un abrazo

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Yo conocía esos ojos, esos ojos siempre me inspiraban paz y tranquilidad, pero no era el quien me veía o ¿si?. Poco a poco, recupere el sentido y fui más consciente de mi entorno, fue entonces cuando lo vi, el estaba inclinado frente a mi.

- ¿Dawson? - mi voz salió en un susurro poco audible, pero el fue capaz de escucharlo.

- hola - saludo sonriendo.

- ¿Ali?- hablo Sara a mí costado, fue ahí donde me di cuenta que no estaba en la sala, si no en mi habitación, rápidamente pose mi vista en mi cuerpo, pero no estaba desnuda, si no que estaba perfectamente vestida con una ropa diferente a la que llevaba puesta hoy temprano.

- llegamos a tiempo- informa Dawson.

- entonces el...- mis palabras fueron interrumpidas por mi padre cuando entro a la habitación, Junto con Tessa pisándole los talones, por alguna razón ella se veía molesta

- veo que ya puedes hablar correctamente.- dice sentándose en el sillón de mi habitación.

- papá.-  el tono de advertencia de mi hermana me hizo saber que no le agradaba su actitud.

- ¡no puedo creerlo! - suelta dramático -mí mejor amigo y mi hija estuvieron teniendo sexo y yo nunca me di cuenta.- dice tomándose la cabeza con ambas manos, era increíble ver como se hacia la víctima.

- Joel.- hablo Tessa está vez, tratando de evitar que hable mas.

- papá creo que no entiendes lo grave de la situación.- dice Sara tratando de que los ánimos se calmen un poco, sin embargo esto era suficiente para mí. La expresión de debilidad y fragilidad que había mantenido unos minutos atrás, desapareció de golpe, convirtiéndose en una neutral. necesitaba proteger mis emociones para que lo que iba a decir a continuación no me lastimara.

- es increíble que hasta ahora te hayas dado cuenta, eres lento papá.- suelto en tono burlón, todas las miradas se posaron en mí, pero en ese momento no me importo.

- tu...- mi padre intento levantarse pero Tessa se lo impidió.

- no, Joel.

- el problema aquí no es que no te hayas dado cuenta, el problema es que no quieres aceptarlo.- digo evadiendo por completo el esfuerzo de Tessa por contenerlo.
- no quieres aceptar que tú mejor amigo, ese al que le abriste las puertas de tu casa por qué estaba pasando un momento difícil, se haya pasado de listo y estuviera abusando de mi durante los últimos dos años, en tus propias narices.- solté levantándome de la cama, estaba ebria de rabia, quería lastimarlo si era posible.
- y sabes no me sorprendería si no me crees, de todas maneras tampoco me creíste después de la primera vez que me violó y te lo conté. Tampoco me interesa que lo hagas.- todas las miradas ahora se posaron él, pero realmente lo que los demás pensaran de mi padre o de mi, en este momento no me importaba.
- lo que si quisiera, por una sola vez en la vida, es que dejes de ser tan egoísta y dejes de pensar que todo se trata de ti.- digo para salir de la habitación, si me encontraba con Dante en este momento realmente no me importaba, quería desaparecer, quería dejar de existir, quería llorar, pero no podía, estaba seca y por más que me ardiera el pecho, no lloraría lo sabía.

- ¡Alison! - Dawson me llamo informándome que había salido tras de mi, pero no le presté atención. Cuando salí al jardín me detuvo del brazo.

- déjame.- pedí dándole la espalda, sin embargo el no dijo nada, en su lugar me volteó para quedar frente a él, luego me envolvió en sus brazos. Mis manos bajaron a los costados de su abdomen con la intención de alejarlo, pero no pude, su aroma me invadió y el calor de su cuerpo me transmitió tranquilidad, sin darme cuenta cerré los ojos para disfrutar la sensación que su cercanía me brindaba y completamente perdida en esa sensación subí mis manos por su espalda para ¿Abrazarlo? No estaba muy segura no recordaba bien como se abrazaba, por lo tanto no sabía dónde ubicar las manos.

- déjalas justo aquí.- dijo adivinando mis movimientos, tomando mis manos y colocándolas en su espalda, para posteriormente, abrazarme nuevamente.

- tu los trajiste ¿No? De otra forma ellos nunca hubieran venido. - digo aún entre sus brazos, donde sin entender por que me sentía demasiado cómoda. -¿Por qué haces esto?.- necesitaba preguntarle, necesitaba saberlo.

- por qué Dios quiere tratar contigo.- dice apretándome más contra él, de forma dulce.

- ¿Cómo lo sabes?- cuestione

- el me lo dijo.- a pesar de que no quería, dejar la comodidad en la que me encontraba, separé mi cabeza de su pecho para verlo a los ojos pero no deje de abrazarlo y el a mí tampoco, no logre comprender su respuesta y al parecer él noto mi desconcierto pues hablo.

- aunque te parezca extraño, Dios y yo tenemos conversaciones y las últimas se han tratado bastante de ti.- dice acariciando mi cabeza, con familiaridad. A pesar de que sus palabras, no tenían sentido, le creí, pues a pesar de todo lo que había tenido que pasar, no dudaba de la existencia de Dios.

- ¿Por qué de mí?- pregunto retomando la conversación.

- por qué el me trajo a ti, para guiarte nuevamente a él.- la pasión de sus ojos al hablar de Dios, me hacía querer saber por qué se sentía así y que lo instaba a expresarse de esa manera, sin embargo no pregunté. Decidí volver a sumirme en ese efecto de su abrazó, era extraño, nunca había permitido el contacto físico con nadie y mucho menos con un hombre, después de que Dante abusara de mi, pero con Dawson había surgido con tanta facilidad, que era a la única persona que le permitía estar cerca, al único que le dejaba abrazarme, él era la única persona con quien no sentía esa necesidad de protegerme, aunque me cuestionaba si debía bajar la guardia, pues yo no era capaz de confiar en nadie al cien por ciento.


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