Enfrentamientos.

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Ángelo.

Muñeca ya me enteré de lo que estás haciendo. 6.30 ✓

No deberías entrometerte y tampoco deberías ignorarme. 6.34✓

Escúchame bien princesa no te metas donde no debes si no atente a las consecuencias. 6.37✓

Los mensajes me habían llegado esta mañana, no había respondido a ninguno, pero por más que lo intentaba no lograba sacar de mi mente el hecho de que el infeliz estaba amenazándome, mi cabeza había sido un rompecabezas de idas y venidas durante toda la mañana, no le había prestado la atención suficiente a las clases, pensaba demasiado en mi hermana y en cómo ese idiota podría estar planeando hacerle daño, también pensaba en lo que Ángelo planeaba hacer si yo seguía de por medio.

Las dudas que rondaban en mi cabeza parecieron tener respuesta cuando lo vi en la cafetería, hablando con sus amigos, sin pensarlo dos veces me acerque a el para confrontarlo, el sonido estruendoso de mi bandeja al azotarla con fuerza sobre la mesa, provocó el silencio de los murmullos en la sala común.

- ¡tu y tu hermano tienen que parar con esto!.- Ángelo me veía a los ojos cómo tratando de asesinarme con ellos, pero por más que intentaba, su mirada no lograba intimidarme ni un poco.

- ven - dijo levantándose del asiento, tomándome del brazo.

- suéltame.- le ordene y a pesar de que parecía no querer, cedió para después seguir avanzando conmigo siguiéndole el paso.

- ¿de qué estás hablando? - pregunto cuando llegamos afuera del comedor.

- no te hagas, sabes que me refiero a los mensajes de esta mañana. - suelto irritada. - ¿Cómo te atreves a amenazarme? - estaba enojada hasta los huesos y no trate de ocultarlo.

- no, no, no fue una amenaza.- sus ojos destilaban diversión, al idiota, le causaba gracia está situación. - fue una advertencia.- dijo acercándose a mí, como el típico bad boy.  Ángelo era guapo y un rompe corazones innato, sin embargo yo era de esas pocas a las que sus "encantos" no la enredaban, justamente por eso era que estaba encaprichado conmigo.

- sabes estoy empezando a confirmar que ustedes están locos.- dije refiriéndome a él y a su hermano.

- locos no cariño, enamorados.- detestaba esa tonta mirada seductora, era irritante en muchas formas.

- te aseguro que eso no es amor, es obsesión y tú hermano sobrepaso los límites.- sus facciones se volvieron neutras al escucharme. El comentario no le gusto. Bingo.

- Lo enviaron a prisión.- suelta con rabia, todo ápice de diversión desapareció de sus ojos, en su lugar el enojo y la rabia se hicieron presentes.

- casi mata a mí hermana a golpes ¿Qué esperabas? - le recuerdo, en definitiva ambos eran igual de cínicos.

- ella es su novia tiene derecho.- La forma patética en que trata de defenderlo solo me irrita mas.

- ¡Era!.- remarco - Era su novia y eso no le daba el derecho a ponerle una mano encima.- solo recordarlo me causaba desprecio y repulsión hacia Leonel.

- tu no deberías de meterte muñeca.- su voz suena dulce mezclada con un tono agrio, sus palabras lejos de ser juguetonas, llevaban una amenaza impresa.

- escúchame bien será mejor que no intentes nada estúpido conmigo, por qué si no te atendrás a las consecuencias - digo firme, Ángelo por más que lo intentará no me intimidaba en lo absoluto. - y por si las dudas, esto no es una advertencia. yo no soy Sara, Ángelo. - después de soltar lo último me di la vuelta con la intención de irme, pero él me lo impidió, tomándome el brazo para darme la vuelta.

- yo que tú no estaría tan segura.- dice con determinación, yo por mi parte me zafe de su agarre.

- ¿no me escuchaste?- digo señalando mi oído con mi índice. - Yo no soy mi hermana y antes siquiera que pienses en hacerme algo, estarás muerto. - le advierto para marcharme luego, no iba a ceder, y tampoco a mostrarle un miedo que estaba lejos de existir.

- y luego dices que no hay nada entre ustedes - genial mi día no podía ir mejor (nótese el sarcasmo) por qué de todas las personas en esta universidad tenía que toparme con ella.

-déjame pasar Dina. - digo tratando de esquivarla, no quiero discutir pero ella no parece querer cooperar.

- no me digas que tú fobia llegó a estos límites. - mi mirada frívola se poso sobre ella, ¡cálmate Alison te quiere sacar de tus casillas!

- quítate Dina. - suelto entre dientes, si no me muevo de aquí voy a perder la cordura.

- te da miedo que todos se den cuenta ¿no es así?- está gritando y hay personas en el pasillo observando curiosos. - no quieres que sepan que tipo de ser humano eres. - su burla está molestándome. - ¡A ya se!, no se le puede decir ser humano a alguien que no tiene emociones y no le gusta el contacto físico, solo los fenómenos pueden ser así. - Las burlas que le siguieron a su comentario fueron el apagador de todo lo que estaba intentando contener, justo ahí todo mi esfuerzo por retenerme se fue por el desagüe.

- claro - solté con sorna. - el problema aquí es que no sé si te molesta que yo sea un fenómeno o que aún no superes que tú novio te dejará por qué quería estar conmigo. - no medí nada quería lastimarla y cuando sus ojos hirvieron en rabia supe que había conseguido lo que quería.

- eres una....- su intento por golpearme quedó retenido por mi mano.

- ¡ya basta! - grite tirando su brazo. - deja el teatrito quieres. - sus ojos querían asesinarme ahí mismo, los míos estaban igual. - Y te lo voy a repetir, por si no te quedó claro. - mi cuerpo se mantenía en tensión con cada palabra que escupía. -yo no tuve nada que ver con Ángelo ¿sabes por qué? - quería herirla y dejarla delante de todos como una perdedora. Lo que solté después fue todo lo que necesite para hundirla. - Por qué yo no tomo la sobras de nadie, mucho menos las tuyas.

- ¡maldita! - suelta tratando de abalanzarse sobre mi pero los brazos de Ángelo la retienen.

- ¡Dina basta! - le ruega sosteniéndola fuerte.

- ¡suéltame!- grita Dina, ni siquiera lo veía. Su mirada estaba puesta únicamente en mí.

- ahí lo tienes - digo señalando a Ángelo con la cabeza. - arreglen sus problemas ustedes solos a mí no me involucren en su fango.- suelto con desprecio para luego retirarme, las personas que se habían juntado a curiosear empezaron a esparcirse al ver que el circo había acabado.

prueba de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora