prueba de amor

Llorar.

Salir de la iglesia después de haber comprendido absolutamente todo sin tener que preguntar nada me llena de satisfacción. Por primera vez no hubieron inquietudes sin resolver, ni preguntas sin contestar, por primera vez todo había quedado claro en mi cabeza. 

-Sabrás que escuchas con el corazón cuando lo comprendas sin dificultades y cuando tu espíritu sea edificado con la palabra.- dijo mi tía una vez. Ahora entendía mejor sus palabras.

- Dawson hay algo que quería preguntarte. - mi amigo me llevaba en su auto a casa de mi tía, sin embargo decidió detenerse en un puesto de comidas rápidas para comprar algo.  Pensé que iría a casa después de eso, pero en cambio se detuvo frente a un parque.

- dime.- dijo sacando los alimentos de la bolsa.

- no lo pregunté antes por qué no lo vi prudente pero me mata la curiosidad.- confieso.

- ¿Qué pasa?- pregunta soltando una risita,  al parecer mi actitud le divierte.

- ¿por qué lloran cuando están orando?- me arrepentí inmediatamente después de decirlo, su expresión provoco que la vergüenza hiciera de las suyas.

- ¡AH! es eso - la resolución en su voz me hizo sentir como si lo que yo no entendía era lo más normal para él. -bueno tú sabes que hemos estado estudiando la trinidad.- su tono era paternal, como si estuviera hablándole a una niña.

- si, el Padre, el Hijo y el Espíritu santo.- confirmo.

- bien entonces, cuando oramos el Espíritu Santo nos visita y cuando sentimos su presencia es difícil contenerse, por lo tanto lloramos. - dice como lo más simple del mundo, yo por mi parte sigo sin comprender.

- ¿Cómo?- la confusión sigue plasmada en mi rostro, soy un desastre con estos temas. Si. Visite la iglesia antes pero estaba muy pequeña como para comprenderlo por lo tanto todo esto se siente nuevo y desconocido para mi.

- por ejemplo la sensación que sientes cuando lloras de felicidad o de plenitud. - a pesar de su intento, yo solo consigo confundirme más, ¿ Se llora de felicidad? ¿De qué me perdí?.

- las personas...  ¿Lloran de felicidad?- pregunto con un tono más agudo de lo que pretendo, pero es que enserio no lo entiendo, Dawson por su parte frunce el ceño.

- si - dice con confusión. - ¿tu nunca haz llorado de felicidad? - pregunta ladeando la cabeza.

- pues no.- suelto con simpleza.

- eso es imposible.- afirma.

- Pues la verdad es que, yo no lloro.- me sincero.

- ¿tu no lloras? - está viéndome directamente a los ojos, cómo si tratara de convencerse de lo que está escuchando, yo por mi parte asiento. - Es broma ¿verdad?

- no, es enserio yo nunca lloro.- mis ojos están viendo a los suyos tratando de confirmarle lo que mis labios dicen.

- ¿nunca haz llorado?- su expresión de confusión cambia a una de asombro.

- bueno antes lo hacía.- mis ojos que antes lo veían a él pasan a mis dedos entrelazados. -pero después de los 11 no lo hago más.- mis recuerdos luchan por salir de ese lugar donde los mantengo cautivos, sin embargo yo sigo empujándolos y reteniéndolos ahí. - No puedo hacerlo aún si siento la necesidad.- digo con ese sabor amargo en mi garganta, de cierta forma con cada palabra que suelto me doy lástima.

- eso explicaría por qué a lo largo del tiempo que llevo conociéndote - habla al tiempo que sus dedos se posan en mi mentón para alzarlo y verme a los ojos, tengo la impresión de que sabe exactamente lo que estoy haciendo, y no piensa permitírmelo. -nunca te he visto llorar al atravesar momentos dolorosos.- las resolución surge de las pupilas de sus ojos, esos ojos que siguen observándome con intensidad con la intención de retenerme aquí, con él.

- cómo cuando perdí al bebé. - suelto de golpe, y su cuerpo se tensa, aún así su tacto no me abandona y sus ojos no dejan de verme. -Dawson es cierto que yo quise abortar - le confieso y a pesar de lo que digo su expresión de serenidad no cambia. - no quería tenerlo, por qué me recordaba que había sido producto de los abusos de Dante. -  a pesar de que sigo con la mirada puesta en sus ojos, no lo veo realmente, estoy sumergida en mis recuerdos. - pero cuando lo perdí no se qué sentí exactamente - el dolor me carcome el pecho, pero no puedo exteriorizarlo por más que quiero.- creo que no quería perderlo desde que mi tía Ashley se negó a practicarme el aborto y supe que tenía que buscar un medico. no lo hice Dawson, no busque al médico a pesar de que sabía que tenía que hacerlo. no me había dado cuenta de que quería verlo nacer hasta que lo vi en esa bolsa - la imagen del bebé ensangrentado me partió el alma y aún con ese desgarramiento interno seguía sin poder llorar, aún con ese dolor profundo no podía llorar.           - aunque sabes, no es hasta ahora que me doy cuenta, que en ese momento que lo vi ahí fue cuando más desee no haberlo perdido. - mi voz sale ahogada, el dolor hace presencia de esa manera, me arde el estómago, el pecho y la cara, siento como si voy a explotar en cualquier momento.
Dawson viendo mi estado y sintiendo como cada una de las extremidades de mi cuerpo se tensan me atrae hacia él, se que sabe perfectamente lo que pasará si no me tranquilizó, si no dejo de pensar en estos momentos. Mi cuerpo no lo va a soportar y terminaré bloqueando mis emociones para no sentir ese dolor inmenso que ahora siento.

- tranquila - dice dando leves caricias en mi espalda, mientras que su otra mano retiene mi cabeza en su pecho. - todo está bien.- su voz suena dulce y acompasada, pero hay algo en ella que me dice que verme así le afecta. -Todo está bien. Dios está contigo. Yo estoy contigo. - sus palabras surgen efecto y me pierdo en el significado que albergan, amo que sepa cómo actuar conmigo, amo que siempre sepa que hacer para que yo no me convierta en eso que en los últimos meses he empezado a aborrecer. Y es justo aqui cuando me siento agradecida con Dios por venir a mi vida, y junto con el traer a Dawson, para ayudarme en el proceso.