Dios, tu y yo.

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Habían pasado dos días desde que Dawson y yo empezamos nuestro noviazgo y debo de decir que las cosas no resultaron como esperamos, Pues vernos se nos a complicado, Dawson está atestado de trabajo al igual que Tessa, sin embargo se toma un tiempo para llamarme en las mañanas y luego en la noche antes de dormir para que podamos orar juntos. Yo por mi parte la he tenido un tanto difícil, he recibido llamadas continuas de Dina, no he contestado ninguna. Por la misma razón no he asistido a la universidad, no quiero tener otra discusión con ella. Mis maestros aceptaron mi ausencia únicamente por qué pasaré los procesos legales respecto al caso de Dante durante esta semana. Esa es otra de las tantas cosas que me tienen estresada, eso sin mencionar que gracias a Patrick me enteré de las amenazas constantes que a recibido Sara por parte de Leonel.

- con esto estamos listos para mañana. - la voz de Patrick me hace volver al aquí y ahora. Ambos estamos en la sala, hablando de los datos que se presentarán mañana en los tribunales.

- ¿Crees que dicten la sentencia? - pregunto con un poco de cansancio filtrado en mi voz. Estoy a los límites respecto a este proceso.

- esperemos que sí. - dice soltando un suspiro pesado. - pero recuerda que talvez no pase, ya que el proceso puede extenderse. - me advierte y siento como el nudo se forma en mi estómago.

- si lo se, es solo que deseo con todo mi corazón que esto acabe pronto. Esta situación está acabando con mis nervios. - digo por qué es cierto. Sólo Dios sabe lo abrumada y angustiada que me siento cada vez que me toca presentarme en los tribunales.

- esperemos que todo salga bien. - dice tratando de reconfortarme sabiendo que no puede prometerme nada.

- bien. - digo para pasar a lo siguiente. -Ahora dime que ha pasado respecto a lo de Leonel y su hermano. - pregunto cambiando de tema tratando de concentrarme en la otra situación que hay que arreglar.

- Alison. Sara ya está a cargo de eso, no tienes por qué.... - trata de salirse por la tangente sin embargo yo no sé lo permito.

- yo estaba a cargo de eso desde un principio y ahora no solo se trata de mi hermana ese tipo me golpeó hasta casi matarme.- digo firme, se que si Sara está recibiendo amenazas no está manejando las cosas, a parte que me siento molesta, por qué está ocultando las acciones de Leonel. - tengo derecho a saber que es lo que está pasando. - mi voz sale calmada a pesar de que la situación está lejos de darme serenidad.

- está bien, te lo diré por qué se cómo eres. - sus palabras en cierta forma me dan satisfacción, el soltará todo lo se. -y a ti no te puedo mentir. - confiesa - Sara puso una denuncia en su contra, también se levantó una en tu nombre, hay muchos cargos que se imputan. - con sus palabras se que algo anda mal.

- si tiene tantos cargos encima, ¿Por qué no lo han arrestado? - pregunto intuyendo algo. Esto no tiene sentido.

- Alison. Leonel huyó, nadie sabe dónde está. La policía lo busco en su casa y en lugares que él solía frecuentar pero nadie sabe nada acerca de su paradero. - sus palabras encienden una alarma en mi sistema, esto no me gusta nada.

- esto no puede ser. - mis manos paran enredadas en mi cabello en señal de frustración.

- escucha eso no es todo. - el significado que encierran esas palabras, provocan un escalofrío en mi nunca. ¿Qué más puede estar pasando?

- ¿Ay más? - pregunto incrédula incorporándome.

- Ali, Ángelo salió de prisión. - escuchó su voz como un eco dentro de mis oídos. Estoy estupefacta a causa de sus alegaciones.

- no puede ser. - digo por qué es lo único que puedo formular como una oración coherente. Esto no está bien en ningún sentido.

- escúchame lo mejor será que te andes con cuidado, esos dos están mal de la cabeza y quien sabe a qué tanto son capaces de llegar. - me advierte y se que debo hacer lo que me pide.

- descuida lo haré. - digo para tratar de relajarlo. - pero. ¿Cómo es que Ángelo salió libre? - la duda me carcome la cabeza y a pesar de que lo intento no le encuentro explicación.

- compraron a la policía. - eso es todo lo que dice y con eso comprendo.

- ¡Esto es increíble! - suelto exasperada. Las cosas están peor de lo que pensé. Sin embargo en cuestión de segundos una idea se forma en mi cabeza.
- espera. Ángelo debe saber dónde está su hermano.

- El problema es que Ángelo tampoco aparece. - dice y con eso se que las cosas van a estar complicadas y difíciles.

Me encuentro a mí misma cerrando los ojos, poniéndome las manos en las cien, completamente encorvada con los codos apoyados en las rodillas. Estoy frustrada hasta los talones y no encuentro otra forma de expresarlo, Patrick se mantiene en silencio. Supongo que entiende mi situación y decide darme espacio. No se en que momento las lágrimas empezaron a correr por mis mejillas, no se en que momento empecé a sollozar, solo se que la situación está fuera de mi control, y saber que no puedo hacer nada me abruma demasiado.

Estoy tan inmersa en la laguna de emociones que siento justo ahora, que no escuchó cuando la puerta de la casa es abierta, mucho menos soy consciente de las personas que entran.

- Alison. - escuchó la voz de alguien pero no logro distinguir de quién. Sin darme cuenta mis manos han pasado de mi cien a mis oídos.

- Ali. - escuchó otra vez mi nombre pero la voz es diferente. - Hermosa abre los ojos. - escuchó la voz más cerca y está vez siento las manos de esta persona posarse sobre las mías.

- ¿Qué paso? - escuchó la voz de mi tía Ashley y soy más consciente de mi entorno.

- cariño escúchame...- la voz es más clara ante mis oídos y entonces la reconozco. Siento su frente pegarse a la mía, el simple gesto me ayuda a tranquilizarme. - No importa lo que sea que esté pasando. Recuerda que tú le entregaste tus cargas y tus problemas al padre y él no te ha dejado sola en ningún momento. - sus palabras revuelven muchos pensamientos en mi mente, pero principalmente las promesas que Dios me ha dado durante todo este tiempo.
- no estás sola, nunca lo has estado tienes a tu tía Ashley, tienes a tu hermana, Patrick está ayudándote.- dice recordándome que no llevo la carga sola. - pero principalmente. En medio de esto estamos Dios, tu y yo. - sus últimas palabras me reconfortan y hacen que una paz indescriptible se instale en mi sistema, dándome así la valentía para separarme de él y abrir los ojos. Cuando mis ojos empañados se encuentran con los suyos abatidos pero a la vez reconfortantes, el sentimiento incrementa. Veo a la persona de Cristo reflejada en sus ojos y con eso se que lo que vendrá de ahora en adelante no será fácil, pero tengo la certeza de que Dios será sosteniéndome en todo el proceso.


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