Dolor.

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Mis sentidos me han vuelto prisionera del silencio. Mi padre acaba de terminar de atestiguar y yo sigo sin creer todo lo que a dicho.

Las palabras de mi padre martillean fuerte en mis sentidos, él acaba de ponerme como mentirosa delante de todos, diciendo que lo que pasó entre Dante y yo fue completamente consentido, el hombre que está sentado en el estrado le dijo a todos aquí que yo había sostenido una relación con Dante a sus espaldas y que cuando él se enteró mi primera artimaña para zafarme del castigo fue armar este teatro.

- les pido a todos que no se dejen engañar por esta niña- dijo. - es la persona más manipuladora que existe, si lo sabré yo que soy su padre. - y con eso finalizó.

La conmoción se armó luego que terminara de hablar y la tensión no se hizo esperar. Mi propio padre acaba de darme la espalda, mi propio padre decidió culparme de todo, mi padre prefirió a su amigo antes que a mí.

- señor Rodríguez, ¿Quiere interrogar al testigo? - pregunta el Juez y sin necesidad de voltear a ver a Patrick, se que no tiene nada para la defensa en este momento. No se esperaba que mi padre viniera aquí e hiciera lo que hizo, no se preparó para esto.

- no su señoría. - suelta y yo apretó mis manos en puños, la palabra impotencia queda muy corta para explicar lo que siento en estos momentos.

- considero que las nuevas alegaciones es algo que necesito meditar y tomar en cuenta para dar un veredicto. Por lo tanto se cierra la sesión hasta nuevo aviso. - el sonido del mazo da por terminada la reunión y con eso se que debo levantarme e irme de aquí lo más antes posible, y es justo lo que hago, me las arreglo para salir en medio de tanta gente, escuchó la voz de mi tía Ashley llamarme, pero la ignoro por completo, en cambio decido salir del espacio a como de lugar.

No se cuánto tiempo pasa mientras camino, no se cuánto me he alejado del lugar, no se si alguien me a seguido, no me percato de nada, ni siquiera soy consciente de mi entorno, no es hasta que la bocina de un auto me avisa el lugar exacto en el que me encuentro, cierro los ojos esperando recibir el impacto, sin embargo en vez de eso, unas manos son las que hacen aparición, me han movido de lugar. Estoy escondida en el pecho de alguien sollozando sin poder retenerlo, los brazos de esta persona me envuelven de forma protectora, y su esencia me invade, se quien es. Lo supe desde el momento que decidí refugiarme en sus brazos.

- ¡shh!, tranquila hermosa, ya estamos aquí.- dice y a pesar de que me confunde que hable en plural, no me despegó de él, en cambio decido sacar todo lo que contuve en los tribunales. No le dejaría ver a mi padre cuanto me afectaba lo que estaba haciendo.

Pasan unos segundos más, talvez minutos y cuando siento que estoy más tranquila, me separo de él.

Su mirada cálida me recibe y los sentimientos que aparecen cuando el está presente, me absorben, sin embargo hay algo más.

- ¿ya te sientes mejor? - pregunta mientras limpia los rastros de lágrimas en mi rostro.

- si - suelto con la voz quebrada y un suspiro entre cortado se asoma.

- vamos a buscar un lugar donde sentarnos. - sugiere y yo asiento. Es entonces que me doy cuenta a dónde termine, estamos en un parque. Agradezco que no hay muchas personas pues ahora que lo pienso el momento fue un tanto bochornoso.

- ¿Qué te parece aquí? - pregunta mientras señala una banca.

- está bien. - digo para luego sentarnos. Por alguna razón un silencio se instala entre nosotros, pero no es incomodo, es más reflectivo que otra cosa, es entonces que recuerdo lo que dijo hace un momento.

- Dawson. - su rostro se voltea hacia mi en cuanto lo llamo. - puedo saber a qué te referías cuando dijiste "estamos aquí", por un leve momento pensé que habías venido con Sara o con mi tía Ashley pero estás solo. - digo confusa, él por su parte se acomoda y toma mis manos, para que ambos quedemos de frente.

- primero que nada, después de verte salir de la forma en la que lo hiciste, salí corriendo tras de ti, creo que ni tu tía, ni Sara me vieron salir. - dice de forma tan serena que me contagia de su paz interna. - y segundo, ¿Recuerdas que nosotros nunca estamos solos? - pregunta y con eso se a lo que se refiere. - Hermosa Dios está contigo y créeme cuando te digo que esto está a punto de acabar. - la seguridad con la que sus palabras salen, es increíble.

- pero ¿Qué tal si no? - pregunto con los ojos empañados de nuevo. - Dawson estoy a mis limites y no se cómo lidiar más con esto.

- amor, ¿Estás dudando de tu creador?- pregunta y se que no es un reproche si no más bien una forma de hacerme entrar en razón.

- tienes razón, no puedo hacer eso. - digo soltando las lágrimas que retenían mis ojos.

- está bien. - dice tomando mi barbilla - es normal. Pero recuerda no puedes dejar que esos pensamientos dominen sobre ti. - me recuerda y con eso en mente trato de tranquilizarme, el por otra parte se encarga de secar mis lágrimas.

- Dawson, tu sabias que mi papá iba a llegar ¿verdad? - mis palabras hacen que el detenga sus acciones.

- si - contesta soltando un suspiro. - intenté decírtelo pero llegué tarde. - sus ojos están puestos directamente en los míos y es así como se que la situación con mi padre a él no lo dejo bien tampoco. - siento mucho que hayas tenido que pasar por eso. - dice mientras su mano se dirige a mí mejilla para acariciarla.

- está bien, estoy mejor ahora. - declaro y el me jala para envolverme en un abrazo que se lleva cualquier pesadez restante, me refugio en la sinceridad que me transmite y me concientizo de que todo estará bien siempre y cuando recuerde que Dios esta conmigo.



prueba de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora