Parte de mi verdad.

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No dejaba de caminar en círculos dentro de mi habitación, desde que Dawson se fue ayer por la mañana mis emociones se revolucionaron en mi interior, las predominantes eran el temor y la desesperación. Cuando Tessa se llevo a Dawson le puse seguro a la puerta, no salí de aquí en todo el día, actualmente eran las once de la mañana y sin lugar a dudas me sentía más nerviosa y por ende más ansiosa, el sólo hecho de saber que ese tipo estaba en la casa me causaba un nudo de estrés y miedo crudo en el estómago. Los golpes a la puerta hicieron que saltará en mi lugar, me relaje cuando escuché la voz de Sara pidiendo que le abriera.

- ¿Que? - pregunté cuando la tuve en frente.

- baja a comer y por si quedan dudas no te estoy preguntando, es una orden.- suelta para luego desaparecer de mi vista, estoy a punto de regresar a mi habitación cuando mi estómago hace ese típico sonido reclamando mi atención.   - ¡maldición! - fue lo último que exclame para proceder a bajar al comedor donde me esperaban mi papá, Sara y Dante. Me senté en una silla al costado de Sara, quedando de esa forma frente a Dante y con mi padre del otro costado.

Luego de unos bocados, el celular de mi padre tomo protagonismo en la mesa.

- ¿si?- odiaba con todo mi ser que el hiciera eso. No dejaba el celular ni siquiera para comer. - de acuerdo- dice para colgar.

- ¿Qué sucede?- pregunta mi hermana, sabía que no me gustaría lo que vendría después.

- tenemos que irnos nos necesitan en la empresa.- informa mi padre a Sara al tiempo que se levanta de la mesa, mi hermana lo imita.
- Dante siento tener que dejarte aquí con Alison pero surgió algo importante.- suelta con pesar, para mi desgracia.

- está bien, estoy seguro que estaremos bien- dice Dante mientras dirige su mirada sugerente hacia mi. ¡Oh no! 

- bien, provecho y cuídense.- dice Sara para después seguir a mi papá.

Cuando ambos salieron por la puerta, yo ya me encontraba de pie.

- ni siquiera lo pienses.- me advierte el tipo adivinando mis intenciones, esa fue mi señal para tratar de huir, intento que se fue al caño cuando me intercepto, logrando tomarme de la cintura llevándome a cuestas hasta la sala.

- suéltame - pido removiéndome para hacerle la tarea más difícil, para mí desgracia el no cede ni un poco.

- no entiendo por qué quieres huir de mi.- dice al tiempo que me baja y me pone frente a él, sujetándome de la cintura para pegarme a su cuerpo. Yo por mi parte sigo forcejeando para tratar de alejarlo.

- déjame.- grito histérica,  su tacto es repulsivo, se siente como acido en la piel, lo quiero a kilómetros pero no puedo alejarlo.

- vamos a divertirnos un rato.- dice, al tiempo que siento como su peso, me empuja hasta  recostarme en el sofá.

- ¡QUITATE!.- seguía removiéndome, quería que me soltara, que se detuviera pero estaba lejos de hacerlo.

- no - dijo tomándome de las muñecas para poner cada una a la altura de mi cabeza. - quiero que vuelvas a embarazarte con un hijo mío.- suelta con demencia, justo en ese momento me congelo, no podía creer lo que estaba escuchando.

- ¿De que diablos estás hablando?- suelto con rabia.

- de que ya se que quedaste embarazada de la última vez que estuvimos juntos y que lo perdiste. - La expresión de su rostro me causaba malestar, parece como si a él le enorgulleciera que yo estuviera embarazada de él.

- ¿Cómo es que tú sabes eso?- pregunto tratando de zafarme pero es inútil él es más fuerte que yo.

- tu padre me lo dijo.- informa mientras pone mi mano izquierda, sobre la derecha quedando así ambas sostenidas por su mano izquierda, su mano derecha se dirige al ruedo de mi camisa levantándola, para luego posarla en mi vientre bajo. Yo seguía removiéndome, en un tonto intento por librarme de él - no me molestaría tener un hijo contigo.- dice subiendo su mano por mi abdomen

- eres un enfermo - mis palabras destilan veneno, pero a él parece no afectarle.

- no te hagas, bien que te gusta.- su mano sigue tocando la piel bajo mi camisa, el asco se hace presente en mi estomago, sentía que vomitaría en cualquier momento 

- ¡ESTAS LOCO! ¡YO NUNCA ESTUBE DE ACUERDO CON NADA DE LO QUE ME HACIAS!.- me sentía desesperada, sabia que faltaba muy poco para que el cumpliera lo que se proponía.

- vamos, deberías de estar feliz llevamos haciendo esto por mucho tiempo, y no creo que me aburra pronto.- yo jamás me acostumbraría a esto, muy bien es cierto que lleva haciendo esto ya dos años, y que la primera vez fue la más horrible, las que le siguieron a esa fueron igual de dolorosas, pero jamás me acostumbraría, ¡JAMAS!.  Su mano se dirigió hasta el botón de mi pantalón mientras su rostro se posó en mi clavícula. - no sabes cuánto deseaba tenerte así para mí. - su cuerpo se pegó más al mío de ser posible y su voz ronca me dejó saber que no importaba lo que yo dijera, el haría lo que el quería.

Cuando sentí que el botón y la cremallera cedieron a sus escurridizos dedos me deje ir.
Hice lo mismo que estuve haciendo durante estos dos últimos años cada vez que el abusaba de mi, utilice otro de los recursos que tenía para evitarme sentir dolor cuando alguien me hacía daño. Bloqueé mi mente y deje de ser consciente de lo que sucedía a mí alrededor, deje de sentir el asco que me daba su cercanía, deje de percatarme de sus manos tocando toda mi piel expuesta, pues aún no me despojaba de ninguna prenda, pero no dudaba que pronto pasaría, yo seguía moviéndome pero la fuerza que imprimía era bastante débil. Me encerré en una burbuja y me refugie en los recuerdos de la persona que más he amado en esta vida, esa persona que no volvería a ver pero que atesoraba con todo mi corazón. Me refugie en los recuerdos felices que tenía con él, esos que mantendría tatuados en mi memoria.

prueba de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora