo que traía por consecuencia el no dormir bien, me hizo sentir enferma, no quería tener que volver a sentirme así otra vez.
Sabía que ya no iba a volver a dormir, así que me levanté de la cama y me dirigí a la cocina. Cuando estuve ahí tomé un vaso con agua, lo llevaba a la mitad cuando recordé lo de hace una semana, esa cena con la novia de papá y el hijo de esta, seguía rondando en mi cabeza, los ojos del tipo específicamente era lo que seguía plasmado en mi mente y por más que intentaba parecían no querer desaparecer, había algo en él, que de cierta forma me resultaba atrayente. ¡Maldición! ¿Qué cosas digo?.
Esperé en el sofá de la sala hasta que amaneciera y como sabía no hubo indicios de sueño, a veces me preguntaba si no dormía por tensión o por miedo.- ¡Alison!- escuché a mi padre llamarme desde la segunda planta, para estás alturas eran como las ocho de la mañana, que él estuviera despierto, no era una sorpresa.
- ¡Estoy aquí! - no tardó en aparecer frente a mí y no con la mejor cara debo decir. Algo estaba pasando.
- tu tía Ashley llamo.- ¡Genial! ahí estaba la razón de su expresión. Tía Ashley eres una traidora.
- a si, ¿Y que te dijo?- dije con indiferencia.
- no te hagas la tonta, quieres que ella te practique el aborto - conocía ese tono, se estaba conteniendo, yo sin embargo lo tome a la ligera. Mi tía era una soplona por su culpa tendría que buscar otro médico.
- ¿y qué tiene papá? Sabes bien que yo no quiero este bebé.- dije al tiempo que me levantaba del sofá, odiaba tener que repetir lo mismo que venía diciendo desde hace semanas atrás.
- eso hubieras pensado antes de meterte con cualquiera y peor aún sin protección. Escúchame bien, si me llegó a enterar que estás tramitando el aborto por otros medios, te lo Juro Alison, atente a las consecuencias.- me advierte. con la mirada cargada de ira.
Con eso último se marcha, dejándome sola, al pie del sofá, completamente miserable como siempre. Pero yo no estaba dispuesta a dejárselo ver. Él no podía saber que sus palabras me dolían y escocían en lo mas profundo de mi ser, era imprescindible que él no lo supiera. El sonido del timbre me saco de mi momento de tortura.
- ya va - dije al ver que aún no había nadie del servicio en la casa. Al abrir la puerta me lleve la sorpresa de encontrarme con la intensidad de esos ojos, que sin saber por que me mantenían alerta. Él estaba aquí otra vez.
- hola - saluda cordialmente.
- hola- contesto seca. No me gustan los extraños y el a pesar de lo encantador de su mirada sigue siendo un desconocido para mí.
-¿Puedo pasar?- parece estar nervioso pues tiene las manos en los bolsillos y no deja de moverse.
- claro- mi tono de voz sigue igual. Cuando él está dentro cierro tras de mí, estoy a punto de preguntar qué hace aquí cuando mi padre me interrumpe.
- hola Dawson - mi padre le habla con una familiaridad que me causa náuseas.
- Hola Joel, Dios te bendiga - dice con soltura para luego ambos estrechar sus manos, yo me quedo estática en mi lugar pensando en lo que acaba de decir el muchacho. Tenía tiempo sin escuchar esa frase.
- ¿Alison?- mi padre llama mi atención, al parecer me perdí en el laberinto de mis pensamientos y no escuché cuando me habló.
- ¿Que?- está vez estoy viéndolos a ambos.
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prueba de amor
Spiritual¿Quien podría ser capaz de restaurar el corazón de Alison? al parecer nadie, pues estaba tan dañado, que no era posible reconstruirlo, sanarlo o almenos eso era lo que ella había pensado durante mucho tiempo. Los planes de Dios son misteriosos y sus...